El país del medio

El País, Montevideo

En otros países cuando se le pregunta a la gente qué vota, responde "a la izquierda" o "a la derecha". En Uruguay, ante esa interrogante se responde con el nombre del partido al que se sigue. Voto "a los blancos" o "al Frente", o a "los colorados".

No quiere decir que para los uruguayos no exista la ideología, sino que importa mucho menos que la pertenencia a una colectividad, que en nuestro caso se integran con ideas diversas, hay de todo y se matizan entre sí a lo interno de cada Partido. Los uruguayos somos del medio, un poco más para acá o uno un poco para allá.

Del gobierno lo que más importa es que sea sensato.

Hace veinte años atrás que la economía fuera sana, con números equilibrados y una inflación baja, era catalogado por la izquierda como un tema de la derecha. La izquierda hablaba de justicia social y la derecha de economía. Como si pudiera haber políticas sociales justas sin una economía próspera, o como si valiera la pena tener una buena economía sin que hubiera equidad.

En buena medida esto se acabó con el ex jefe de gobierno español, el socialista Felipe González, que dijo aquello tan sensato de que la inflación no era de izquierda ni de derecha sino simplemente inflación.

El debate electoral pasado no mostró muchas diferencias de fondo sobre los principales temas, y de a poco prima la sensatez. Desde la oposición hicimos durante los últimos cinco años fuerte hincapié en la seguridad. Se nos decía que el reclamo de aumentar los niveles de represión del delito era un recurso electoral de la "derecha" de tono simplista. El delito y la inseguridad, siguiendo a González, tampoco es de derecha ni de izquierda, lo sufrimos todos los uruguayos. Los chorros no consultan el padrón electoral.

El futuro ministro del Interior, el senador Bonomi, acaba de decir con sensatez, lo que es de cajón, que hay que reprimir el delito. Y le acaba de dar con un caño a los teóricos de la izquierda que siguen con los boletines atrasados. Como ya pasó el tiempo electoral esas cosas que se caían de maduro antes, ahora se asumen. De éste y otros ejemplos como este se va a plagar la vida del país los próximos meses. Y el nuevo gobierno va a tener que dar una batalla interna con sus sectores y del resultado dependerá si gana la sensatez o… la ideología. Hasta ahora hay empate.

El reflejo ideológico del presidente electo lo llevó hace quince días a anunciar que en su asunción no habría desfile militar, algo que sería una mala señal para la reconciliación de los uruguayos. Desde esta misma página señalamos esa equivocación. Hace pocas horas rectificaron la decisión y anunciaron que lo harán. Es una medida sensata. No hay una mitad de uruguayos de izquierda y otra de derecha. Somos mayoritariamente del centro, aún votando partidos distintos. Hay una mitad que votó al Frente Amplio y otra que no lo hizo, que es otra cosa.

A partir de marzo la oposición debe defender sus propuestas que como con la seguridad, se empiezan a comprender y son lógicas.

Mientras el próximo gobierno se debate entre la ideología y la sensatez.