Chile, Argentina, Ecuador
Chile y Argentina viven momentos trascendentes. El 10, en Argentina, se posesionó el nuevo congreso: el oficialismo de los Kirchner queda en minoría. El 13 en Chile, el candidato derechista Sebastián Piñera gana la primera vuelta 44%-30% al candidato oficialista.
En Chile se consolida un proceso político en que gobiernos de derecha e izquierda comparten instituciones y reglas económicas básicas. Pinochet, que se consolidó mediante la represión política, introdujo profundas reformas económicas que convirtieron a Chile en economía de mercado. Luego, en la transición a la democracia, convocó a plebiscito para que el pueblo decida si continuaba en el poder.
Pinochet pensaba que ganaría, pero perdió estrechamente. Convoca a elecciones y gana una concertación de partidos de oposición: Democracia Cristiana y Socialismo.
La Concertación gana cuatro elecciones presidenciales sucesivas; los dos primeros presidentes son demócrata-cristianos, los siguientes socialistas. Mantienen la economía de mercado. Aprovechan la prosperidad económica para que un Estado rico, por el cobre y los impuestos, mejore el gasto social.
El poder desgasta; en estas elecciones se presenta un tercer candidato, disidente de la Concertación. Probablemente Piñera ganará la segunda vuelta. Una buena cosa para la democracia chilena, ya que se consolida la alternabilidad de las principales fuerzas políticas. Hay un Pacto de Moncloa implícito.
Piñera deberá dinamizar la economía chilena, que necesita reingeniería para avanzar a un nivel superior. Quizá en cuatro años, la Concertación retorne al poder.
El martes 15, la OCDE, el organismo que agrupa a los países desarrollados, acepta a Chile como miembro, el único sudamericano.
En Argentina, del colapso de 2001 surge Néstor Kirchner como salvador y consolida un poder personalizado. La oposición, despreciada; la prensa, hostilizada; política económica populista cortoplacista, que ha golpeado a los exportadores. Su apogeo es el 10 de diciembre de 2007, cuando se posesiona su esposa como sucesora (no hay reelección inmediata) abriendo la puerta para un segundo mandato de Néstor en 2011.
Pero el pueblo argentino se cansó, Néstor perdió el control del Congreso, la Presidenta gobernará dos años más con un congreso hostil de donde saldrán los candidatos para las próximas presidenciales. Los Kirchner no son derrotados por otro líder, sino por la suma de aquellos a quienes no se tomó en cuenta dentro de un proceso político personalista.
Piñera recibe un Chile próspero. El sucesor de Cristina recibirá un país en soletas, si es que antes no hay un colapso.
En el Ecuador, algún día terminará el actual régimen. Si mantiene la marginación de importantes actores sociales y económicos, hostilidad a los medios de comunicación, mal ambiente a la inversión privada, su salida será como la de los Kirchner.
Podrá durar ocho años como Néstor y Cristina, 40 como Francisco Franco, más de 50 como Fidel y Raúl. Pero su periodo será un paréntesis en la historia. El nuevo régimen empezará desde el principio, con nueva Constitución, marco legal.
La oportunidad existió, y aún perdura, que de la mano de Correa el país entre en la modernidad, sumando apoyos, acabando con estructuras económicas y políticas anacrónicas. Pero lo que hasta ahora se promete es autoritarismo, estado paternalista y socialismo utópico.
- 28 de diciembre, 2009
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