Obama: contra Honduras y a favor de Chávez (II)

No, el asunto es muy grave si vamos al fondo ético del asunto. Entonces vemos que es un caso de torpe e injusta injerencia contra la independencia y las libertades democráticas de todo un pueblo. Tengo que decir, claramente, que las razones en las que pretenden basarse para actuar contra Honduras, son falsas, las acciones que desarrollan son malvadas y el fin perseguido es estúpido porque perjudicará gravemente, tarde o temprano, al pueblo de los Estados Unidos.

Si un particular como yo, unos pocos columnistas salvadoreños y otros muchos de diferentes países –incluyendo EE.UU.– hemos podido ver con seguridad quiénes atentan contra la democracia hondureña y quiénes son los que la defienden, no se puede creer que el gobierno de Estados Unidos diga lo dice y haga lo que hace… sólo por estar mal informado.

Cierto es que el embajador de Estados Unidos en Honduras, Mister Hugo Llorens, no era la mejor fuente para informar con objetividad de lo que ocurría. Se sabía que Llorens era amigo de "Mel" Zelaya y socio en negocios comunes. También son conocidas su apoyo a algunas de las maniobras turbias de Zelaya, anteriores a las de la Cuarta Urna. Tampoco es de fiar lo que Gregory B. Craig, uno de sus ideólogos de campaña, pueda decirle a Obama, si es que son ciertas sus simpatías y asesoramientos jurídicos y comerciales al gobierno cubano. Pero se supone que Obama y su Departamento de Estado tienen otros servicios de inteligencia más fiables y objetivos.

Sin embargo pretenden que para restablecer la democracia en Honduras y para aceptar como legítimo al gobierno hondureño que surja de las próximas elecciones de noviembre, la condición indispensable es reponer antes a "Mel" Zelaya en la presidencia. ¿Es posible que no se den cuenta de que ese acto –"Mel" Zelaya repuesto en la presidencia– es equivalente a defecar sobre la Constitución, las leyes, las instituciones sociales y el sentir mayoritario del pueblo? ¿Es que no saben que Zelaya es embustero, ladrón y un golpista al servicio de Hugo Chávez? ¿Es que no saben que según la Constitución hondureña "Mel" es un traidor a la patria? Tendrían que saber que, por sus acciones contra el artículo 42 de esa misma Constitución, Zelaya perdió "la calidad de ciudadano" antes de ser expulsado del país. Tampoco deberían ignorar que, al quebrantar el artículo 239 constitucional, Zelaya "cesa de inmediato en el desempeño de su cargo" y "queda inhabilitado por diez años para el ejercicio de toda función pública".

¿Más datos? Durante el gobierno de Zelaya, Honduras se convirtió en tránsito libre de la droga hacia Estados Unidos. Pese a todos los ataques económicos y a la caída del turismo, la moneda hondureña se ha robustecido. De 19 lempiras por 1 dólar pasó, después de la expulsión de Zelaya a 14/1 dólar. ¿Razón? Se debe al chorro de dólares que Hugo Chávez está metiendo al país para financiar a la violencia zelayista. Con Zelaya chavista ¿qué sería de la base militar de USA en Palmerola?

Obama debería reflexionar sobre todo eso.M.A.O'Grady, en The Wall Street Journal le advierte: El regreso de Zelaya al poder es crucial para Chávez. El presidente venezolano está haciendo un despliegue activo de su evangelio marxista por toda la región y Zelaya fue su mano derecha en Tegucigalpa. La resistencia de Honduras representa un importante revés para Caracas. Por eso Chávez ha movilizado a la izquierda latina para que exija el regreso de Zelaya (…). Aparentemente, Obama no quiere perderse su parte en este carnaval izquierdista.(…). Este gobierno quiere demostrar que puede ser buena onda con Chávez y sus amigos. Pero los métodos de Obama son decididamente poco elegantes. (…), el Departamento de Estado aseguró que su estrategia «no se basa en ningún político ni individuo en concreto» sino en encontrar «una resolución que sirva mejor al pueblo de Honduras y sus aspiraciones democráticas». Muchos hondureños no creen que Estados Unidos esté utilizando su fuerza bruta para impulsar sus "aspiraciones democráticas", sino las aspiraciones opuestas del matón del barrio.

El autor es Dr. en Medicina y columnista de El Diario de Hoy.