Los nuevos desafíos de la prensa
Pensar y repensar lo que se hace es una de las tareas del hombre educado, del hombre reflexivo que no solamente actúa por instinto sino que medita su labor; en este contexto, me llamó la atención un excelente artículo elaborado por Robert G. Picard y publicado en el periódico estadounidense The Christian Science Monitor.
Con sencillez, pero con gran profundidad, Picard plantea con cierta ironía, que los periodistas "merecen cobrar poco" y no porque la crisis esté golpeando al sector, sino porque los periodistas, y los medios de comunicación en general, no están creando valor.
El razonamiento de Picard se sostiene en una realidad: los periodistas accedían a las fuentes y presentaban información que nadie podía conocer; incluso jerarquizaban la información de tal forma que no sólo ponían en la agenda de la opinión pública los hechos principales y los secundarios, sino que desechaban los que creían que no interesaban a la población.
Ahora resulta, sobre todo con el desarrollo de las nuevas tecnologías de informática, de la Internet en particular, que la "información" privilegiada es de acceso público; los medios solamente reproducen y hacen uno y otro "refrito" de lo que ya se conoce, sin crear mayo valor, por ejemplo de conocimiento, al público.
Más allá de las visiones apocalípticas, lo cierto es que el periodismo sí quiere sobrevivir y tener la relevancia que hasta ahora ha tenido en la sociedad. El periodismo tiene que renovarse e innovarse para crear nuevos medios de recabar, procesar y distribuir la información de manera que los contenidos y servicios que proporcione a lectores, oyentes y espectadores, no se puedan encontrar en otra parte.
Que permita a los ciudadanos deleitarse, con una buena pieza literaria, además de tener un contenido que de mejor manera le ayude a entender la realidad que le rodea.
Y es que la labor del periodismo, no se limita a "recoger" información y presentarla tal cual, sin ninguna interpretación ordenada de los hechos.
Hoy más que nunca la prensa tiene que desarrollar una labor mucho más acuciosa, de precisión, que brinde a la población elementos para interpretar lo que sucede; el dato tal cual suele aparecer en la Internet, por ejemplo, pero la información que me ayude a interpretar la realidad solamente puede desarrollarse a través de una prensa libre y profesional.
Para que sea posible crear ese valor mayor, que por momentos pareciera haberse perdido, hay que abandonar el seguir informando de la forma en que tradicionalmente se ha venido haciendo, rechazar el "refrito" con noticias que ya han aparecido en otros medios.
La tarea no es fácil, y a diferencia de lo que pueda suceder en países desarrollados, la labor de la prensa, además de contribuir a que la población conozca lo que sucede, es que tenga más elementos para interpretar la realidad, debe ser un instrumento fiscalizar que ayude a las débiles instancias contraloras a que no haya desmanes en las instituciones públicas y privadas.
La denuncia constante ante la corrupción es una tarea ineludible de la prensa, que por momentos se dejó de lado ante la imposición del poder.
Hoy más que nunca, la prensa y los periodistas tienen una misión esencial que desarrollar en la sociedad; hoy más que nunca deben informar y formar opinión, ser espacio para el debate, criticar y ficalizar la gestión pública y hacer al ciudadano el centro de interés. No hacerlo, es convertirnos en cómplices de la mediocridad, de la corrupción, de la intolerancia.
El autor es Editor Jefe El Diario de Hoy.
- 23 de julio, 2015
- 30 de octubre, 2012
- 31 de octubre, 2013
- 15 de abril, 2019
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