Un gobierno que quiere administrar todo
¿Ha oido YA el chisme? ¡Washington, D.C. se ha convertido en UN banco para todos!
El más reciente ejemplo es que el préstamo que otorgara a una compañía automotriz –General Motors– más de 30 billones de dólares. En retorno, el gobierno controlará aproximadamente 60 por ciento de la empresa. Quiero decir que si usted paga impuestos, ahora también es en parte dueño de esta empresa. ¿Le parece esto estupendo?
No si cree en la responsabilidad fiscal, justicia y la importancia en reducir nuestra deuda. Después de varios tumultuosos meses, General Motors (GM) finalmente se declaró en bancarrota abriendo la puerta para empezar el proceso de renegociar y reorganizar sus contratos —particularmente los contratos con los poderosos sindicatos. Lamentablemente, las recientes acciones de General Motors han creado un precedente peligroso. Ahora cuando las empresas privadas estén en un apuro financiero, ellos sabrán bien que pueden mirar hacia el gobierno para pedir ayuda. Ahora que, para ser sinceros, GM no es cualquier negocio.
Esta empresa es casi sinónima con Detroit, Michigan – la capital de la industria automotriz del país. Tal vez sea por eso que el gobierno ha tomado la decisión de darle tanto de nuestro dinero que pagamos en impuestos. En diciembre del año pasado, General Motors solicitó al gobierno federal dinero prestado. A cambio, el gobierno federal le pidió a la empresa que presentara un plan para el futuro. Desafortunadamente para la compañía, la Casa Blanca rechazó tal plan. Y aunque el gobierno hizo lo correcto al rechazar el plan, para ese entonces las líneas que separaban al sector público y al sector privado se estaban nublando.
Poco después presenciamos como el presidente Obama despidió al jefe de General Motors Rick Wagoner (aunque sea muy posible que reciba millones en el proceso). Y poco después parecía que todos en el Congreso tenían una idea de cómo mejorar a la industria automotriz.
Y es ahí precisamente donde vemos el peligro en dejar que los políticos empiecen a administrar a empresas privadas. La verdad es que nuestro país ha prosperado porque el gobierno no se ha metido en el sector privado. El libre mercado fomenta la creatividad y si, hasta la competencia. Cuando existe competencia, nosotros salimos ganando porque tenemos mas opciones y los negocios tratan de atraernos reduciendo sus precios o mejorando sus productos o servicios.
Lamentablemente en este clima precario para los negocios, tal parece que muchas compañías están totalmente contentas al ceder autonomía al gobierno por dinero. Y por supuesto que con el apetito de tener más y más poder que tienen muchos políticos, esta situación es más que oportuna. La reciente ayuda del gobierno federal para las empresas en Wall Street es otro ejemplo donde el gobierno extendió sus poderes.
Y con un déficit que crece cada día y varios planes recorriendo por los pasillos del Congreso para hacer todo bajo el sol, alguien le tiene que decir al Congreso que administrar una empresa de automóviles es una mala idea. Con esta medida, el gobierno estará apostando con nuestro dinero y limitando las libertades del sector privado. Esta en una proposición donde nadie saldrá ganando.
Israel Ortega es asociado de prensas y medios de comunicación para la Fundación Heritage en Washington, D.C. Es un columnista en varios periódicos de EE.UU.
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