Chile: Crisis económica y sus efectos políticos

El Mercurio

Internacionalmente existe una vasta literatura que estudia los factores que influencian a las personas al momento de emitir su voto. Ellas muestran que existen variables sociales que influyen, como el género, nivel de instrucción, edad, nivel socioeconómico y otras. Éstas muestran una tendencia a la estabilidad en las votaciones de los partidos y coaliciones políticas. Sin embargo, hay también numerosos estudios que muestran que las preferencias electorales son alteradas por cambios en la realidad económica de los electores.

En esta línea de investigación, hay estudios que explican la relación entre intención de voto y los ciclos económicos. Así, por ejemplo, Gerald Kramer muestra que existe una relación directa entre el crecimiento económico, inflación y desempleo y los resultados electorales ("Short Term Fluctuations in US Voting Behavior". The American Political Sciencie Review. 1971). Además, fundamenta que cuando hay tiempos prósperos la tendencia es a votar por la continuidad de la administración que tiene el poder, pero cuando hay una depresión en la economía la apuesta es por el candidato opositor. También determina que dentro de las variables económicas la que más influye para cambiar la votación es el desempleo. En su estudio de las elecciones de Estados Unidos entre 1900 y 1960, concluye que cuando hay una contracción del 10% en el ingreso per cápita de las personas, la coalición gobernante cae entre 4 o 5% en la votación parlamentaria.

De todo lo anterior se desprende que, a la luz de la evidencia internacional, la actual crisis, que producirá una caída en el PIB y que en los meses venideros se traducirá en desempleo para más de 800 mil chilenos, va a tener un impacto en las próximas elecciones.

Aunque no tan extensa, también en nuestro país existe una evidencia al respecto. Así, Engel y Araos concluyeron que en el caso del plebiscito de 1988 el desempleo y las preferencias históricas explicaron a lo menos el 50% de las diferencias en las votaciones de las principales ciudades del país ("Desempleo, votación histórica y plebiscito de 1988". Cieplan). Asimismo, recientemente Vergara y Cerda confirman la importancia de las variables económicas sobre los resultados electorales ("Government subsidies and Presidencial elections" World Development. 2008). Así, según ellos, un aumento de 1% en la tasa de subsidios tiende a incrementar la votación del titular en 1,7% y un aumento del desempleo en dos puntos porcentuales reduce la votación del representante del gobierno en cerca de 0,9%.

Estas investigaciones son confirmadas por la historia electoral reciente. En 1999 Joaquín Lavín perdió frente a Ricardo Lagos por alrededor de 30 mil votos, y en esa ocasión el desempleo subió hasta 11,8 por ciento en el tercer trimestre de 1999, bajo la Presidencia de Eduardo Frei. De acuerdo con las cifras de desempleo recientemente dadas a conocer por la Universidad de Chile (12,8 % en marzo) la realidad actual en el Gran Santiago es igual que la de la crisis asiática. Cabe recordar que el primer trimestre de 1999 la cifra de desempleo nacional dada a conocer por el INE llegó a 8,4% y la informada el jueves recién pasado fue de 9,2%, es decir, 0,8 puntos porcentuales superior. De mantenerse esta tendencia, la tasa de desempleo al tercer trimestre del presente año será de alrededor de 12,6 por ciento. Esta realidad se agrava con los anuncios de nuevas propuestas de cambios en la legislación laboral que dificultan la generación de nuevas ocupaciones. La otra variable relacionada, que es la evolución del PIB, también será más negativa que en 1999. En esa oportunidad, la tasa de crecimiento fue de -0,8 por ciento y este año se proyecta en torno a -1,5 por ciento.

Sin duda, el escenario económico actual y futuro confirma la alta probabilidad del cambio en el escenario político.