EE.UU.: Mal año para inmigrantes
Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) reportó una cifra récord de deportaciones, regresando principalmente a Latinoamérica a más de 323.000 inmigrantes, un aumento del 20% en comparación al 2007.
En el 2008 más de 1.300 medidas relacionadas con la inmigración fueron presentadas en 41 estados, principalmente para limitar el acceso de los inmigrantes a las licencias de conducir, a la vivienda, al empleo y para aumentar los esfuerzos policiales contra la inmigración ilegal, según datos de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.
En Prince William, Virginia, se propuso exigir documentos legales incluso para utilizar la biblioteca, y en Farmers Branch, Texas, el alcalde promotor de algunas de las medidas antiinmigrantes más drásticas del país, ganó fácilmente su reelección.
El racismo puede ser mortal
En medio del agrio debate sobre la inmigración, también salió a relucir la cara más violenta del racismo en Estados Unidos.
Las muertes de los inmigrantes Luis Ramírez, en Pensilvania, Marcello Lucero en Suffolk, Nueva York y José Osvaldo Sucuzhanay en Brooklyn, a manos de jóvenes que les gritaban insultos racistas, han causado consternación entre activistas que abogan a favor de los derechos civiles.
"La ola de odio desatada por el debate polarizado sobre la inmigración ha aumentado la violencia y la propagación de grupos racistas en contra de los latinos. Estas muertes recientes son consecuencia directa del odio incitado por gente que erróneamente caracteriza a todos los latinos y a las organizaciones que les proporcionan servicios, como una amenaza para nuestro país", dijo Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza, una organización que promueve los derechos de los latinos.
Incluso quienes no son inmigrantes, pero que "lo aparentan" han sufrido las consecuencias de estos ataques.
Jordan Gruver, un joven nacido en Estados Unidos de origen indígena (de Estados Unidos), logró sobrevivir un violento asalto a patadas perpetrado por integrantes del grupo supremacista blanco Klu Klux Klan (KKK) que lo confundieron con "un latino ilegal".
Antiinmigrantes se quedan sin votos
Pero no todas son malas noticias. En la contienda presidencial del 2008, las campañas de los candidatos más antiinmigrantes se desplomaron desde la primera elección primaria, a pesar de los anuncios que comparaban a los inmigrantes con el terrorismo.
La victoria de John McCain como candidato oficial republicano, el único aspirante de su partido que se pronunció a favor de una legalización, marcó el fin de la inmigración como tema de campaña.
Paralelamente, el apoyo del presidente electo Barack Obama a una reforma migratoria para los aproximadamente 12 millones de indocumentados, no parece haberle quitado votos y el asunto ni siquiera fue mencionado en los debates presidenciales.
Incluso ciertas localidades que protagonizaron el resentimiento contra los inmigrantes ya se están "arrepintiendo" de sus draconianas medidas contra la inmigración ilegal.
Además, Riverside tuvo que enfrentar una avalancha de gastos legales debido a las demandas judiciales que cuestionaron la constitucionalidad de estas normas.
Vivan los inmigrantes
Por otra parte, varios estados de peso nacional han aprobando medidas que reconocen el aporte inmigrante y le dan la bienvenida, como "nuevos estadounidenses" a quienes nacieron en otro país.
Siguiendo el ejemplo de Illinois, Massachusetts, Washington y Nueva Jersey, el estado de Maryland, donde residen más de medio millón de inmigrantes, acaba de aprobar una resolución ejecutiva firmada por el gobernador Martin O'Malley que le ordena a las agencias de gobierno facilitar y apoyar la integración y participación cívica de esta población.
"Tenemos a miles de inmigrantes en nuestro estado que no han tenido la oportunidad de convertirse en ciudadanos, pero que quieren ser parte de nuestra democracia", dijo a BBC Mundo, el legislador estatal Víctor Ramírez, uno de los promotores de la resolución.
"Como gobierno estamos reconociendo a los que están aquí y son parte de nuestra comunidad, queremos que los inmigrantes sean tratados con respeto. Ellos solo quieren una oportunidad, no están buscando ningún lujo, sólo la forma de mantener a sus familias", explicó Ramírez, quien trabajó durante 6 meses para lograr la promulgación del decreto que recibió el respaldo de 35 organizaciones que representan inmigrantes de todos los continentes.
Sin embargo espera que este granito de arena sirva para mitigar "la retórica xenofóbica" que propagada por los medios de comunicación pinta a los inmigrantes "como si no fueran seres humanos".
"No podemos olvidar que al final del día somos una nación de inmigrantes y que nuestra fuerza como país viene de nuestra diversidad", concluyó Ramírez.
- 23 de julio, 2015
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