A, B, C, Control (I)
¿Controlar que y/o a quien? En esta oportunidad nos referimos al control que el pueblo, la ciudadanía, debe, por derecho natural y moral y administrativo y político y democrático ejercer sobre el poder que delegó, sobre el poder público y, en particular, sobre la rama ejecutiva del poder público, o sea, sobre el ejecutivo, sobre el gobierno, sobre el presidente de la republica, en el caso venezolano, de acuerdo con la constitución vigente. Se supone que el pueblo crea instituciones para controlar el poder.
El pueblo aprendió, al pasar del tiempo, que vivir en una sociedad que le respeta y garantiza sus derechos individuales, depende de los límites que el mismo pueblo le imponga, incluso por la fuerza y/o en la calle y/o por el voto, a quienes ha elegido para el ejercicio del poder, independientemente de otras consideraciones. Por eso escogió, hace mucho tiempo, dejar por escrito en el texto constitucional las reglas claras que limitan el ejercicio del poder político y su distribución en diferentes funciones del estado y entre varias ramas del poder publico y, por eso, a su vez, la constitución es una regla fundamental, también, para el control del ejercicio del poder.
Otra consideración a tomar en cuenta, producto de esa larga experiencia existencial de los pueblos, es que el pueblo también aprendió que el ejercicio del poder político esta despersonalizado desde que se institucionalizo; que quien ostenta el poder lo tiene por el cargo, no por la persona. El poder se lo da el cargo. Recordemos que solo en las sociedades primitivas y pre constitucionales se personificaba el poder.
Si aquí, hoy en Venezuela, tenemos un poder personificado es porque esta fuera de la constitución y porque no existen instituciones ni controles que funcionen y porque el pueblo no ha ejercido su acción correctiva y restitutoria y su “inteligencia” (universidades, academias, catedráticos, profesionales, experimentados, inventores, productores, industriales, inversionistas, estudiantes, etc.) no actúa en política, esta ausente, apoltronada, no ha tomado en sus manos la conducción del país. Le dejo “eso” a quienes “ahora” lo tienen. En una sociedad organizada y constitucionalizada de nuestros días y con cierto grado de permanencia no debe darse, bajo ninguna circunstancia, el poder personal en funciones publicas.
Eso no debería ser viable, posible, en esta época ni en este país.
Recordemos que en un Estado como el Venezolano, hoy, donde, de acuerdo a la práctica y a la legislación disponible, el poder político esta concentrado en manos de una sola persona, no existen, entonces, verdaderos y eficientes controles, y mucho menos, si para algunos, dependen del capricho y de la voluntad del dictador.
Según el artículo 187-3- de la Constitución Nacional vigente le corresponde a la Asamblea Nacional ejercer funciones de control sobre el gobierno y la administración publica nacional, en otras palabras es también una actividad y responsabilidad del parlamento. Controlar al gobierno, al ejecutivo, al presidente quien es jefe del gobierno. ¿Cómo debería ejercer ese control? Entendemos que debería hacerlo de tal forma que no acepte presiones de otros factores de poder, ni del propio estado y gobierno y, mucho menos, externos.
Debe gozar y tener independencia funcional. En la práctica ha sido, en estos últimos diez años, desde 1999, todo lo contrario. Ha delegado sus funciones y competencias al gobierno y no se le conoce ninguna acción de control, correctiva e independiente importante y significativa hasta el momento. La asamblea internamente esta conformada por una mayoría tiránica, están sometidos los derechos de las minorías y los de sus trabajadores. Es ilegitima porque fue electa por una exigua minoría de electores. Sin embargo el pueblo y sus partidos políticos la han tolerado y han hecho caso omiso de la conveniencia de revocarles el mandato. Ha manifestado en los hechos su autonomía funcional para gozar de las prerrogativas, sobre todo, presupuestarias para sus miembros. La función legislativa, a espaldas del pueblo, solo consulta a los rojos, rojitos a quienes llama pueblo, la ejerce sin contrapeso alguno y por órdenes y mandato del ejecutivo. Será conveniente en cuanto salgamos de esta dictadura volver a la tradición bicameral, acorde a los estados democráticos plurales descentralizados.
¿Cuáles deberían ser los controles de la AN frente al gobierno? Deberían ser tres, básicamente: 1. Aprobar los nombramientos del alto gobierno (ministros, embajadores, etc) e institutos autónomos y empresas del estado, etc; 2. Desarrollar un mecanismo de control político sobre los actos, ingresos y gastos y funciones del gobierno; 3. Tener la posibilidad de destituir al presidente y cualquier funcionario del alto gobierno y someterlo a la justicia. ¿Existen en Venezuela? ¿Lo podría hacer esta asamblea? ¿El pueblo lo puede exigir y/o imponer? ¿Cómo?
¿Cuál y/o cuales tratados internacionales han sido discutidos y/o modificados y/o rechazados por la Asamblea Nacional? ¿Hay control sobre los tratados internacionales? ¿Cuántas y cuales leyes han sido vetadas por la AN al gobierno? ¿Cuántos y cuales presupuestos le han sigo negados al gobierno? ¿Por qué esta AN no ha investigado, criticado, controlado y le ha exigido al gobierno plena responsabilidad sobre la inseguridad que padece el pueblo, sobre las dadivas externas en detrimento de cubrir las necesidades internas? ¿Dónde están los resultados de las comisiones y/o comités en sus años de actividad?
¿Dónde estará la necesaria y permanente critica pública, en plazas, calles, pueblos, caseríos, y por medios de comunicación de la oposición política, los partidos políticos y las organizaciones vigilantes de los derechos políticos del pueblo? ¿Por qué la oposición y los partidos no han logrado destituir a funcionarios del gobierno por su mala y caótica gestión? ¿Por qué no se puede destituir constitucionalmente al presidente? ¿Por qué no se han establecido responsabilidades penales, civiles y políticas para los malos funcionarios públicos? ¿Por qué no hemos cambiado y/o disuelto la asamblea nacional?
Hasta que alguien me demuestre lo contrario, la asamblea no tiene ni ejerce ningún control sobre el gobierno; en cambio el ejecutivo ejerce total control sobre la asamblea. ¿Existe algún control por parte de algún tribunal sobre el gobierno y sobre la asamblea? ¿Existe algún control de la asamblea y/o el gobierno sobre los tribunales? ¿Ejerce el pueblo soberano algún control sobre el gobierno, sobre la asamblea, sobre los tribunales y/o el pueblo esta sometido al gobierno, a la asamblea, a los tribunales? ¿Cuál control administrativo y presupuestario ejerce la asamblea sobre el gobierno? ¿Cuáles y cuantos gastos del gobierno han sido reconducidos y/o negados y/o revisados y/o llevados a los tribunales?
Es patético comprobar, una vez mas, que el gobierno controla totalmente la asamblea y que esta dejo de ser libre en el ejercicio de sus funciones, que ya no representa a los exiguos electores que los llevaron allí y mucho menos al resto del pueblo venezolano, que ya no funciona ni siquiera para defender sus copartidarios y mucho menos al pueblo y al país, que la ultima ley promulgada sobre el secuestro beneficia mas a los secuestradores y cómplices que a los agraviados…y ¿Qué le pasa al pueblo, por que no reacciona? ¿Delego demasiado en los partidos políticos y en los grupos de ciudadanos organizados y en sus lideres locales? ¿Esta a la espera de la mejor oportunidad? ¿O ya esta esclavizado por la bota socialista, comunista? ¿Esta contento? ¿Dónde dejo el control? ¡Más palabras, más acción! ¿Cabe repetir “queremos saber”? Pero… ¿seremos capaces de reaccionar y revertir, pronto, esta situación?
“Cuatro cosas no pueden ser escondidas durante largo tiempo: la ciencia, la estupidez, la riqueza y la pobreza”, Abu l-Walid Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd –Averroes- 1126-1198, Filosofo y medico hispanoárabe.
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