Mirar
¿Mirar? ¿Mirar hacia donde? ¿Mirar con anteojos? ¿Mirar el firmamento? Miremos a Venezuela, solo un pestañeo: 1950-1960:
Producción petrolera: diaria: 1940…502.000 b/d; 1950…1.498.000 b/d; 1960…2.845.100 b/d; 1970…2.294.000 b/d. Compañías inversoras: 1950: Creole Petroleum 39%; Royal Dutch Shell 44%; Mene Grande 7,5 %; Socony Mobil 1,2 %; Las Mercedes 3,4 %; Richmond 1,7%; Texas Petroleum 2,6%; Venezuela Atlantic 0,88%; Total inversión en millones de bolívares: 6.362. Población: 1950: 5.034.838; 1961: 7.523.999.
¿Y hacia delante? ¿Hacia el futuro? ¿Cómo y cuando mirar?
Pasamos, de 1950 a 1960, de una dictadura militar a una democracia para partidos políticos cuyo esquema y base de organización fue la misma del partido comunista leninista, el celebre “centralismo democrático”; ojo, no fue una democracia de ciudadanos y para ciudadanos, fue una democracia para los partidos políticos, para grupos. El grupo estaba por encima del individuo. O sea, el individuo, el ciudadano, era una “cosa más”, una propiedad del estado. Algunas garantías, como las económicas, se “suspendieron” indefinidamente… ¿Lo recuerdan? ¿Socialdemocracia? ¿Socialismo, comunismo con democracia? ¿Reunidos en Grecia?
En lo económico, se practico el también celebre “capitalismo de estado”. Lo cual, desde entonces, no ha cambiado; se ha acentuado hoy. Permanente amenaza contra la propiedad privada, contra el intelecto individual, contra el esfuerzo, la disciplina y el trabajo sistemático y organizado del individuo, contra el ahorro, contra la inversión privada. “Capitalismo de estado”, para este servidor, es el disfraz, para América Latina, para sus pobladores, de socialismo, comunismo. ¿Los rojos, rojitos, socialistas, comunistas, estaban en Grecia, en esa reunión de los socialistas, comunistas democráticos? ¿Confusión?
Una sociedad libre debe sustentarse sobre los derechos del individuo, de la persona. El socialismo, comunismo, capitalismo de estado, niega los derechos del individuo, del ciudadano; para esta concepción y sostenedores, el individuo no existe, existe el colectivo. Para esta gente la persona humana no cuenta. No reconocen ni respetan los derechos individuales. Ahí esta cuanto le hacen a sus propios seguidores, por ejemplo, los gobernadores de Carabobo y Guarico.
La libertad y los derechos del hombre, del ciudadano, solo son garantizados en un sistema liberal. Recordemos que eso de “derechos” es una idea, una expresión, ubicable en el ámbito moral, principios que guían al individuo, a la persona, en su accionar, en sus relaciones. Es oportuno recordar, de igual forma, que de alguna manera el actual régimen político venezolano debería estar orientado por algún código ético.
Cuanto observamos, en su desenvolvimiento durante casi diez años, es la ausencia y/o sesgo permanente en cuanto a valores que se banalizan en cada exposición publica de sus representantes y en cada acción tomada por el régimen. Ausencia total de algún código de ética en este régimen. Ahí algunas decisiones de órganos de la administración publica y contenidos en providencias administrativas.
El ser humano y, por supuesto, no se escapo el habitante de esta parte del planeta, ha dado una permanente batalla por su libertad. Viene de los más oscuros calabozos y oprobios. Viene desde cosa, esclavo, siervo, etc., de algún tipo de subordinación del individuo a una autoridad superior. Pero ha sido permanente, constante, su lucha por su libertad. Y sigue. Y ahora con más y mejores argumentos.
Para algunos pensadores el hecho de que apareciera, en determinado momento del devenir histórico, el principio “derechos del hombre”, “derechos individuales”, eso, ese hecho, constituyo la incorporación de la moral individual a lo social, al sistema social, y esto, a su vez, ocasiono una limitación importantísima, fijo un límite al poder del Estado, del Gobierno, de la sociedad, del colectivo con relación al individuo, a la persona, al ciudadano. Un límite contra la fuerza bruta del Estado, del colectivo. Desde entonces quedo limitada la fuerza bruta al derecho. Se le fijo límite al uso de la fuerza bruta contra el individuo, la persona, el ciudadano. La política cambio. Logro del individuo, logro de la libertad, logro del liberalismo, logro del capitalismo.
¿Por qué una persona, un ciudadano común, tiene que sacrificar la consecución de sus ideales, metas, sueños, realizaciones, “felicidad”, en favor de los fines de los demás? ¿Y su libertad, y su lucha por obtenerla, y su esfuerzo individual, y su inteligencia, y su creatividad, y capacidad intelectual y física, donde queda? ¿Acaso el hombre, el ser humano, el individuo, no es un fin en si mismo? ¿Acaso la sociedad no es un medio (no un fin) en donde se desenvuelve el ciudadano para lograr sus fines, para convivir pacíficamente, para relacionarse en determinado orden, por nacimiento y/o elección perfectamente voluntaria?
Cuanto estamos sacando en claro con relación a este régimen de gobierno venezolano es que quiere someter a la sociedad venezolana a lo ya superado por la historia, quiere volver al tiempo en donde la vida de los ciudadanos pertenecía a la sociedad (en este caso la sociedad es el gobernante); en donde la sociedad podía disponer del ciudadano como le viniera en ganas (como hacen los nepoticos socialistas, comunistas, carceleros del caribe), y que cualquier rendija de libertad era una concesión, una gracia, un permiso (control sobre los medios de comunicación y expresión y educación), que, además, puede ser revocado en cualquier momento.
¿La vida de una persona, su vida, acaso no es suya? Claro, mi vida es mía por derecho. Su vida es suya por derecho. Eso significa que su vida es suya por naturaleza, por un principio moral, que uno de los derechos del individuo es un derecho de propiedad de ese individuo, que la sociedad no tiene derechos sobre el individuo y que el gobierno seleccionado y/o designado por los ciudadanos tiene que proteger los derechos del individuo, esta forzado a hacerlo, es su obligación, incluso moral. Es su primera y más importante obligación. Existe, en consecuencia, un derecho fundamental: el derecho de una persona, de un ciudadano, a su propia vida, a su seguridad. ¿Por qué este gobierno no cumple con esta primaria obligación? Sencillamente porque no le interesa el individuo, la persona humana, el ciudadano. Así de claro.
Ahí esta la inseguridad e ineficiencia y casos de complicidad de los aparatos represivos del gobierno. Lea los medios de comunicación del mundo entero. Ahí esta la INTERPOL y sus recientes informes. ¿Por qué a este régimen le preocupa y así lo pregona la seguridad a favor de un determinado sector de la sociedad venezolana y los grupos terroristas y narcotraficantes y no la seguridad de todos los venezolanos? ¿Por qué no hay un compromiso con Colombia para la derrota militar de los grupos subversivos? ¿Por qué no se combate la guerrilla, el narco tráfico y los secuestros y cobro y pago de vacuna en toda la frontera Venezolana? ¿Por qué no desarma la población que el mismo armo?
¿Mirar? Si, es bueno mirar; pero, tal vez, mejor es mirar y actuar. Seguiremos mirando y observando y rechazando este régimen esclavista, colectivista, dictatorial. Defendamos la libertad individual, defendamos el derecho a la vida, a nuestra vida. Valoremos la vida, nuestra vida. Defendamos el derecho a la propiedad individual, a la propiedad privada. Es nuestro derecho por moral y por natural.
“Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos”, Simon Bolívar, 1783-1830, Libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y fundador de Bolivia.
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