La crisis mundial
Por Leonor Filardo
El Universal
Este es el título del editorial escrito por Teodoro Petkoff en Tal Cual el 24 de marzo de 2008. Sugiero que reflexione sobre el tema nuevamente, en virtud del análisis que sigue. Afirma Petkoff que «por enésima vez se comprueba que la economía dejada al libre mercado posee una dinámica autodestructiva… y que la crisis de las hipotecas es hija legitima de los conceptos impuestos por el dúo Reagan-Thatcher».
Todo lo contrario, la crisis se produce por el exceso de intervención del Sistema de la Reserva Federal (SRF) y el manejo irresponsable de la política monetaria de Greenspan y Bernanke, las cuales han estado dirigidas a atacar diversos objetivos simultáneamente, que es lo que no debe hacer un banco central porque eso genera distorsiones y ciclos económicos abruptos.
Ello se debe a las enseñanzas keynesianas y neoclásicas que tienen invadidas las universidades, cuyo instrumental teórico tiene un potencial explicativo muy limitado en comparación con el de la Escuela de Economía Austriaca.
La crisis se genera porque el SRF desde 1997 bajó las tasas de interés artificialmente muy por debajo del mercado, por un periodo prolongado. Cuando la banca encuentra liquidez a bajo costo, de inmediato la traslada a préstamos más asequibles (lo mismo que ha estado sucediendo en Venezuela en los últimos 3 años). Ello incentivó a la banca a endeudarse a corto plazo para financiar préstamos a largo plazo, y puso dinero barato en exceso en manos de empresas, tarjetahabientes, adquisición de títulos apalancados y de viviendas. Por este motivo los agentes se sobreendeudaron. En el caso de las viviendas, esto provocó una escalada de precios que incrementaba el valor de los colaterales y reforzaba la orgía prestamista. A mediados de 2004, el SRF revierte su política subiendo las tasas de interés, ahora para atacar objetivos distintos: presión inflacionaria y depreciación del dólar. Pero, subida de tasas implica reducción de precios de viviendas y de valores. Al estancarse el crédito se acentúa la pérdida de valor de las viviendas y por ende de los colaterales.
Igualmente, la subida de tasas afecta el mercado de papeles comerciales emitidos por las empresas y la adquisición de títulos apalancados. Las hipotecas a tasas variables dejaron de pagarse y con la sobreemisión de papel comercial, las empresas están en una evidente situación de riesgo de liquidez por motivos análogos a las hipotecas: el descalce entre el endeudamiento a corto plazo y la madurez de sus proyectos de largo plazo. Los bancos acumularon créditos morosos en sus balances y sufrieron una fuerte depreciación de sus activos, que al liquidarlos tienen que incurrir en pérdida. Además, la presión sobre el mercado interbancario para atender a sus depositantes, disparó las tasas de interés empeorando la situación. Así los bancos centrales inyectaron liquidez masivamente para evitar un pánico. El problema más grave es que el banco central lo hace a costa de envilecer la moneda, tal como sucede con el dólar el cual pierde valor cada día, y el aumento de las presiones inflacionarias debido a esa devaluación continua. Por otra parte, el índice de precios al consumidor sólo mide el efecto sobre un número reducido de bienes (la cesta familiar), pero la inyección de liquidez excesiva tiene un efecto importante sobre otros mercados y por ello se generan burbujas, tales como la subida del precio del oro, petróleo y otras materias primas, que son el refugio de aquellos que buscan protegerse de las manos diabólicas de la intervención gubernamental que todo lo destruye.
Petkoff no debe olvidar que gracias a la liberación de los mercados y a la globalización, por primera vez la economía mundial ha tenido uno de los crecimientos más largos de la historia, generando una redistribución de riqueza y fuerte disminución de pobreza. Pero se requiere un sistema financiero sólido como cuando existió el patrón oro, que había estabilidad. Ahora existe un patrón fiduciario que requiere una competencia abierta de monedas, o un retorno al patrón oro. Adicionalmente, a la banca se le debe exigir encajes de 100% para depósitos a la vista, con reglas claras e instituciones de supervisión bancaria totalmente transparentes y eficientes. Esto es lo único que evitaría las crisis frecuentes que vienen generando la intervención gubernamental.
Además, creo que su propuesta de que los bancos extranjeros perdonen el endeudamiento de los países pobres parece proceder de la demagogia de Chacumbele.
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