Hipotecas: cómo se gestó la crisis que tiene en vilo a Wall Street
Por Orlando Ferreres
El Cronista
En 2002, la Reserva Federal de EE.UU. decidió mantener el ritmo de actividad del país bajando la tasa en forma progresiva hasta el 1% anual. Este hecho, que era inédito para los 30-40 años previos, reavivó el deseo de tomar préstamos, ya que la tasa era menor que la inflación.
Este aumento de la liquidez se vio reflejado en el precio de las viviendas, que se disparó más del 70% en dólares en cinco años. Todo este proceso hizo sentir más ricos a los norteamericanos, que salieron a pedir una segunda hipoteca o bien préstamos para el consumo. Esto se sintió sobre todo en el segmento de las hipotecas de baja calidad, que se utilizaron no para construir sino básicamente para consumo. Así fue cómo se quebró el equilibrio de cuenta corriente del balance de pagos, ya que se consumía más de lo que se producía. El déficit de cuenta corriente sobre el producto llegó al 7% cuando más del 3% ya se considera riesgoso.
Entonces llegó la necesaria corrección, que fue una suba de la tasa hasta 5,25% para frenar este vivir por encima de las posibilidades. Las hipotecas de baja calidad debían pagar entonces una tasa cinco veces mayor, lo que resultó virtualmente imposible. Alrededor del 15% ya cayó en default. Muchas habían sido securitizadas a través de bonos, calificados en algunos casos como investment grade. Al entrar en default o empezar a tener serias dificultades, las agencias bajaron la calificación, por lo que muchos de los fondos debieron salir a venderlos.
Uno de los aspectos que hoy da más dramatismo al problema se relaciona con lo ocurrido en la anterior crisis del petróleo, en los años ochenta, cuando las llamadas entidades de “savings and loans” sufrieron grandes quebrantos. Más de 1.000 desaparecieron y gran parte el mercado hipotecario fue tomado por los bancos. Así fue como las hipotecas pasaron de tener un peso del 15% del sistema bancario al 45%.
Entre otros aspectos, la actual crisis trae aparejada una mayor dificultad para vender activos inmobiliarios. Antes se tardaba cuatro meses en vender una vivienda, mientras que hoy lleva ocho. Y demás, los precios están disminuyendo por primera vez. Lo que va a ocurrir es que los americanos van a comenzar a sentirse más pobres, consumirán menos, por lo que se importará menos y esto ajustará finalmente la balanza en cuenta corriente americana. El incremento de la tasa de interés habrá disminuido el consumo o aumentado el ahorro, como era de esperar, pero en un proceso lento y con efecto retardado sobre la realidad. El precio: cierto nivel de enfriamiento de la economía global. Consecuencia para nosotros: menor viento de cola desde la economía internacional.
El autor es economista del estudio Ferreres y Asociados.
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