Los oligarcas del presidente
Para esta semana había escrito sobre una comunicación que me envió una señora quien habiendo nacido en un hogar más pobre que el del presidente Correa, ha triunfado en la vida y no guarda rencor a nadie.
Quedará para el próximo domingo.
Desde las tarimas de campaña, el presidente Correa ha comenzado a identificar como oligarcas a algunas familias, incluyendo la mía.
Si él pretende insinuar que hemos sido explotadores de personas de bajos recursos y no hemos tenido solidaridad con ellas, debo concluir que conoce muy poco de la historia de Guayaquil y Ecuador, a pesar de ser “erudito”. La familia Arosemena es todo lo contrario, nos hemos caracterizado por dar más de lo que hemos recibido. Nosotros no hemos vivido del país, hemos vivido para el país.
En un libro que publiqué hace 20 años, se encuentran todos los logros solidarios de una familia que jamás manejó mal el poder, siempre lo puso al servicio de los necesitados. Mi bisabuelo, Eduardo Arosemena Merino (tío de la esposa de Eloy Alfaro y una nieta se casó con un hijo de Alfaro), tuvo estrecha amistad con García Moreno y a través del Banco del Ecuador, le sirvió como banco de desarrollo, prestando dinero para obras de infraestructura, incluyendo el ferrocarril y así lo hizo durante 44 años, con posteriores jefes de Estado. Jamás se aprovechó del Banco del Ecuador, cuando falleció tenía el mismo número de acciones que cuando ingresó.
Él estuvo entre los fundadores y fue primer director de la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG), donde trabajó gratis más de 25 años. En igual forma, participó en la organización de la Cámara de Comercio de Guayaquil, habiendo redactado los estatutos y dirigido la institución en momentos difíciles. Fue filántropo al hacer frecuentes donaciones, entre ellas, durante todos los domingos y por décadas, su esposa, personalmente entregaba panes y leche a los pobres.
Su hijo, Carlos Julio Arosemena Tola, también fue director de la JBG y ayudó al doctor Valenzuela a fundar la Liga Ecuatoriana Antituberculosa (LEA), donde él en calidad de voluntario, tuvo la responsabilidad de manejar las finanzas. Esta institución cumplió una labor social muy importante. Fue fundador de la Comisión de Tránsito del Guayas y también hizo una importante donación a la JBG, dinero que parcialmente sirvió para construir parte del edificio de las oficinas de esta querida institución. Debido a su permanente preocupación por su ciudad natal, fue electo Mejor Ciudadano por el Municipio de Guayaquil. Su esposa, Laura Monroy Garaycoa, estuvo vinculada con algunas instituciones de beneficencia y trajo al país a órdenes religiosas.
Mi padre, Guillermo Arosemena Coronel, fue miembro de la JBG y acompañó al doctor Juan Tanca Marengo en la fundación de Solca; primero colaboró como miembro del Consejo Directivo Nacional y luego fue su presidente hasta que falleció. Trabajó 30 años sin cobrar ni un centavo. Mi padre también fue fundador del Comité de Vialidad y renegoció con Inglaterra la deuda de la Independencia, en momentos en que el Banco Mundial, de reciente creación, se negaba a prestar dinero a Ecuador. Renegociada la deuda, consiguió el primer préstamo que sirvió para construir las primeras carreteras modernas. El Comité de Vialidad prestó invalorable servicio a la provincia del Guayas y otras de la Costa.
Carlos Julio Arosemena Monroy pudo haber sido multimillonario, como son los grandes abogados de nuestro país, pero no era materialista y dedicó más de 70% de su actividad como abogado, para ayudar a los pobres, a quienes no cobraba dinero. Los que podían, como gesto de gratitud, le hacían pequeños regalos como gallinas, botellas de vino, etc. Falleció pobre, en la misma casa llena de libros, que 50 años atrás había construido.
Su hermano, Gustavo Arosemena Monroy, también pudo haber sido un médico muy rico, como son los de gran prestigio, pero sacrificó su vida material, en pro de la investigación científica. Él se pasaba horas en el hospital Luis Vernaza, donde los médicos ganan valores simbólicos, en lugar de estar en su consultorio privado, cobrando a pacientes con posibilidades económicas. Susana Arosemena Coronel levantó los fondos para construir la iglesia de Don Bosco, donde fue párroco el inolvidable Padre Cayetano Tarruel.
En nuestra generación, Margarita Arosemena Gómez Lince es directora de la Casa del Hombre Doliente, donde mueren personas pobres con enfermedades terminales. Catalina Arosemena Gallardo ha dedicado su vida a la educación y trabajos comunitarios. Guillermo Arosemena Arosemena, quien escribe, tiene 35 años en actividades de voluntariado, desde los 27 años de edad, cuando solamente se piensa en hacer dinero.
En Solca participé en todas las comisiones del Consejo Directivo Nacional, incluyendo la responsable de la reorganización administrativa, cuando se construyó el nuevo hospital, donde participaron mis queridos amigos, Manuel Ignacio Gómez Lince y Gustavo Calderón Von Buchwald, dos prestigiosos galenos de nuestra ciudad. En la JBG he entregado más de 4.000 horas gratis de mi tiempo durante los últimos 7 años, para ayudar en la reorganización administrativa del hospital Luis Vernaza y otros hospitales.
Durante una década he sido subdirector ad honorem del Archivo Histórico del Guayas, donde dicto clases a profesores fiscales y participo en conferencias. Jamás he cobrado un centavo. Testigo es Willington Paredes, asesor académico, colega en este diario, quien votó por Correa y me da la impresión que comienza a desencantarse de los cantos de sirena del presidente Correa. También he hecho trabajos gratis en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) y en otras instituciones.
La casa de Correa es más grande que la mía y de algunos familiares míos. Un sobrino que vive en La Puntilla, me comentaba que quisiera invitar al presidente Correa para que visitara su “mansión”, un apartamento que no tiene más de 200 metros cuadrados. Se sintió ofendido por lo de pelucón. Los Arosemena también han cumplido funciones diplomáticas. Alberto Puig Arosemena fue de la talla de Antonio Parra Velasco, con él participaron en la fundación de las Naciones Unidas.
Puedo seguir mencionando más logros solidarios, pero se acabó el espacio. Correa no tiene autoridad moral para hablar mal de otras familias, cuando él todavía no ha hecho nada por Ecuador, solamente dividirlo, caracterizándose por vomitar el odio que tiene metido en su alma. Hay tres perfiles de triunfadores que fueron pobres: el que no guarda resentimientos y es la mayoría, el que se vuelve “plástico” y el resentido social lleno de odio. ¿En cuál de estas categorías se ubica Correa?
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