Ha muerto Friedman. ¡Qué viva Friedman!
La muerte de Milton Friedman remeció el mundo. Tendrá que escribirse mucho – y nunca suficiente – sobre él. Se fue uno de los más grandes economistas de todos los tiempos. Hasta el Nóbel que recibió, palidece frente a su propia trascendencia. Friedman hizo grande al Nóbel de Economía, no al revés. Junto a Hayek, fueron las formidables barreras de contención, declaradamente liberales, frente al keynesianismo rampante que ganó la batalla intelectual en la mayor parte del Siglo XX y que le entregó, sin proponérselo, munición intelectual al socialismo hegemónico.
Cuando ahora todos reconocen la necesidad de mantener precaución en el manejo monetario y los déficits fiscales. Hoy que todos admiten la necesidad de sostenes los equilibrios macroeconómicos. En estos tiempos en que los políticos llegan al poder “atacando al modelo neoliberal” pero que apenas entran a gobernar se apresuran a garantizar manejos prudentes y sensatos. En todos estos casos, sólo se ha rendido homenaje a Friedman.
La mezquindad intelectual no admite el reconocimiento de que toda política económica que hoy se tilde de seria, tendrá que edificarse sobre los principios friedmanitas. Y aparecerán en la vereda del frente los que le rendirán honores – el hipócrita homenaje a los muertos que ya no pueden pelear – pero guardándose que Friedman, como Hayek, fue y será uno de los epitomes del liberalismo de todos los tiempos.
Los enormes aportes de Friedman en terrenos “duros” como la teoría económica o la epistemología de la ciencia de la economía, son sencillamente cruciales. Entre ellos, destacarán el mejor conocimiento de las hiperinflaciones, la teoría del consumo con su hipótesis del ingreso permanente, la innovación de la curva de Phillips con el efecto expectativas, la reformulación de la teoría cuantitativa del dinero, la crítica al modelo de curvas de indiferencia, o la metodología del análisis económico positivo. Y por supuesto, la fundación del monetarismo.
Fue el exponente más destacado de la Escuela de Chicago. Friedman hizo de la Universidad de Chicago, la mejor universidad de economía del mundo. De su Departamento de Economía surgieron ocho Nóbel más, a partir del lauro recibido por Friedman en 1976. Asimismo, fue grande su influencia en la política tanto de su país como de otros. Caso emblemático es el de Chile, que visitó en 1975, y que impregnó con su visión de manejo económico que sentó las bases de la hoy exitosa economía chilena. Este hecho fue aprovechado maliciosamente por el socialismo latinoamericano, que vendió mediáticamente una identificación de las políticas sugeridas por Friedman con la satrapía pinochetista. Hoy los socialistas chilenos que gobiernan Chile, manejan la política económica chilena con los preceptos de Friedman.
¿Qué otros legados deja Friedman? Primero, su vida fue testimonio de una consecuencia y consistencia ideológica que no admitió transacciones soterradas por acomodos mediáticos hacia lo “políticamente correcto”. Friedman nos enseñó que los economistas no estamos para ser simpáticos ni para quedar bien con todos diciéndoles lo que quieren escuchar. Segundo, Friedman no fue un fundamentalista, sino un científico pragmático. Planteó políticas y teorías para que la economía funcionara. Su defensa incondicional de la libertad económica no supuso quimeras como la desaparición del estado o el minimalismo gubernamental, tesis propias de enfoques cuasi-anarquistas del capitalismo. Tercero, aunque pudo refugiarse en la incontaminada esfera académico-intelectual, su defensa de la libertad no la dejó en la teoría, sino que se atrevió a participar en política práctica a través del diseño de políticas públicas, desempeñándose como asesor de presidentes como Nixon y Reagan. Esto fue coherente con una preocupación que lo acompañó hasta su muerte: que se había detenido al socialismo, pero que no se le había hecho retroceder. Por lo que la preservación de la libertad seguía siendo una asignatura pendiente en el siglo XXI. La lucha tenía que ocurrir en la esfera intelectual y doctrinaria, pero también en el mundo práctico de las políticas públicas.
Milton Friedman falleció el 16 de noviembre de 2006. Pero el “Friedman doctrinal” vive. Que descanse en paz su alma, pero que sus ideas sigan trabajando. Friedman, economista e icono. Monetarista y liberal. Ha muerto Friedman. ¡Que viva Friedman!
El autor es Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
- 23 de enero, 2009
- 30 de diciembre, 2024
- 28 de diciembre, 2024
- 31 de diciembre, 2024
Artículo de blog relacionados
- 11 de marzo, 2009
Infobae - Economía Para Todos Salvo el Gobierno, que sigue inventando los argumentos más insólitos...
24 de febrero, 2021America Economia El gobierno cubano comenzó a descentralizar la toma decisiones en la...
12 de julio, 2008Por Roger Vilain Correo del Caroní Para un político maniqueísta la vida tiene...
28 de junio, 2008