Malasia, ‘meca’ de los bonos bendecidos por la ley islámica
Cuando el gobierno de Malasia ofreció a bancos extranjeros licencias para hacer banca islámica, hace dos años, Kuwait Finance House, que estaba deseando entrar al mercado asiático, aprovechó la oportunidad.
La filial malaya de Kuwait Finance House, fundada hace un año, está dando los últimos toques a la emisión de un bono islámico para una eléctrica estatal china. El banco dice que los detalles no están terminados, pero los analistas creen que el bono será emitido a través de un vehículo financiero especial registrado en Labuan, el polo de banca offshore de Malasia. El bono, que será estructurado según los principios islámicos —los que, por ejemplo, prohíben cobrar intereses—, permitirá a la empresa china acudir a una nueva fuente de fondos: los inversionistas del rico en petróleo Golfo Pérsico.
Malasia, un país mayormente musulmán, ha construido en silencio el mayor mercado de bonos islámicos del mundo, y el país está usando esta experiencia para convertirse en un importante centro financiero global para el mundo del islamismo. Los bancos malayos están comenzando a expandirse por el Golfo Pérsico, cuyos inversores, a su vez, están usando a Malasia como un trampolín para llegar más lejos en Asia.
En 2001, Malasia, que ha tenido un pequeño sector bancario islámico desde fines de los años 80, decidió conseguirse un nicho internacional y sancionó una serie de leyes e incentivos que observaban la ley islámica, o sharia, para promover la industria. Bancos islámicos minoristas han florecido, y ahora cuentan con 12% de los activos y 12% de los préstamos, sobre todo para autos y hogares, de Malasia. Pero es el mercado de deuda islámica del país asiático el que ha verdaderamente explotado.
De los US$41.000 millones en bonos islámicos emitidos en todo el mundo desde 1999, alrededor de US$30.000 millones fueron lanzados en Malasia, de acuerdo a la agencia calificadora Moody’s. El banco de inversión malayo CIMB se ha convertido en el mayor emisor de bonos islámicos. Al mismo tiempo, bancos como CIMB han comenzado a diseñar nuevos productos financieros que el mundo islámico nunca había visto, desde títulos atados a las cuentas pendientes de una compañía, y respaldados por sus activos, hasta bonos islámicos sin garantía. Las filiales malayas de bancos internacionales como HSBC Holdings PLC y Citibank Inc. también han entrado en el juego.
El mercado de banca islámica es algo por lo que vale la pena luchar: hay alrededor de US$250.000 millones en activos en bancos islámicos en todo el mundo, y la cifra crece a alrededor del 15% anual, según Moody’s. Hay otros US$300.000 millones siendo gestionados por fondos mutuos islámicos. Empresas asiáticas sin ningún vínculo con la religión —como la eléctrica china que está siendo asesorada por Kuwait Finance— están emitiendo bonos islámicos.
De todas maneras, hay problemas. Por un lado, a los banqueros les cuesta mucho convencer a los musulmanes conservadores que algunos de sus productos cumplen con la sharia. Mientras los académicos están de acuerdo con las premisas básicas —la ley islámica prohíbe obtener beneficios del comercio de deuda y ganar dinero a partir de dinero—, discuten si algunos de los nuevos productos deben ser aprobados.
Por ejemplo, los expertos musulmanes dicen que los bonos islámicos en regla están atados a activos concretos y tangibles, como propiedades o una autopista, y que los retornos para los inversionistas se generan por las ganancias o la venta de estos activos: y no por una tasa de interés.
- 23 de julio, 2015
- 30 de octubre, 2012
- 31 de octubre, 2013
- 15 de abril, 2019
Artículo de blog relacionados
Por Martín Burbridge El Cronista Comercial Buenos Aires. -¿Alguien se imagina qué pasaría...
20 de agosto, 2013La candidatura a la presidencia de Stephen Colbert estuvo pensada como una broma,...
16 de marzo, 2012Por Fabiola Sanchez El Nuevo Herald CARACAS, Venezuela – Kelly Vega llegó a...
7 de julio, 2016- 28 de junio, 2010