Preocupa a Wall Street la economía argentina
Los bancos de inversión previenen a sus clientes sobre las dificultades del país para financiarse, la crisis energética, el aumento de la inflación y el creciente "intervencionismo" del Gobierno
WASHINGTON.– En sintonía con la visión del Grupo de las Siete Potencias (G-7) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), los analistas de Wall Street para América latina elogian el crecimiento local de los últimos años, pero alertan a los potenciales inversores que existen riesgos latentes en el país, alentados incluso en ciertos sectores por el Gobierno, que pueden complicar y desacelerar la expansión desde fines de año y durante 2007.
Los analistas sugieren medir el envío de capitales al país o seleccionar muy bien las áreas donde el Gobierno muestra una visión sagaz o donde se entromete menos con sus políticas “populistas” o “intervencionistas” que generan “riesgos en aumento”, como consta en los informes de los analistas en poder de LA NACION.
“La estrategia [oficial] es probable que restrinja el crecimiento de la economía en el largo plazo”, alertaron los analistas de otra entidad, Bear Stearns, Thierry Wizman, Alex Kazan y Carmen Bedoya. En particular por las “medidas populistas” que incluyen controles de precios “de facto” y “regulaciones intervencionistas en el sector industrial”, con aumentos “artificiales” de salarios.
Un reconocimiento
Algo más cauto en sus aseveraciones, el equipo del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI mechó un reconocimiento por el crecimiento económico del país, que reconocieron que resultó más elevado de lo que esperaban, con observaciones sobre la solidez del modelo en el mediano plazo.
Ese es el núcleo del informe “del artículo IV” que redactaron y presentaron ante el directorio del FMI el 28 de julio último, relataron a LA NACION tres fuentes del organismo, ya que el documento completo, con la discusión entre los directores, aún no fue publicado en esta capital.
La visión de Bear Stearns y el FMI coincide en sus líneas generales con las observaciones y los elogios de analistas de UBS, Goldman Sachs, Barclays Capital, Fitch, Eurasia Group y Manufacturers Alliance, entre otras firmas. Se concentran en los siguientes ejes:
– Necesidad de financiamiento público en 2007: Barclays Capital señala a sus clientes que el Gobierno afrontará “necesidades financieras más apremiantes el próximo año, cuando sus servicios de la deuda externa asciendan a cerca de US$ 10.000 millones”. Eso representará un desafío “especialmente crítico” para el Gobierno, en sintonía con Venezuela.
El analista jefe sobre la deuda soberana argentina de Fitch, Morgan Harting, destaca en ese sentido el riesgo de contar con un abanico limitado de potenciales compradores de títulos, entre el mercado interno y el presidente venezolano, Hugo Chávez. Sobre todo, si “las pocas fuentes de financiamiento para la Argentina se secan”.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aparece hoy como una de las pocas fuentes multilaterales de fondos para el Palacio de Hacienda, aunque allí sólo puede obtener fondos de asignación específica para proyectos y debe sortear las objeciones del G-7, que en el Banco Mundial podrían incluso trabar nuevos créditos.
– Cuellos de botella energéticos: Bear Stearns vislumbra un faltante energético que podría afectar al sector productivo. "Los niveles de capacidad actuales y la falta relativa de nueva inversión sugieren que el déficit en la producción energética comenzará a afectar el crecimiento general de la economía tan pronto como fines de 2006", ya que "al igual que con la política de precios, la política energética ha sido mayormente fijada con una visión de mantener los índices de popularidad elevada del Gobierno más que para edificar el suministro energético de largo plazo".
– Superávit fiscal a la baja: el analista de UBS, Javier Kulesz, descarta riesgos fiscales para lo que resta del año, pero advierte que "hemos empezado a ver el superávit fiscal del 3,5% más como el techo que como el piso" de las cuentas públicas, y se espera que empeoren en 2007, año de elecciones presidenciales, provinciales y municipales. ¿Por qué como techo?
Porque "el gasto creció rápidamente, y desde hace más de un año, ha superado el crecimiento de tanto los ingresos como el PBI nominal".
Fernando Sedano, economista y director del consejo de logística del centro de investigaciones económicas Manufacturers Alliance, cuyos informes llegan a los ejecutivos de unas 500 multinacionales norteamericanas, lo fija en cifras:
"Durante el primer semestre de este año, los ingresos totales se incrementaron 21,8%, mientras que los gastos primarios aumentaron 24,9 por ciento". De mantenerse la tendencia, señala Kulesz, "hacia 2007 y más allá, en ausencia de ajustes, el superávit fiscal quizás entre en una trayectoria descendente, especialmente si la economía finalmente deja atrás el pico del ciclo económico, como estimamos virtualmente todos los analistas".
– Gastos públicos nacional y provinciales en ascenso: en ese contexto de superávit fiscal en riesgo, UBS, Eurasia, Fitch y Goldman Sachs destacan que los balances muestran señales de alerta.
"Las finanzas públicas provinciales se están deteriorando a ritmo acelerado", dice el analista de Goldman Sachs, Pablo Morra, a tal punto que "las cuentas fiscales provinciales quizás arrojen déficit este año y empeoren más en 2007". A la misma conclusión arriba su colega de UBS, Javier Kulesz. "Si el grado de deterioro de la provincia de Buenos Aires se extrapola al resto de las provincias, no nos sorprendería que el superávit primario agregado de las provincias se erosionara por completo o hasta derivara en un déficit tan pronto como este año", alertó.
Kulesz también cita algunos flancos débiles de las cuentas nacionales: desde los subsidios concedidos hasta pérdidas por $ 88 millones en las empresas públicas creadas por la administración Kirchner -Aguas Argentinas, Lafsa y Enarsa, entre otras-.
Avances del Ejecutivo
– Avance del Poder Ejecutivo: ante la evolución de las cuentas fiscales, los analistas comparten ciertas dudas sobre la ley "de superpoderes" que le aportó un margen más amplio al Gobierno sobre el presupuesto, aunque también se alcen voces a favor de la iniciativa.
Morra, de Goldman Sachs, la considera "una novedad muy negativa" porque le permitiría a la Casa Rosada "reubicar como desee el gasto o cualquier excedente de los ingresos que esté por encima de las previsiones presupuestarias sin pedir autorización legislativa". Y esto sería "a expensas de la eficiencia económica, lo que eventualmente reducirá el crecimiento".
Pero el analista Daniel Kerner, del Eurasia Group, calificó la ley como "una positiva reforma institucional", ya que le permitirá a la Casa Rosada "mantener los superávit fiscales".
"La ley solidificará el control de Néstor Kirchner sobre el sistema político y el partido peronista, y le dará al Gobierno más espacio para resolver los problemas económicos de corto plazo, aunque reduzca las presiones para cambiar la política económica", dijo.
"Más importante -añadió Daniel Kerner-, los gobernadores saldrán debilitados, dándole más poder al Presidente sobre las políticas económicas y fiscales nacionales, lo que podría tener un impacto positivo sobre el federalismo fiscal, uno de los principales puntos débiles de la economía del país."
El eterno fantasma
– Inflación latente: el aumento de precios al consumidor está atemperado en el corto plazo, pero latente. UBS proyecta que la inflación rondaría el 13% en 2006 y 2007, pero en un contexto en el que según el banco de inversión Goldman Sachs: "Persisten los riesgos inflacionarios por la ausencia de políticas inflacionarias sólidas", mientras que Bear Stearns abunda: "La inflación de los títulos subestima las presiones inflacionarias en la economía".
Así es como los analistas trazan un distingo entre las cifras que difunden las autoridades y la tendencia latente. "Es evidente que la reciente actuación favorable de la inflación les debe mucho a los controles de facto de los precios", expusieron los expertos de Dresdner Kleinwort, el banco de inversión del Dresdner Bank.
Pero aclararon de inmediato: "Sin la intervención del Gobierno, en particular en los precios de los comestibles y el congelamientos de las tarifas, hay poca duda de que la inflación sería mucho más elevada".
El equipo de la revista inglesa The Economist plasma en cifras esa visión dominante entre los analistas extranjeros. "Mientras los controles de precios están logrando contener las presiones en los precios en el corto plazo, hemos reducido nuestra proyección para la inflación anual al 11% en 2006 (del 12,6 por ciento), pero hemos elevado nuestro pronóstico para 2007 a 10% del 8,8 por ciento, ya que será más difícil sostener estas medidas en medio de las presiones subyacentes sobre los precios."
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