¿Cómo crear empleo?
Por Rómulo López Sabando
El Expreso de Guayaquil
El Gobierno no ha sido creado para hacer ganancias, sino para obtener justicia; no ha sido creado para hacerse rico, sino para ser el guardián y centinela de los derechos del hombre, el primero de los cuales es el derecho al trabajo, o bien sea la libertad de industria” (Lo dice la Constitución argentina, vigente desde 1853, autor Juan Bautista Alberdi).
Al Estado ecuatoriano, que ha tenido veinte constituciones, se lo tilda de corrupto. Ahora lo califican de “cleptócrata”. Desde hace 36 años, su Gobierno es rico (petrolero), aunque su pueblo sigue pobre. Entonces el dilema social implica dos vertientes: lo económico y lo ético. ¿Quién debe crear empleo? ¿El Gobierno y las múltiples estructuras estatales, o los ciudadanos? El empleo público es apetecido (“la troncha”) ante la ausencia de empleos privados, ya que los creadores de empleo (empresarios), de todo tamaño, son satanizados.
La fuga de cerebros y de la fuerza laboral jóvenes, reduce la demanda, lo que limita las oportunidades y el interés por crear fuentes de trabajo (riqueza). Miles de jóvenes, incluso con carreras técnicas y profesiones universitarias, no encuentran trabajo.
La depresión y el desánimo los enferma y emigran a Estados Unidos, que requieren bastante mano de obra y, aunque no hay leyes laborales que los protejan, como en Ecuador, siempre hay trabajo. Esto y la certeza de mejores ingresos explican la inmigración. Al año, más de un millón de personas, de todo el mundo, emigran a EE.UU. y encuentran trabajo. Tanto, que políticos “gringos”, (por sus “intereses creados”), quieren frenar la inmigración con “leyes”, muros y sanciones.
Más del 35% de la población de Ecuador ha emigrado. Los campesinos abandonan tierras, ganado y familia para convertirse en “ilegales”, pese a que la “reforma agraria” les regaló tierras, dinero, sementales, maquinaria, semillas y agua. No pueden producir ni vender, por causa de las “políticas públicas” antiempleo. Vivimos inflación con desempleo (De Ripley: Ecuador, internamente, devalúa el dólar).
El desempleo, la emigración campo-ciudad, las leyes fiscales, laborales, la lentitud y la corrupción para impartir justicia, la inseguridad física y jurídica, el irrespeto a los derechos individuales, a la libertad, a la propiedad, a la vida y la ausencia de posibilidades de paz y gobernabilidad, son causas para que fugue la capacidad de “emprender” y se multipliquen los minifundios improductivos o abandonados.
Los que no pueden fugar y carecen de empleo, caen en raterías y delincuencia común. El alcohol, las drogas, las malas costumbres, la falta de “valores”, la ausencia de ingresos regulares, la corrupción política y, por sobre todo, la inseguridad, la coima, la extorsión, el chantaje, en la administración pública y la justicia venal configuran la base de la crisis. El ambiente es propicio para el tráfico de drogas, las mafias, las pandillas, el crimen organizado y el sicariato.
¿Qué haría el Gobierno si los ecuatorianos ausentes deciden regresar? ¿Les daría trabajo el Estado?
Las “leyes” demagógicas corrompen el entorno social y prostituyen la actividad económica. El “clientelismo político” y la Ley de Partidos atropellan a la moral pública. La impuesto-manía convierte a la industria, el comercio y los servicios en evasores. Los monopolios y una aristocracia corporativa, junto con funcionarios corruptos, se enriquecen con las “protecciones”, evitando la creación de trabajo productivo.
¿Cómo crear empleo? ¿Cuál es el costo y el monto de inversión requerido para “crear” una plaza de trabajo? Es decir ¿cómo el pueblo (los pobres) puede lograr riqueza para satisfacer sus necesidades, sin “narco-lavado? Pues, eliminar los trámites y reducir los impuestos para atraer inversión productiva. Generar un ambiente de libertad, de seguridad (física y jurídica), de justicia imparcial, honorable, rápida y garantías al derecho de propiedad.
Modernizar la Legislación Laboral, simplificar los sistemas fiscal y tributario a fin de que garanticen un marco jurídico que reduzca los costos de transacción y facilite la movilidad laboral. Y que los monopolios empresariales y sindicales, públicos y privados, dejen de serlo y compitan, sin privilegios, ni protección de gobierno. Y que los insumos, repuestos, maquinarias, equipos y tecnologías ingresen con cero arancel, cero trámites y cero tributos, sin límite.
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