Los guardianes de la moral
Las declaraciones de los Humala en la prensa de Lima, predicando el odio y la violencia contra los homosexuales y contra mí en particular, me entristecen y preocupan, pero no me sorprenden, porque el periódico Ollanta, que ha circulado por Perú en los últimos años con el nombre del candidato presidencial Ollanta Humala y que he leído con repugnancia y pavor, está lleno de veneno homofóbico y exalta y glorifica la violencia contra los homosexuales (y la violencia en general).
Además, cuando una investigadora de mi programa, El Francotirador, invitó a Isaac y Elena Humala, padres de Ollanta, a una entrevista conmigo en la televisión, le dijeron: «No vamos a ir al programa de ese maricón y díganle que cuando seamos gobierno lo vamos a fusilar». Ahora, los señores Humala, amonestados por su hijo Ollanta, que teme perder votos por la aterradora franqueza de sus padres, afirman que sus palabras han sido tergiversadas. Pero sólo alguien muy incauto o despistado podría creerles, pues es un hecho probado que defienden la violencia contra los homosexuales, de lo cual hay abundantes testimonios no sólo en las páginas de Ollanta, en las que se deshacen en elogios a los clérigos iraníes por asesinar homosexuales, citan supuestos pasajes bíblicos que justifican esa violencia homicida y propagan la idea de que el Imperio Incaico fue grandioso y admirable, entre otras razones, por linchar a cualquier varón sospechoso de tener sexo con otro varón, sino también en las declaraciones que han hecho en los últimos años, incluyendo esta última, la que desató el escándalo, a una reportera de «Expreso» de Lima, quien tuvo el coraje de denunciarlos.
Ollanta Humala dice que no comparte las ideas de sus padres (si podemos llamar ideas a esos bárbaros llamados a la violencia tribal contra quienes son diferentes a la mayoría o incómodos a sus designios autoritarios). ¿Cómo podríamos creerle, si permitió que su infrecuente nombre fuese también el del periódico Ollanta y difundiera tan siniestras ideas por todo Perú, envenenando a los más rabiosos e ignorantes, que por desgracia son tantos, y conminándolos a linchar, en nombre de su revolución racista, no sólo a los homosexuales, sino a los inversionistas chilenos, banqueros, judíos, al ministro de Economía y al propio Presidente Toledo? ¿No es razonable sospechar que ve con simpatía esa prédica inflamada, matonesca, trasnochada, en la que ha sido educado por sus padres y que tantos adeptos le ha hecho ganar en los últimos años, y que ahora modera convenientemente sólo para ganar las elecciones?
En nombre de la decencia y la pureza, qué ironía, los Humala me acusan de estar «sembrando la inmoralidad a los cuatro vientos» y «haciendo daño a la juventud» por decir que soy bisexual. Se equivocan tan pintorescos guardianes de la moral. Yo defiendo la tolerancia y el respeto a las minorías sexuales, como hacen las sociedades civilizadas, que protegen a las minorías y les permiten organizarse y expresarse. El clan Humala está sembrando el odio y la violencia contra los homosexuales, y esa sí que es una inmoralidad vergonzosa.
Aunque ahora pretenda negarlo por razones de conveniencia política, el señor Ollanta Humala es cómplice de esa abyecta incitación a la violencia, por permitir que su nombre, Ollanta, encabezara un periódico que ha circulado masivamente por todo Perú, con artículos firmados por su hermano Antauro, preso por asaltar una comisaría y matar policías, llamando a linchar y fusilar homosexuales, chilenos, judíos, políticos y opositores. Si él de verdad repudiase esas ideas, debió exigir que retirasen su nombre de ese pasquín, pero no lo hizo y permitió que durante años el grito de guerra «Ollanta» estuviese asociado a esa celebración del odio y la violencia.
Si Humala quisiera demostrar que no es homofóbico, podría tener el gesto tolerante de venir a mi programa, someterse a una entrevista y disculparse por las amenazas vertidas por sus padres y su hermano Antauro, que ahora, desde la cárcel, apoya su candidatura. Pero ha dicho que «nunca, jamás» vendrá a El Francotirador. ¿En qué se diferencia de sus padres y su hermano, si es incapaz de sentarse a hablar conmigo porque al parecer le repugna que no sea un macho cobrizo que odia a los chilenos y a los gays?
- 1 de noviembre, 2024
- 4 de noviembre, 2024
- 22 de marzo, 2016
Artículo de blog relacionados
El País, Montevideo Washington – Los inmigrantes latinoamericanos representan el 53 por ciento...
15 de agosto, 2006- 30 de diciembre, 2014
ABC MADRID. – No se sabe, a una semana de las elecciones presidenciales...
22 de noviembre, 2009- 3 de diciembre, 2007