Moisés Naim: «América Latina se asemeja hoy a la Atlántida, el continente perdido»
Entrevista de Matías Broschek, del diario La Tercera de Chile, a Moisés Naím, director de la revista estadounidense Foreign Policy, publicada el 4 de diciembre de 2005.
¿Qué sabor le dejó la cumbre de Mar del Plata?
Con un sabor de fracaso y de oportunidad. El fracaso de ver energías desperdiciadas. Esas cumbres cuestan millones de dólares y vimos a un presidente anfitrión como Kirchner saboteando cualquier posibilidad de convergencia regional. En un mundo donde la integración es indispensable, lo que ahí se vio fue la hegemonía del populismo mediático trasnochado.
¿Por qué dice que además del fracaso ve una oportunidad?
Primero, permite dilucidar que hay una batalla entre el bloque de países a favor del acuerdo del Alca (Area de Libre Comercio para las Américas) y otro grupo que se opone. Se trata de una contienda mediática. Si uno lee la prensa, pareciera que sólo hubo un gran bloque contrario a la integración. Pero en la práctica vemos que Centroamérica acaba de firmar un TLC con los EE.UU. Conocemos la vocación internacional de Chile. En Uruguay al Presidente Tabaré le critican una política más orientada a Washington. El Presidente Lula se reunió en Brasilia con Bush tras la cumbre en un tono más amigable. Cuando uno hace el inventario, descubre que la estridencia del nacionalismo populista está concentrado en pocos países: Venezuela, Cuba y Argentina.
Pero se hacen sentir…
Esa es una de las frustraciones. ¿Cómo es posible que los países que no comulgan con esa visión populista hayan dejado pasar la aplanadora mediática? Uno tiene la esperanza de que este bloque mayoritario pueda ofrecerle a la región una América Latina que no sea el hazmerreír del mundo.
¿Le llama la atención la reaparición de Fidel Castro?
Es una de las grandes sorpresas. La persona más influyente en América Latina no es Bush, sino que Fidel Castro. El tuvo más influencia en moldear la naturaleza del debate en la última cumbre. Contra lo que se cree, que habría una concentración de poder en las potencias y en las multinacionales, vemos cómo se dispersa. Es el caso de Venezuela, Irán, Corea del Norte y China. Estados Unidos tiene objetivos que no puede alcanzar, pese a su potencia económica, militar y un gasto de US$ 40 mil millones en espionaje.
¿Qué fuerza real tiene el eje La Habana-Caracas-Buenos Aires?
Venezuela y Cuba conforman casi una confederación. Intentaron agregar a Brasil y no prosperó porque Lula no se interesó. Pero sí se sumó Kirchner, que ve una oportunidad económica -pues Chávez gasta dinero venezolano en comprar deuda Argentina- y tiene además afinidad ideológica. El problema es que este eje ofrece malas ideas. Propone un Estado centralizado y una democracia controlada. Quieren sumar a Evo, Humala en Perú y a Ortega en Nicaragua. Pero a la larga los modelos que no generan prosperidad tienden a desaparecer.
¿Por qué cree que hay tierra fértil para esta izquierda?
A América Latina se le prometió mucho durante los 90. Hubo promesas de reformas económicas, de profundización de la democracia y de acercamiento comercial a Estados Unidos que no se cumplieron en muchos países, con quizás la excepción de Chile.
Hubo países que privatizaron y que dolarizaron su economía…
Uno de los grandes mitos en la región es que hubo una orgía de reformas de mercado. La realidad es que lo que hubo fue retórica. En muchos países no se implementaron a fondo, sino que a medias o se hicieron mal. Hoy América Latina no sufre de un exceso, sino de una falta de reformas.
¿Tampoco se nota interés de EE.UU. para promover el Alca?
Es que el debate es hipócrita. En los EE.UU. y en su Congreso no hay ambiente para firmar el Alca. Los chilenos saben lo difícil que fue firmar un acuerdo con Washington. El TLC de Centroamérica casi no pasa por el filtro del Congreso norteamericano. Decir que Estados Unidos está con un apetito inmenso de firmar acuerdos comerciales con América Latina es, por decir lo menos, una gran hipocresía. Para Bush estar en esta cumbre era como estar en el dentista. Por otro lado, su gobierno ha exacerbado el antiamericanismo.
¿Cuándo decae el interés de EE.UU. por América Latina?
A América Latina siempre se la calificó en EE.UU. como el patio trasero -el backyard-, pero fue después del 11 de septiembre y el atentado contra las Torres Gemelas que la región dejó de ser el patio trasero para transformarse en la Atlántida, el continente perdido. En Washington y Wall Street nadie piensa en América Latina.
¿Cómo enfrenta América Latina el mundo más globalizado?
El problema de América Latina no es la globalización, sino que está quedando al margen. En la revista Foreign Policy publicamos cada año un estudio sobre el grado de integración de los países en el mundo. Medimos variables, como la inversión extranjera, el número de minutos de llamadas de larga distancia entre un país y otro, remesas, visitas extranjeras. Salvo Chile, lo que hemos descubierto es que América Latina se está desintegrando del mundo, se está desglobalizando. También decrece la cantidad de estudiantes latinos en universidades de primera línea mundial o representantes de la región en foros internacionales y en la toma de decisión sobre asuntos mundiales. Hoy el mundo ha perdido el interés en América Latina. América Latina se asemeja hoy a esta Atlántida.
¿Las izquierdas de Lula y Lagos tienen la fuerza del eje Chávez?
Depende de lo que entendamos como fuerza. El Presidente Lula, pese a sus problemas políticos, ha evitado el descarrilamiento macroeconómico de Brasil. En tanto, Lagos tiene la fuerza de sus resultados y sale de su gobierno como uno de los mandatarios más exitosos del mundo. Una gran paradoja es por qué en América Latina los pobres depositan tanto ánimo y esperanza en el chavismo y no en el chilenismo. El chilenismo ha sacado de la pobreza a mucha más gente que el chavismo, a pesar de que éste tiene mucho más dinero.
¿Ha sido deficitaria la Concertación en exportar su modelo?
No creo que es un problema del gobierno, sino del país, y esto comprende a las universidades, los privados, el gobierno, las ONG y los medios de prensa. No hay dentro de Chile una voluntad de comunicar su ideología, sino que su voluntad es exportar sus productos. Chile tiene que reconocer que es importante que la región progrese, pues está condenado a vivir en este vecindario.
Hemos hablado de las izquierdas, ¿pero qué ocurre con la derecha?
Creo que hoy los términos izquierda y derecha se tratan un poco a la ligera. ¿Ricardo Lagos qué es, derecha o izquierda?
Pertenece a una alianza que se denomina de centroizquierda…
Pero él ha tenido de todo punto de vista una política económica que no calza dentro de lo que llamamos izquierda. China está gobernado hoy por el PC, pero es uno de los centros más dinámicos del capitalismo. Las definiciones de léxico sobre derecha e izquierda hay que revisarlas con mucho cuidado.
En Chile hay un debate sobre el modelo, ¿qué opina de estos cuestionamientos?
Cuando uno ve quiénes son los potenciales ministros de Hacienda de los tres candidatos con mayores posibilidades uno se da cuenta de que la discusión sobre el modelo en Chile está realmente en el margen, se trata de correcciones. Creo que el debate está exacerbado por la actual coyuntura electoral.
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