El abuso que los políticos hacen de la clase trabajadora

30 de agosto, 2000

El candidato demócrata a la presidencia, Al Gore, promete luchar a favor de la clase trabajadora. ¿Significa esto que Gore intenta apoyar la privatización de la Seguridad Social? ¿Les permitirá a los asalariados adquirir alcancías familiares en lugar de beneficios de retiro pagados con impuestos sobre el trabajo? ¿Permitirá Gore una deducción impositiva para quienes tengan seguros médicos privados? ¿Serán los asalariados capaces de escoger a sus propios médicos y tratamientos y escapar de su dependencia de la medicina burocráticamente suministrada la cual es racionada y reglamentada para que se adecue a los parámetros presupuestarios?

No contenga su respiración. El Partido Demócrata no ha hecho otra cosa que perjudicar a la clase trabajadora durante medio siglo.

Lo que vuelve exitoso a un empleado es su productividad. La productividad depende de la educación y de las habilidades, y de la calidad de la tecnología y de las herramientas con las cuales el empleado trabaja.

¿Qué han hecho los demócratas a favor de la educación pública excepto destruirla? Cuanto más dinero y reglamentaciones federales los demócratas le arrojan a la educación, la misma se vuelve peor y menos responsable. Las calificaciones de los exámenes, los programas de estudios aguachentos, el crecimiento de las escuelas privadas y la exigencia del público por vales educativos atestiguan todos el perjuicio que los demócratas le han inflingido a la educación pública. Los demócratas sacrificaron la productividad de la clase trabajadora a fin de favorecer al grupo de presión de los intereses especiales conocido como la National Education Association.

¿Qué Han hecho los demócratas por las inversiones de capital, las cuales equipan a los empleados con lo último en materia de tecnología y de equipamiento productivo? ¿Cuándo fue la última vez que usted escuchó a un demócrata hablar a favor de la eliminación del prejuicio tributario contra el ahorro y la inversión? ¿Dónde hay un demócrata que desee eliminar la doble, la triple, y la cuádruple tributación sobre la ganancia de la inversión? ¿Dónde hay un demócrata que desee disminuir el impuesto sobre las ganancias de capital o abolir el impuesto a la herencia?

Tales demócratas son difíciles de encontrar, y Al Gore no se encuentra definitivamente entre ellos. Al Gore se opone a toda medida impositiva que todo economista en cualquier parte del mundo sabe que incrementaría la productividad y los ingresos reales de los empleados. Los demócratas sacrificaron a la productividad de los asalariados a favor de la clase guerrera.

Lo que Al Gore quiere decir cuando promete que luchará por la clase trabajadora es que él se opondrá constantemente a toda medida que incrementaría su independencia financiera y su bienestar. Al refrenar a los individuos, los demócratas crean grupos de dependencia a los cuales ellos compensan con dadivas y redistribuciones federales pagadas con impuestos que suprimen las ganancias y la independencia. Las estampillas de alimentos, los subsidios a la vivienda, los subsidios educativos, la atención médica, la atención infantil, la Seguridad Social- estos son programas que crean dependencia y bloques de votantes que pueden ser movilizados mediante la propagación de la alarma de que los republicanos recortarán los subsidios o dañarán los programas.

El gran logro del Partido Demócrata en el siglo 20 fue el de creer vastas burocracias gubernamentales que emplean los dineros de los contribuyentes para hacer por los individuos aquello que los mismos no tienen permitido hacer por los mismos.

Para Al Gore, «luchar a favor de la clase trabajadora» quiere decir mantener a sus miembros dependientes de las dadivas federales. Es una nueva forma de esclavitud en la cual los impuestos y las políticas gubernamentales interfieren con la capacidad de una persona de alcanzar su potencial, y así, la hacen regresar a la dependencia de las limosnas del gobierno.

Esta es en esencia la política del Partido Demócrata. La misma es complementada con la alcahuetería respecto de los «grupos de victimas»-los homosexuales, las feministas, los partidarios del aborto y los negros-que son compensados por su victimidad con el premio de distintos ascensos y privilegios legales especiales.

La cobertura de los medios noticiosos de la Convención Nacional Demócrata describió a los «importantes electores demócratas» como «líderes negros, sindicalistas, maestros, la National Organization for Women, la National Abortion Rights Action League.» Agregamos a quienes se oponen a la tenencia de armas, a los medios liberales y a los homosexuales, y la circunscripción demócrata queda completa.

¿Qué tiene en común el trabajador con estos electores? Nada en absoluto. La mayoría de los cazadores y de los propietarios de armas son trabajadores. Gracias a la educación pública, sus hijos ya no los respetan. El aborto y la «educación sexual» les ha traído la vergüenza de las hijas promiscuas. El feminismo le ha posibilitado a sus esposas abandonarlos a su antojo y desposeerlos en el proceso. Las minorías raciales favorecidas por los demócratas han ganado ascensos a su costa. El impuesto sobre la nomina salarial y el impuesto a las ganancias les impide ahorrar y los deja dependientes del propio gobierno que los socava.

Nunca ha sido tan abusada una clase por un partido político como lo ha sido la clase trabajadora por parte de los demócratas.

Traducido Gabriel Gasave

  • es Asociado John M. Olin en el Institute for Political Economy y ex Subsecretario del Tesoro para Politica Económica.

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