El reciente incremento en los precios del petróleo trajo aparejadas reacciones interesantes. Un consultor petrolero de Calgary fue citado como diciendo que “la lógica y el mercado apenas se llevan bien por estos días.” Otros comentaristas culparon abiertamente a los especuladores. Hare Krishna, Hare Krishna.
Consideremos la información. El siguiente gráfico muestra la evolución comparativa de los precios del West Texas Intermediate* (WTI) entre enero de 1970 y julio de 2005 (en dólares constantes de julio de 2005, desvalorizados conforme el índice de precios al consumidor estadounidense.) A pesar de que los precios reales del petróleo se han encontrado en una tendencia alcista durante los últimos años, el cuadro de largo plazo es diferente. Los precios del WTI subieron desde cerca de $20 por barril en los años 50 a poco más de $40 después de 1973, cuando el cartel de la OPEP achicó la producción como una reacción frente a la guerra de Yom Kippur. Un pico de $95 fue alcanzado en 1980 en la estela de la revolución iraní y de otro recorte importante de la producción por parte del cartel de la OPEP.
FUENTES: Base nacional con información del Banco de la Reserva Federal de St. Louis y de la Oficina de Estadísticas Laborales. WTI en dólares estadounidenses constantes (julio de 2005,) enero de 1970 a julio de 2005.
Después de seis años, el cartel colapsó, debido a que sus altos precios habían reducido la cantidad demandada y generado una mayor producción por parte de los países no pertenecientes a la OPEP. Entre 1973 y el día de hoy, la participación de la OPEP en la producción mundial cayó del 60% al 40%. Tras la invasión de Kuwait en agosto de 1990, la que generó otro pico transitorio, los precios del petróleo se retrotrajeron a menos de su nivel de 1970.
De esta forma, si excluimos a los picos causados por los acontecimientos geopolíticos, los precios reales del petróleo han seguido una tendencia descendente desde mediados de la década de 1970 hasta finales de la década del 90.
Comenzando en 2003, los precios del crudo treparon desde $30 a cerca de $45 hacia finales del año 2004. Desde comienzos de 2005, han ganado otro 50%. Esto puede estar relacionado con la segunda guerra en Irak y la situación política general en el Medio Oriente. Pero nótese que incluso después del alza reciente, un barril de petróleo cuesta casi lo mismo que a mediados de 1982, cuando los precios estaban descendiendo.
Para explicar el aumento de un precio, precisamos un incremento en la demanda, una disminución en la oferta, o ambas cosas. La oferta ha sido recientemente afectada por huracanes y por otras interrupciones en la producción. Los aumentos en la demanda han sido de esta forma los que generaron los aumentos en el precio mayores de los que hubiesen acontecido de otro modo. Existen varios indicios de que parte de la mayor demanda se debió a la especulación. Entre los especuladores se incluye a los automovilistas que llenan sus tanques más frecuentemente, a los dueños de casa que solicitan con anticipación sus provisiones de petróleo para calefacción, a las refinerías, a los distribuidores y a otros intermediarios. Los especuladores profesionales meramente tratan de anticipar la demanda futura. Todos los especuladores prestan un útil servicio de arbitraje al nivelar los movimientos en el precio a lo largo del tiempo.
Desde un punto de vista económico, los precios más altos del petróleo—y de los productos petrolíferos—no son un problema. Ellos transmiten información útil acerca de la escasez percibida del recurso. Los propietarios de campos petroleros, refinerías y otros activos petroleros obtienen rentas, pero esta es simplemente una transferencia—principalmente de los consumidores mundiales a los productores canadienses, en el caso de Canadá. Parte del país se beneficia.
El pronóstico estándar para los precios del petróleo es el de que permanecerán altos, incluso si descienden de su pico. TD Economics pronostica un WTI a $40–50 durante los próximos tres a cinco años, lo cual es representativo del consenso existente con anterioridad al incremento del mes de agosto. Goldman Sachs pronostica actualmente $60. Una razón para los altos precios es la de que nuevas ofertas (por ejemplo, desde los yacimientos petroleros con alta cantidad de arena) tendrán lugar solamente a un costo mayor. La otra razón es la de que el aumento de la demanda es causado por los despegues económicos de la China y de la India.
Sin embargo, la historia de la industria del petróleo está repleta de pronósticos de una demanda exagerada, de pesimistas limitaciones de la oferta y de precios por las nubes. El pronóstico medio de los expertos encuestados por el International Energy Workshop en el mes de enero fue para los precios del crudo de $240 para 2005 (en dólares actuales.) cuatro años antes, el pronóstico medio para el año 2000 fue de $400.
Hasta su fallecimiento acaecido en 1997, el economista Julian Simon predijo una continua declinación en los precios del recurso. En 1980, efectuó una famosa apuesta con el medio ambientalista Paul Ehrlich. La apuesta de Simon era la de que una canasta por valor de $1.000 integrada por cinco metales cualquiera escogidos por Ehrlich valdrían menos (en dólares constantes) 10 años más tarde. Ehrlich perdió. En 1990, el valor de la canasta a los precios de entonces en el mercado se encontraba en más del 50% por debajo. Ehrlich tuvo que enviarle un cheque por $576,07 a Simon, representando la caída en el valor de la canasta. En verdad, los precios de todos los metales elegidos por Ehrlich habían caído.
En su desafiante libro de 1981 The Ultimate Resource, Simon mostró que los precios del recurso habían disminuido por lo general a lo largo del tiempo. El precio relativo del petróleo (cuánto de otros bienes puede ser adquirido con un barril de petróleo) ha caído quizás tanto como dos tercios entre 1860 y el presente. Durante el mismo periodo, el precio del petróleo en términos de salarios ha disminuido en más del 90%.
Simon predijo que la tendencia descendente en los precios del recurso continuaría porque, en el largo plazo, la oferta de los recursos (incluido el petróleo) aumenta más que la demanda. La oferta se incrementa debido a la ingenuidad humana. Está probado que las reservas mundiales de petróleo, las cuales eran de 762 mil millones de barriles en 1984, están ahora estimadas en los 1.189 millardos (miles de millones) de barriles; las cifras correspondientes para Canadá son de 9 y de 17 mil millones de barriles respectivamente. Respecto del crecimiento de la demanda, la cual normalmente sigue al crecimiento de la población y del ingreso, Simon sostenía que el mismo sería deprimido por las nuevas tecnologías que reducirían el uso de petróleo (como los automóviles más livianos), y eventualmente por los nuevos materiales. El valor del petróleo como una proporción de los productos terminados continuará decreciendo. Y contrariamente a los temores maltusianos, el crecimiento de la población incentivará a las potenciales invenciones.
Sin embargo, en años recientes los precios de muchos recursos—ejemplificado por el cobre—han subido. Como dice el refrán, pronosticar es riesgoso, especialmente con respecto al futuro. Pero conocemos los principales factores que interactúan en los precios del petróleo: la incertidumbre política en el Medio Oriente, la demanda incrementada de los países que están desarrollándose rápidamente (asumiendo que su crecimiento continúe) y el habitual espíritu innovador y emprendedor del hombre. Tan solo deberíamos asegurarnos de que la política intervenga lo menos posible con el último de los factores.
*Nota del Traductor
El West Texas Intermediate es el petróleo de referencia para el mercado de Estados Unidos, y cotiza en la New York Mercantile Exchange (Nymex), en Nueva York. Se trata de un crudo de muy alta calidad, por encima de la del Brent; es ligero (39,6 grados API) y dulce (su contenido de azufre es de sólo 0,24%). Por ello, suele venderse a un precio superior al del Brent. Sus contratos de futuro cotizan en la Nymex desde hace 21 años y cuentan con el mayor nivel de liquidez y contratación de todos los crudos mundiales.
Traducido por Gabriel Gasave
El espejismo del precio del petróleo
El reciente incremento en los precios del petróleo trajo aparejadas reacciones interesantes. Un consultor petrolero de Calgary fue citado como diciendo que “la lógica y el mercado apenas se llevan bien por estos días.” Otros comentaristas culparon abiertamente a los especuladores. Hare Krishna, Hare Krishna.
Consideremos la información. El siguiente gráfico muestra la evolución comparativa de los precios del West Texas Intermediate* (WTI) entre enero de 1970 y julio de 2005 (en dólares constantes de julio de 2005, desvalorizados conforme el índice de precios al consumidor estadounidense.) A pesar de que los precios reales del petróleo se han encontrado en una tendencia alcista durante los últimos años, el cuadro de largo plazo es diferente. Los precios del WTI subieron desde cerca de $20 por barril en los años 50 a poco más de $40 después de 1973, cuando el cartel de la OPEP achicó la producción como una reacción frente a la guerra de Yom Kippur. Un pico de $95 fue alcanzado en 1980 en la estela de la revolución iraní y de otro recorte importante de la producción por parte del cartel de la OPEP.
FUENTES: Base nacional con información del Banco de la Reserva Federal de St. Louis y de la Oficina de Estadísticas Laborales. WTI en dólares estadounidenses constantes (julio de 2005,) enero de 1970 a julio de 2005.
Después de seis años, el cartel colapsó, debido a que sus altos precios habían reducido la cantidad demandada y generado una mayor producción por parte de los países no pertenecientes a la OPEP. Entre 1973 y el día de hoy, la participación de la OPEP en la producción mundial cayó del 60% al 40%. Tras la invasión de Kuwait en agosto de 1990, la que generó otro pico transitorio, los precios del petróleo se retrotrajeron a menos de su nivel de 1970.
De esta forma, si excluimos a los picos causados por los acontecimientos geopolíticos, los precios reales del petróleo han seguido una tendencia descendente desde mediados de la década de 1970 hasta finales de la década del 90.
Comenzando en 2003, los precios del crudo treparon desde $30 a cerca de $45 hacia finales del año 2004. Desde comienzos de 2005, han ganado otro 50%. Esto puede estar relacionado con la segunda guerra en Irak y la situación política general en el Medio Oriente. Pero nótese que incluso después del alza reciente, un barril de petróleo cuesta casi lo mismo que a mediados de 1982, cuando los precios estaban descendiendo.
Para explicar el aumento de un precio, precisamos un incremento en la demanda, una disminución en la oferta, o ambas cosas. La oferta ha sido recientemente afectada por huracanes y por otras interrupciones en la producción. Los aumentos en la demanda han sido de esta forma los que generaron los aumentos en el precio mayores de los que hubiesen acontecido de otro modo. Existen varios indicios de que parte de la mayor demanda se debió a la especulación. Entre los especuladores se incluye a los automovilistas que llenan sus tanques más frecuentemente, a los dueños de casa que solicitan con anticipación sus provisiones de petróleo para calefacción, a las refinerías, a los distribuidores y a otros intermediarios. Los especuladores profesionales meramente tratan de anticipar la demanda futura. Todos los especuladores prestan un útil servicio de arbitraje al nivelar los movimientos en el precio a lo largo del tiempo.
Desde un punto de vista económico, los precios más altos del petróleo—y de los productos petrolíferos—no son un problema. Ellos transmiten información útil acerca de la escasez percibida del recurso. Los propietarios de campos petroleros, refinerías y otros activos petroleros obtienen rentas, pero esta es simplemente una transferencia—principalmente de los consumidores mundiales a los productores canadienses, en el caso de Canadá. Parte del país se beneficia.
El pronóstico estándar para los precios del petróleo es el de que permanecerán altos, incluso si descienden de su pico. TD Economics pronostica un WTI a $40–50 durante los próximos tres a cinco años, lo cual es representativo del consenso existente con anterioridad al incremento del mes de agosto. Goldman Sachs pronostica actualmente $60. Una razón para los altos precios es la de que nuevas ofertas (por ejemplo, desde los yacimientos petroleros con alta cantidad de arena) tendrán lugar solamente a un costo mayor. La otra razón es la de que el aumento de la demanda es causado por los despegues económicos de la China y de la India.
Sin embargo, la historia de la industria del petróleo está repleta de pronósticos de una demanda exagerada, de pesimistas limitaciones de la oferta y de precios por las nubes. El pronóstico medio de los expertos encuestados por el International Energy Workshop en el mes de enero fue para los precios del crudo de $240 para 2005 (en dólares actuales.) cuatro años antes, el pronóstico medio para el año 2000 fue de $400.
Hasta su fallecimiento acaecido en 1997, el economista Julian Simon predijo una continua declinación en los precios del recurso. En 1980, efectuó una famosa apuesta con el medio ambientalista Paul Ehrlich. La apuesta de Simon era la de que una canasta por valor de $1.000 integrada por cinco metales cualquiera escogidos por Ehrlich valdrían menos (en dólares constantes) 10 años más tarde. Ehrlich perdió. En 1990, el valor de la canasta a los precios de entonces en el mercado se encontraba en más del 50% por debajo. Ehrlich tuvo que enviarle un cheque por $576,07 a Simon, representando la caída en el valor de la canasta. En verdad, los precios de todos los metales elegidos por Ehrlich habían caído.
En su desafiante libro de 1981 The Ultimate Resource, Simon mostró que los precios del recurso habían disminuido por lo general a lo largo del tiempo. El precio relativo del petróleo (cuánto de otros bienes puede ser adquirido con un barril de petróleo) ha caído quizás tanto como dos tercios entre 1860 y el presente. Durante el mismo periodo, el precio del petróleo en términos de salarios ha disminuido en más del 90%.
Simon predijo que la tendencia descendente en los precios del recurso continuaría porque, en el largo plazo, la oferta de los recursos (incluido el petróleo) aumenta más que la demanda. La oferta se incrementa debido a la ingenuidad humana. Está probado que las reservas mundiales de petróleo, las cuales eran de 762 mil millones de barriles en 1984, están ahora estimadas en los 1.189 millardos (miles de millones) de barriles; las cifras correspondientes para Canadá son de 9 y de 17 mil millones de barriles respectivamente. Respecto del crecimiento de la demanda, la cual normalmente sigue al crecimiento de la población y del ingreso, Simon sostenía que el mismo sería deprimido por las nuevas tecnologías que reducirían el uso de petróleo (como los automóviles más livianos), y eventualmente por los nuevos materiales. El valor del petróleo como una proporción de los productos terminados continuará decreciendo. Y contrariamente a los temores maltusianos, el crecimiento de la población incentivará a las potenciales invenciones.
Sin embargo, en años recientes los precios de muchos recursos—ejemplificado por el cobre—han subido. Como dice el refrán, pronosticar es riesgoso, especialmente con respecto al futuro. Pero conocemos los principales factores que interactúan en los precios del petróleo: la incertidumbre política en el Medio Oriente, la demanda incrementada de los países que están desarrollándose rápidamente (asumiendo que su crecimiento continúe) y el habitual espíritu innovador y emprendedor del hombre. Tan solo deberíamos asegurarnos de que la política intervenga lo menos posible con el último de los factores.
*Nota del Traductor
El West Texas Intermediate es el petróleo de referencia para el mercado de Estados Unidos, y cotiza en la New York Mercantile Exchange (Nymex), en Nueva York. Se trata de un crudo de muy alta calidad, por encima de la del Brent; es ligero (39,6 grados API) y dulce (su contenido de azufre es de sólo 0,24%). Por ello, suele venderse a un precio superior al del Brent. Sus contratos de futuro cotizan en la Nymex desde hace 21 años y cuentan con el mayor nivel de liquidez y contratación de todos los crudos mundiales.
Traducido por Gabriel Gasave
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