Recientemente la atención de los medios y de la comunidad científica y médica se ha concentrado en el fraude cometido por el científico surcoreano Hwang Woo-suk, quien sostuvo haber creado células humanas de embriones clonados.
Menos atención le sido ha prestada a Miodrag Stojkovic, el científico que fue instrumental en la clonación del primer embrión humano en Gran Bretaña. Stojkovic recientemente renunció a su celebre puesto en la Newcastle University. En la actualidad, desarrollando investigaciones en España, plantea acusaciones de falta de decoro científico respecto de ex colegas.
La investigación sobre células madre puede ser el desarrollo científico más sensacional y explosivo de los últimos años. Pero el adelanto más anunciado resultó ser un fraude masivo; otro ha impulsado a un científico pionero a gritar «sucio». Se vuelve así importante recordar la admonición, «cuestione a la autoridad».
La investigación científica es un misterio arcano para los legos como yo, que debemos depender en un grado incomodo de las opiniones de los expertos. Vivimos bajo pautas médicas y políticas que por lo general pueden proceder de la investigación.
Nuestras esperanzas dependen de tecnologías como la investigación de las células madres—la cual puede apuntar a curas para la diabetes o el Mal de Alzheimer. Nuestro temor crea oportunidades para las versiones modernas de remedios el estilo del aceite de víbora: por ejemplo, las «pruebas genéticas» que se venden en Internet las que según se dice miden el riesgo de desarrollar enfermedades, pero a las cuales los científicos consideran una «perdida de dinero».
Idealmente, unos medios de comunicación educados formularían preguntas escépticas que protegerían el interés público. Ese ideal es poco frecuente. Y por lo tanto, el hecho de «cuestionar a la autoridad» se convierte en una responsabilidad personal. ¿Pero qué interrogantes deberían formularse?
Los hechos de las dos controversias ofrecen algunas pautas.
El caso de Hwang se trató de un completo fraude pero las investigaciones de Stojkovic no han sido desacreditadas. En cambio, sus alegaciones conciernen a la manera impropia con la cual la investigación ha sido reconocida y presentada. Una crítica: la universidad ignoró la sana practica científica al anunciar un progreso a la prensa antes de que una revisión fuese realizada por parte de los pares. La oportunidad parecía diseñada para quitarle publicidad al por entonces laureado Hwang cuyo trabajo llegaba a los medios en el mismo momento.
El respetado journal semanal de ciencia Nature respondió con un editorial del 2 de junio de 2005 intitulado «Too much, too soon: How not to promote your latest research findings in the media». Algo clave en la condena de Nature fue la circunstancia de que un «trabajo de investigación completo debe ser mantenido confidencial hasta que sea aceptado y publicado» lo que implicó que los medios no tuvieron acceso ni a la información del equipo de Newcastle ni a una revisión informada. Las mismas meramente fueron conclusiones brindadas para hacerlas circular.
Stojkovic, quien cooperó con el anuncio a la prensa, afirma hora haber sido sorprendido por la universidad.
Cualquiera sea la verdad, el sentido común debería haber interrogado a Hwang, al equipo de Newcastle y a cualquier otro investigador.
El primer interrogante se relaciona con la naturaleza de cualquier afirmación. ¿Son «estadísticos» los resultados o los mismos proceden de un experimento inequívoco de »»si/no»»?
Los resultados estadísticos generalmente involucran la observación de información de la cual pueden trazarse correlaciones a fin de indicar posibles causas y efectos. Un ejemplo es el de la muy aclamada investigación sobre el cáncer de boca para la cual el Dr. Jon Sudbo del Norwegian Radium Hospital observó una base de datos de 908 participantes. Sudbo ha admitido que fabricó su base de datos. Varios interrogantes vinculados a estudios estadísticos involucran poco más que el análisis cercano de los datos específicos de la información. Por ejemplo, cuando 250 de los 908 individuos estudiados por Sudbo compartían la misma fecha de nacimiento, una bandera roja debería haber flameado.
Resultados, como aquellos afirmados por Hwang y el equipo de Newcastle, son del tipo «si/no». Eso equivale a decir, que las células y los embriones fueron clonados en la manera indicada, o que no lo fueron. Estas preguntas relacionadas con experimentos de «si/no» pueden ser más fundamentales que aquellas referidos a afirmaciones estadísticas pero toda la investigación debería ser capaz de responderlas. Esas preguntas incluyen:
- ¿Se encuentra el informe, incluidas toda la información y la metodología, disponible para su examen? De no estarlo, entonces el investigador le está pidiendo que acepte su palabra por los hallazgos.
- ¿Cuál es la reputación del investigador? Más credibilidad debería concedérsele a las afirmaciones de un científico con antecedentes respetables que a un desconocido surgido de la nada.
- ¿Quién financia la investigación? Una fuente de dinero cuestionable no invalida la investigación pero el escepticismo por parte del público debería ser aguzado si el financista se beneficia de un especifico descubrimiento y de los resultados hallados.
- ¿Han sido los descubrimientos verificados de manera independiente? Las afirmaciones deberían estar suficientemente documentadas para permitir que sean replicadas. (Desafortunadamente aspectos no-científicos, como las patentes, a veces interfieren con la divulgación).
- ¿Contradice la afirmación la información previa? Un progreso que logra un resultado difícil es cualitativamente diferente de aquel que logra un resultado previamente considerado como imposible. Un »»cambio de paradigma»» exige un alto grado de prueba en virtud de que involucra la invalidación de la información anterior.
- ¿Incluye la afirmación recomendaciones de políticas o de cambios en la ley? La investigación que incluye una agenda política es más proclive a expresar las creencias personales del investigador que un trabajo que meramente destaca informaciones y descubrimientos.
- ¿Cuál es la respuesta de la comunidad científica?.
- ¿Dónde fue publicada la investigación? Los diferentes niveles de prestigio para los journals científicos han sido cuantificados en términos de su «factor de impacto». Si un investigador publica en un journal de bajo impacto, entonces el hecho de preguntar »»por qué»» resulta apropiado.
Las preguntas precedentes no garantizan que el trabajo fraudulento o incompetente será detectado. Por ejemplo, el trabajo de Hwang fue promocionado por la prestigiosa publicación Science. El trabajo de Sudbo fue publicado tanto en el New England Journal of Medicine, en abril de 2004, y en el Journal of Clinical Oncology, en marzo de 2005. La comunidad científica, al igual que los medios, simplemente no está haciendo su trabajo.
De esta manera, la formulación de estas preguntas se torna más que necesaria. Las declaraciones de las autoridades científicas deberían recibir el mismo escepticismo que usualmente reciben las similarmente atrevidas declaraciones de las autoridades políticas. Ambas impactan sobre su vida y le conciernen.
Traducido por Gabriel Gasave
Preguntas para formularle a las autoridades científicas
Recientemente la atención de los medios y de la comunidad científica y médica se ha concentrado en el fraude cometido por el científico surcoreano Hwang Woo-suk, quien sostuvo haber creado células humanas de embriones clonados.
Menos atención le sido ha prestada a Miodrag Stojkovic, el científico que fue instrumental en la clonación del primer embrión humano en Gran Bretaña. Stojkovic recientemente renunció a su celebre puesto en la Newcastle University. En la actualidad, desarrollando investigaciones en España, plantea acusaciones de falta de decoro científico respecto de ex colegas.
La investigación sobre células madre puede ser el desarrollo científico más sensacional y explosivo de los últimos años. Pero el adelanto más anunciado resultó ser un fraude masivo; otro ha impulsado a un científico pionero a gritar «sucio». Se vuelve así importante recordar la admonición, «cuestione a la autoridad».
La investigación científica es un misterio arcano para los legos como yo, que debemos depender en un grado incomodo de las opiniones de los expertos. Vivimos bajo pautas médicas y políticas que por lo general pueden proceder de la investigación.
Nuestras esperanzas dependen de tecnologías como la investigación de las células madres—la cual puede apuntar a curas para la diabetes o el Mal de Alzheimer. Nuestro temor crea oportunidades para las versiones modernas de remedios el estilo del aceite de víbora: por ejemplo, las «pruebas genéticas» que se venden en Internet las que según se dice miden el riesgo de desarrollar enfermedades, pero a las cuales los científicos consideran una «perdida de dinero».
Idealmente, unos medios de comunicación educados formularían preguntas escépticas que protegerían el interés público. Ese ideal es poco frecuente. Y por lo tanto, el hecho de «cuestionar a la autoridad» se convierte en una responsabilidad personal. ¿Pero qué interrogantes deberían formularse?
Los hechos de las dos controversias ofrecen algunas pautas.
El caso de Hwang se trató de un completo fraude pero las investigaciones de Stojkovic no han sido desacreditadas. En cambio, sus alegaciones conciernen a la manera impropia con la cual la investigación ha sido reconocida y presentada. Una crítica: la universidad ignoró la sana practica científica al anunciar un progreso a la prensa antes de que una revisión fuese realizada por parte de los pares. La oportunidad parecía diseñada para quitarle publicidad al por entonces laureado Hwang cuyo trabajo llegaba a los medios en el mismo momento.
El respetado journal semanal de ciencia Nature respondió con un editorial del 2 de junio de 2005 intitulado «Too much, too soon: How not to promote your latest research findings in the media». Algo clave en la condena de Nature fue la circunstancia de que un «trabajo de investigación completo debe ser mantenido confidencial hasta que sea aceptado y publicado» lo que implicó que los medios no tuvieron acceso ni a la información del equipo de Newcastle ni a una revisión informada. Las mismas meramente fueron conclusiones brindadas para hacerlas circular.
Stojkovic, quien cooperó con el anuncio a la prensa, afirma hora haber sido sorprendido por la universidad.
Cualquiera sea la verdad, el sentido común debería haber interrogado a Hwang, al equipo de Newcastle y a cualquier otro investigador.
El primer interrogante se relaciona con la naturaleza de cualquier afirmación. ¿Son «estadísticos» los resultados o los mismos proceden de un experimento inequívoco de »»si/no»»?
Los resultados estadísticos generalmente involucran la observación de información de la cual pueden trazarse correlaciones a fin de indicar posibles causas y efectos. Un ejemplo es el de la muy aclamada investigación sobre el cáncer de boca para la cual el Dr. Jon Sudbo del Norwegian Radium Hospital observó una base de datos de 908 participantes. Sudbo ha admitido que fabricó su base de datos. Varios interrogantes vinculados a estudios estadísticos involucran poco más que el análisis cercano de los datos específicos de la información. Por ejemplo, cuando 250 de los 908 individuos estudiados por Sudbo compartían la misma fecha de nacimiento, una bandera roja debería haber flameado.
Resultados, como aquellos afirmados por Hwang y el equipo de Newcastle, son del tipo «si/no». Eso equivale a decir, que las células y los embriones fueron clonados en la manera indicada, o que no lo fueron. Estas preguntas relacionadas con experimentos de «si/no» pueden ser más fundamentales que aquellas referidos a afirmaciones estadísticas pero toda la investigación debería ser capaz de responderlas. Esas preguntas incluyen:
Las preguntas precedentes no garantizan que el trabajo fraudulento o incompetente será detectado. Por ejemplo, el trabajo de Hwang fue promocionado por la prestigiosa publicación Science. El trabajo de Sudbo fue publicado tanto en el New England Journal of Medicine, en abril de 2004, y en el Journal of Clinical Oncology, en marzo de 2005. La comunidad científica, al igual que los medios, simplemente no está haciendo su trabajo.
De esta manera, la formulación de estas preguntas se torna más que necesaria. Las declaraciones de las autoridades científicas deberían recibir el mismo escepticismo que usualmente reciben las similarmente atrevidas declaraciones de las autoridades políticas. Ambas impactan sobre su vida y le conciernen.
Traducido por Gabriel Gasave
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