(No) hagamos un trato

31 de julio, 2011

Ahora que el Senado ha rechazado “recortar, limitar y equilibrar” las cuentas, el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner y el presidente Obama están obligados a llegar a un acuerdo que eleve el techo de la deuda sin realizar a cambio un recorte significativo en el gasto del gobierno. Si los republicanos son serios respecto de detener el crecimiento del gobierno deberían dejar que el gobierno alcance el tope de su deuda el 2 de agosto sin llegar a un acuerdo. Ello obligaría a una mayor y más inmediata reforma para recortar, limitar y equilibrar y no sería el fin del mundo.

El Presidente de la Cámara Boehner respondió a la votación del Senado afirmando, “Los demócratas han desafiado la voluntad del pueblo estadounidense que apoya de manera abrumadora verdaderos recortes y limitaciones a los gastos futuros, y un presupuesto equilibrado”. Si los verdaderos recortes y limitaciones a los futuros gastos, y un presupuesto equilibrado son realmente lo que desea, todo lo que tiene que hacer es dejar que llegue el 2 de agosto sin un acuerdo y los tendrá.

Alcanzar el techo de la deuda obligaría al gobierno a gastar sólo lo que recibe como ingresos dado que ya no sería capaz de emitir más deuda. Eso automáticamente pone límites a los gastos futuros y fuerza al gobierno a equilibrar su presupuesto. También implica verdaderos recortes del gasto.

El gobierno federal gasta un poco más de 3 billones (trillones en inglés) de dólares y toma un poco más de 2 billones de dólares en concepto de ingresos al año. Equilibrar el presupuesto obligaría al gobierno a recortar los gastos en aproximadamente un tercio. Pese a que suena como un gran recorte, el mismo sólo reduciría el gasto ajustado por inflación hasta aproximadamente el nivel que tenía cuando el presidente Clinton dejó el cargo—difícilmente una era de gobierno pequeño.

Los intereses sobre la deuda han crecido un 14 por ciento desde el año 2000, pero a un poco más de 400 mil millones (billones en inglés) de dólares al año el gobierno aún obtiene ingresos más que suficientes para pagarlos. Así que aquellos que han bautizado a los republicanos del Tea Party, que han dicho que se trataba de recortar, limitar, y equilibrar o nada, el “grupo político del default” no están siendo sinceros. Fallar en elevar el techo de la deuda no tiene por qué significar un default. Pero pagar los intereses implica que mayores recortes tendrían que hacerse en otras áreas.

Todo el gasto gubernamental es en última instancia discrecional. Recortes de la magnitud necesaria para equilibrar el presupuesto es probable que requieran recortes del gasto en concepto de prestaciones sociales. Pero la Seguridad Social y el Medicare durante mucho tiempo han tenido la necesidad de una reforma. Alcanzar el techo de la deuda puede permitir recortes a estos programas que de otra manera no hubiesen sido políticamente posibles. Si los republicanos realmente son partidarios de reducir el tamaño del gobierno, deberían aprovechar la oportunidad que el hecho de alcanzar el techo de la deuda brinda.

El presidente Obama ha dicho que, “no puede garantizar que esos cheques [del Seguro Social] sean librados el 3 de agosto” si el techo de la deuda no es elevado. Alcanzar el techo de la deuda no significa que la abuela no recibirá su cheque el próximo mes. El propósito de recortar, limitar y equilibrar era permitir que el techo de la deuda aumentase en el corto plazo, mientras que los recortes de gastos eran paulatinos de modo tal que eventualmente se equilibraría el presupuesto. Pero incluso sin aumentar el techo de la deuda el gobierno es capaz de realizar una transición gradual hacia un menor nivel de gasto.

El gobierno federal tiene vastas posesiones de tierra en el oeste, una reserva de petróleo, oro en Fort Knox, y bienes raíces comerciales en las principales ciudades. La venta de activos federales podría proporcionar una fuente temporal de ingresos para equilibrar el presupuesto mientras se inicia una transición hacia un menor nivel de gasto. La transición tendría que ocurrir más rápido si el techo de la deuda no fuese elevado, pero todos los recortes no precisan hacerse de la noche a la mañana. Los defensores de un gobierno más pequeño deberían ver a la privatización de los activos del gobierno como un bono adicional.

Si los republicanos realmente desean reducir al gobierno esta es una oportunidad de oro. Alcanzar el techo de la deuda sin un acuerdo requeriría grandes recortes de gastos y obligará al gobierno a equilibrar el presupuesto. Si el gobierno desea facilitar la transición, podría vender los activos que posee durante la misma. Los defensores de un gobierno más pequeño no podrían esperar llegar a un mejor acuerdo que aquel que pueden forzar simplemente no haciendo un trato.

Traducido por Gabriel Gasave

  • es Asociado Senior en el Independent Institute y Director del Free Market Institute de la Texas Tech University.

Artículos relacionados