“Hazme saber si hay algo que puedo hacer por ti”.
¿Cuán a menudo has escuchado esto de alguien que te entrega una tarjeta de presentación? ¿Cuántas veces se los has dicho a alguien a quien acababas de darle una tarjeta de presentación? No estaba preparado para lo que vino después durante una de estas mundanas transacciones hace apenas unos días.
“Bueno, ¿qué podrías hacer por mí?”
La pregunta vino de un estudiante de Rhodes llamado Eric Stockhausen. Nos acabábamos de encontrar por primera vez; él amablemente accedió a permitirme mencionarlo por su nombre en este artículo. Había oficiado de maestro de ceremonias en una presentación de Jason Womack, mi pensador favorito en materia de desempeño laboral, y me encontraba conociendo gente y estrechando manos tras el evento.
A pesar de que estaba pensando en cómo podía conectarme con la gente y ayudarles a conectarse entre sí, tengo que confesar que la respuesta de Eric a mi oferta me descolocó un poco. Siempre he detestado decir “Hazme saber qué puedo hacer por ti” en o cerca del final de una conversación porque suena poco sincero (les aseguro que no lo es) y porque genuinamente deseo encontrar formas de mejorar las vidas de las personas que conozco. No había pensado en una mejor forma de transmitir eso, pero la pregunta de Eric me hizo pensar: ¿qué puedo hacer por la gente? En un nivel más amplio, ¿dónde y cuáles son las convenciones sociales sobre las que no suelo pensar pero que me impiden ser más eficaz como docente, investigador, escritor, esposo, padre, amigo, y así sucesivamente? Incluso aún de manera más amplia, ¿qué puedo hacer para mejorar las vidas de otros? Y si usted es curioso, le recomendé a Eric visitar el Institute for Humane Studies–para el que trabajo como Oficial Adjunto de Programas–y lo invité a un seminario del IHS que estamos organizando en Rhodes dentro de unas pocas semanas.
Así que esto es lo que voy a hacer. Estoy seguro de que difícilmente sea una idea original, y creo que posiblemente podría recordar vagamente haber leído algo acerca de alguien en algún lugar haciendo algo como esto. En vez de patearle la pelota al otro y decir “aquí está mi tarjeta; escríbeme un e-mail si puedo hacer algo por ti”, seré más intencionado sobre preguntarle a la gente qué, específicamente, puedo hacer por ellos. O, si se me ocurre algo de inmediato, voy a seguir adelante, recordármelo y encontrar una manera de hacerlo.
Esto puede parecer algo que consume mucho tiempo, tal vez incluso un despilfarro. No creo que lo sea. Sí, hay una sensación de que estás invitando a la gente a reclamar parte de tu tiempo, energía y atención. Mal administradas, este tipo de invitaciones pueden generar stress y una sensación de sentirse abrumado por la gente que jala de ti en todas direcciones. Al mismo tiempo, sin embargo, tales invitaciones crean oportunidades. Una de las preguntas favoritas de Jason Womack es “¿quién conoce alguien…”, con un poco de reflexión, nótese que esta es una pregunta que haces cada vez que le pides a alguien que te recomiende un fontanero, un contratista, un servicio de jardinería, un dentista, o una infinidad de otros productos y servicios. Demostrar capacidad paar hacer cosas por la gente hace que sea mucho más probable que tú seas la respuesta al interrogante de “¿quién conoce alguien…” cuando los demás lo formulen.
La pregunta de Eric fue la mejor pregunta que he escuchado durante toda la semana. La hizo el jueves, y aún sigo pensando en ello el sábado. La información es costosa, la información es valiosa, y la Biblia está en lo correcto en Proverbios 22:1 (NVI): “Vale más el buen nombre que las muchas riquezas, y ser estimado vale más que la plata y el oro”. Encontrar maneras de hacer cosas por otros puede ser un paso importante hacia el establecimiento de un buen nombre.
*-Revelaciones: Hice algunos trabajos como contratista para la Womack Company a principios de 2011. Hago trabajos como contratista para el IHS. Mientras estoy haciendo cosas para la gente, si usted vive en Memphis y está buscando una buena empresa de jardinería, nosotros utilizamos los servicios de la compañía de mi amigo Wesley Wright. No he recibido (ni espero recibir) ninguna consideración onerosa de Wright Landscapings a cambio de colocar este link a ellos en el artículo. Con el Día de San Valentín a la vuelta de la esquina, he incluido un enlace a un artículo sobre regalos que he escrito en la época de Navidad que podría considerar útil de nuevo. Estoy recordando la pregunta de Eric de memoria, ya que creo olvidé anotarla; él podría haber dicho “puedes” en lugar de “podrías”.
Traducido por Gabriel Gasave
La mejor pregunta que he oído esta semana: ¿Qué podrías hacer por mí?
“Hazme saber si hay algo que puedo hacer por ti”.
¿Cuán a menudo has escuchado esto de alguien que te entrega una tarjeta de presentación? ¿Cuántas veces se los has dicho a alguien a quien acababas de darle una tarjeta de presentación? No estaba preparado para lo que vino después durante una de estas mundanas transacciones hace apenas unos días.
“Bueno, ¿qué podrías hacer por mí?”
La pregunta vino de un estudiante de Rhodes llamado Eric Stockhausen. Nos acabábamos de encontrar por primera vez; él amablemente accedió a permitirme mencionarlo por su nombre en este artículo. Había oficiado de maestro de ceremonias en una presentación de Jason Womack, mi pensador favorito en materia de desempeño laboral, y me encontraba conociendo gente y estrechando manos tras el evento.
A pesar de que estaba pensando en cómo podía conectarme con la gente y ayudarles a conectarse entre sí, tengo que confesar que la respuesta de Eric a mi oferta me descolocó un poco. Siempre he detestado decir “Hazme saber qué puedo hacer por ti” en o cerca del final de una conversación porque suena poco sincero (les aseguro que no lo es) y porque genuinamente deseo encontrar formas de mejorar las vidas de las personas que conozco. No había pensado en una mejor forma de transmitir eso, pero la pregunta de Eric me hizo pensar: ¿qué puedo hacer por la gente? En un nivel más amplio, ¿dónde y cuáles son las convenciones sociales sobre las que no suelo pensar pero que me impiden ser más eficaz como docente, investigador, escritor, esposo, padre, amigo, y así sucesivamente? Incluso aún de manera más amplia, ¿qué puedo hacer para mejorar las vidas de otros? Y si usted es curioso, le recomendé a Eric visitar el Institute for Humane Studies–para el que trabajo como Oficial Adjunto de Programas–y lo invité a un seminario del IHS que estamos organizando en Rhodes dentro de unas pocas semanas.
Así que esto es lo que voy a hacer. Estoy seguro de que difícilmente sea una idea original, y creo que posiblemente podría recordar vagamente haber leído algo acerca de alguien en algún lugar haciendo algo como esto. En vez de patearle la pelota al otro y decir “aquí está mi tarjeta; escríbeme un e-mail si puedo hacer algo por ti”, seré más intencionado sobre preguntarle a la gente qué, específicamente, puedo hacer por ellos. O, si se me ocurre algo de inmediato, voy a seguir adelante, recordármelo y encontrar una manera de hacerlo.
Esto puede parecer algo que consume mucho tiempo, tal vez incluso un despilfarro. No creo que lo sea. Sí, hay una sensación de que estás invitando a la gente a reclamar parte de tu tiempo, energía y atención. Mal administradas, este tipo de invitaciones pueden generar stress y una sensación de sentirse abrumado por la gente que jala de ti en todas direcciones. Al mismo tiempo, sin embargo, tales invitaciones crean oportunidades. Una de las preguntas favoritas de Jason Womack es “¿quién conoce alguien…”, con un poco de reflexión, nótese que esta es una pregunta que haces cada vez que le pides a alguien que te recomiende un fontanero, un contratista, un servicio de jardinería, un dentista, o una infinidad de otros productos y servicios. Demostrar capacidad paar hacer cosas por la gente hace que sea mucho más probable que tú seas la respuesta al interrogante de “¿quién conoce alguien…” cuando los demás lo formulen.
La pregunta de Eric fue la mejor pregunta que he escuchado durante toda la semana. La hizo el jueves, y aún sigo pensando en ello el sábado. La información es costosa, la información es valiosa, y la Biblia está en lo correcto en Proverbios 22:1 (NVI): “Vale más el buen nombre que las muchas riquezas, y ser estimado vale más que la plata y el oro”. Encontrar maneras de hacer cosas por otros puede ser un paso importante hacia el establecimiento de un buen nombre.
*-Revelaciones: Hice algunos trabajos como contratista para la Womack Company a principios de 2011. Hago trabajos como contratista para el IHS. Mientras estoy haciendo cosas para la gente, si usted vive en Memphis y está buscando una buena empresa de jardinería, nosotros utilizamos los servicios de la compañía de mi amigo Wesley Wright. No he recibido (ni espero recibir) ninguna consideración onerosa de Wright Landscapings a cambio de colocar este link a ellos en el artículo. Con el Día de San Valentín a la vuelta de la esquina, he incluido un enlace a un artículo sobre regalos que he escrito en la época de Navidad que podría considerar útil de nuevo. Estoy recordando la pregunta de Eric de memoria, ya que creo olvidé anotarla; él podría haber dicho “puedes” en lugar de “podrías”.
Traducido por Gabriel Gasave
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