China desenfunda su artillería del fin del mundo
La guerra comercial contra China ha ido escalando desde que se inició en 2018. Una de las armas letales de China son las tierras raras, que el medio nacional estatal chino Xinhua denomina “vitaminas industriales’. Desempeñan un papel estratégico en el mundo de la alta tecnología actual. De hecho, este grupo de 17 metales químicamente similares es integral para las tecnologías modernas, que van desde vehículos eléctricos a sistemas de guiado de misiles.
Cuando se trata de defensa nacional, las tierras raras desempeñan un papel fundamental. Por ejemplo, un avión caza F-35 requiere más de 900 libras (408 kilogramos) de tierras raras, un destructor Arleigh Burke DDG-51 necesita 5.200 libras (2,359 kilogramos) y un submarino clase Virginia consume más de 9.200 libras (4,173 kilogramos). Y las tierras raras son costosas. Por ejemplo, el escandio, que suele utilizarse en aplicaciones militares, cuesta más de 270 dólares el gramo. En el caso de las tierras raras en general, no sólo los precios están por las nubes, sino que también la demanda está aumentando.
China domina la producción y el procesamiento de materiales críticos: Produce más del 60% y procesa casi el 90% del suministro mundial de tierras raras. Por si eso fuera poco, China domina en el ámbito de la propiedad intelectual. Desde 1950, China ha registrado más de 25.000 patentes de tierras raras, frente a las 10.000 de Estados Unidos.
¿Cómo ha conseguido China semejante dominio general en materiales críticos? La inversión específica tanto en proyectos industriales como en educación, así como las subvenciones estatales, han dado lugar al dominio mundial de China en lo que uno de nosotros denominó las 3M: ingeniería minera y de minerales, ingeniería metalúrgica y ciencia e ingeniería de materiales.
En 1975, China creó el Grupo Líder de Desarrollo y Aplicación de Tierras Raras Nacionales. En 1991, cuatro elementos de tierras raras fueron designados minerales protegidos, restringiendo así las inversiones extranjeras. Más tarde, en 1992, el líder chino Deng Xiaoping dio un impulso estratégico a las tierras raras al declarar: “Oriente Medio tiene petróleo; China tiene tierras raras” y añadió que China aprovecharía al máximo sus ventajas. En 2001, el décimo Plan Quinquenal chino dio prioridad formalmente al desarrollo de materiales críticos. Más recientemente, el 1 de octubre de 2024, el Consejo de Estado de la República Popular China lanzó otro disparo de advertencia al espacio de los materiales críticos. Puso en marcha su nuevo “Reglamento de Gestión de Tierras Raras”, un amplio marco para consolidar el control del Estado sobre las tierras raras.
La dedicación de China al avance de las 3M es evidente. Cuando se trata de las universidades más prestigiosas del mundo, las chinas brillan por su ausencia entre las 20 primeras. Sin embargo, el panorama cambia radicalmente cuando nos centramos en las 3M. En estos campos, las universidades chinas dominan, representando el 70% de las 20 mejores universidades tanto en ciencias mineras y minerales como en ingeniería metalúrgica, y el 30% en ciencia e ingeniería de materiales. Las instituciones estadounidenses van muy a la zaga: Aunque dominan con el 80% de las 20 mejores universidades del mundo, no aparecen por ninguna parte en el campo de las ciencias mineras y minerales.
Steve H. Hanke
Steve H. Hanke
El dominio de China se extiende más allá de las tierras raras a una gama más amplia de materiales críticos. Su presión sobre ellos no ha dejado de aumentar. Por ejemplo, en agosto, China impuso restricciones a las exportaciones de antinomio, un material crítico utilizado en una amplia gama de productos importantes y una aleación fundamental en la fabricación de municiones. En diciembre, las restricciones de China a la exportación de antimonio, junto con algunos otros minerales críticos, pasaron a una prohibición total de su exportación a Estados Unidos. El efecto de las restricciones de agosto y la prohibición de diciembre ha sido significativo: Desde el 12 de agosto, dos días antes de las restricciones, el precio del antimonio se ha disparado más de un 69%.
¿Qué nos espera? El presidente electo Donald Trump, con sus repetidas amenazas y movimientos decisivos, está jugando al ajedrez. En cambio, el presidente Xi Jinping está jugando al juego autóctono chino del Go, que hace hincapié en la sutileza y en las pequeñas ventajas relativas que se acumulan con el tiempo.
La estrategia china inspirada en el Go, con su paciente y deliberada acumulación de influencia, ha rodeado gradualmente a Occidente en el sector de los materiales críticos. Basándose en sus décadas de preparación estratégica, China ha comenzado a esgrimir sus ventajas en los materiales críticos como contrapeso a Occidente.
Los materiales críticos son claramente un as en la manga de Beijing.
Traducido por Gabriel Gasave
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