Trump debería escuchar a Milei sobre proteccionismo y crecimiento
En lugar de enfrentarse a los líderes mundiales, quizás el presidente Donald Trump debería plantearse emular a algunos de ellos. Hay pocos mejores modelos a seguir hoy en día que el de Javier Milei, el pintoresco presidente de Argentina.
Las contraproducentes guerras comerciales del presidente Trump, y la forma errática en que está llevando a cabo sus iniciativas, ya han desestabilizado los mercados financieros y suponen una peligrosa amenaza para la supuesta agenda de crecimiento económico de la administración. Los mercados mejorarían si Trump se concentrara en desregular, recortar el gasto público y bajar los impuestos. Esa es la exitosa fórmula que ha seguido Milei, que asumió la presidencia argentina en diciembre de 2023.
La presidencia de Biden se destacó por un incremento innecesario del gasto público, que contribuyó a crear los niveles de inflación más altos de los últimos 40 años, y un aluvión de nuevas reglamentaciones que limitaron las opciones de los consumidores y frenaron el crecimiento económico. Solo en el primer año de Biden, el precio promedio de la gasolina saltó de alrededor de los 2,32 dólares por galón (enero de 2021) a 3,30 dólares por galón (enero de 2022), según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, alcanzando un máximo de casi 4,65 dólares por galón a finales de 2022.
El presidente Trump hizo campaña con una agenda a favor del crecimiento mediante la reducción del gasto público, la extensión de sus recortes de impuestos de 2017 y la reducción de la regulación, al tiempo que promovía una energía más accesible al habilitar a los productores a “perforen sin parar”. La semana en que fue elegido, el índice de mercado S&P 500 subió un 5% y el día en que asumió el cargo subió otro 1,7%. Los mercados creían que las políticas del presidente Trump reactivarían la economía.
El presidente Trump también hizo campaña con la promesa de implementar aranceles, pero ya lo había hecho en 2016. Las políticas de su primer mandato incluyeron una costosa guerra comercial con China, aranceles sobre el acero y el aluminio, y una disputa comercial con la Unión Europea (UE), pero en su mayor parte su retórica comercial fue peor que sus políticas.
Afirmó que el comercio con Canadá y México era injusto y que derogaría el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En lugar de ello, renegoció el TLCAN, dando lugar al Acuerdo Estados Unidos – México – Canadá (USMCA, por su sigla en inglés), que cambió más de nombre que de fondo. Se mantuvieron casi todos los aspectos a favor del libre comercio del TLCAN.
Esta vez es diferente. El presidente Trump amenaza, o ha impuesto, aranceles a prácticamente todos los principales socios comerciales de Estados Unidos: Canadá y México (a pesar de que el USMCA sigue vigente), China y la UE, entre otros.
Los mercados se han desplomado de manera sostenida. Muchas empresas estadounidenses ya están sufriendo. El índice de Incertidumbre de Política Económica se ha disparado a su nivel más alto desde los primeros meses de la pandemia COVID-19. En resumen, las guerras comerciales del presidente Trump están socavando tanto la confianza en la economía estadounidense como los beneficios potenciales del resto de su agenda económica.
El presidente Milei se postuló con una plataforma similar, prometiendo reducir la regulación y recortar drásticamente el gasto público para Para revertir la economía argentina de alta inflación y bajo crecimiento. Pero no se ha hablado de guerras comerciales. Milei incluso apareció recientemente en el escenario con Elon Musk, el rersponzable designado por el presidente Trump para eliminar la burocracia, regalándole a Musk una de sus icónicas “motosierras para la burocracia”, que Milei utiliza para demostrar cómo está recortando el gasto público, el despilfarro y la ineficacia.
El presidente Milei cumplió sus promesas en su primer año en el cargo. Suprimió dependencias enteras del gobierno, redujo la burocracia gubernamental en más de 30.000 personas y recortó el gasto público total en un 28%. La inflación cayó en picada, el mercado bursátil se disparó -más del doble de su valor en un solo año- y, por primera vez en 14 años, Argentina registró el año pasado un superávit presupuestario.
Milei entiende los beneficios del comercio internacional y no ha dejado que los grupos de interés proteccionistas carcoman sus políticas. En un reciente discurso, Milei subrayó la necesidad del libre comercio, afirmando: “Necesitamos devolverles a los argentinos la libertad de comerciar con quienes deseen, para que bienes y servicios ingresen al mercado local y así cada uno pueda comprar libremente productos de mejor calidad a mejor precio”. Las políticas proteccionistas, advirtió, “no son ni más ni menos que un curro entre los políticos y los empresarios prebendarios”.
Esperemos que el presidente Trump aprenda del presidente Milei que las políticas proteccionistas y una economía en crecimiento están en conflicto entre sí.
Traducido por Gabriel Gasave
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