Recientemente, se ha planteado que la década de 1990 fue la más calurosa de los dos milenios pasados—resultado directo de una influencia antropogénica sobre el clima de la tierra. Esta visión, la cual ha sido adoptada por los activistas del calentamiento global y algunos científicos, y ruidosamente publicitada por muchos en los medios, apareció por vez primera a finales de la década de 1990 cuando el Dr. Michael Mann, de la University of Virginia, y sus colegas comenzaron a desafiar la evidencia científica de larga data de que las temperaturas globales del aire habían variado mucho. Mann asevera que la temperatura anual para el hemisferio norte fue casi constante hasta 1900; y que entonces la actividad humana ocasionó un calentamiento dramático, particularmente durante finales del siglo 20, para producir una curva con una figura que se asemeja a un palo de hockey invertido.
Luego, en un capítulo del cual es co-autor del Informe del Panel Intergubernamental Sobre el Cambio Climático (IPCC son sus siglas en inglés) de la ONU, Mann insertó esta afirmación, dando de esa manera la apariencia de que la misma se encuentra ampliamente aceptada en la comunidad científica. Más recientemente, Mann y sus colegas han retrotraído a su “palo de hockey” hasta el año 200 D.C., abarcando ambos hemisferios, sugiriendo ahora que los humanos fueron la única causa de cualquier variabilidad en el clima de la tierra durante los pasados dos milenios.
¿Pero es el “palo de hockey” de Mann consistente con la información? Junto con mis colegas, los astrofísicos de Harvard Dr. Willie Soon y Dr. Sallie Baliunas, sostengo que no lo es.
Tras examinar más de 240 registros individuales asimilados que fueron analizados por casi 1000 investigadores, concluimos que tomados individualmente, las marcas sustitutas ofrecen un fuerte apoyo para la difundida existencia tanto de un Caluroso Periodo Medieval (desde aproximadamente el año 800 hasta el 1300 D.C) como de una Pequeña Era de Hielo (desde aproximadamente el 1400 hasta 1850 D.C.), socavando la conclusión de Mann de que el clima del siglo veinte fue inusual cuando se lo compara con la variabilidad durante el pasado milenio. (Los registros asimilados son secundarios o fuentes inferidas de las cuales asunciones respecto de la temperatura del aire pueden ser delineadas).
Por lo tanto, ¿por qué la representación del “palo de hockey” de Mann falla en retener la fidelidad de los registros individuales asimilados? Algunos motivos involucran cuestiones detalladas de estadística climatológica, aunque muchas son medianamente obvias y fundamentales. He aquí unas pocas:
- Mientras Mann afirma que su curva representa las tendencias de las temperaturas del hemisferio norte, cuatro de las doce fuentes supletorias empleadas para el análisis del periodo 1000 al 1400 D.C. son del hemisferio sur. En un trabajo publicado el mes pasado (en las Geophysical Research Letters), examinamos más de cerca la fidelidad de Mann de los estimados basados en el termómetro al extremo de sus promedios supletorios, lo cual produce la figura característica del “palo de hockey,” y hallamos que no podíamos reproducir sus valores para los últimos años del siglo 20, pese a que fácilmente podíamos reproducir los resultados producidos por otros.
- Fundamentalmente, la curva de Mann muestra un calentamiento de 0.95º C durante el siglo 20—una cifra que excede groseramente la aseveración del IPCC de un calentamiento de 0.6º C durante el mismo periodo de tiempo. La afirmación de Mann de que la de 1990 fue la década más cálida se torna completamente infundada si la cifra del IPCC es utilizada en su lugar (tal como Mann la había empleado en algunos de sus primeros gráficos). La afirmación de Mann es también infundada si su propia reconstrucción supletoria o el registro de la temperatura basado en los satélites (que evidencia tan solo un ligero calentamiento hacia finales de los años 90) es empleado.
- El rango de incertidumbre para el análisis previo al año 1400 D.C. depende tan sólo de una fuente supletoria—de América del Norte occidental—y Mann admite que su entera reconstrucción del milenio gira sobre esa única fuente.
- Otros investigadores, incluidos el Dr. Jan Esper del Swiss Federal Research Institute y sus colegas, han demostrado que un cuidadoso análisis de las cronologías de los anillos de crecimiento de los árboles producen una curva de la temperatura anual para una gran parte del hemisferio norte que, a diferencia del ‘palo de hockey’ de Mann, claramente muestra la existencia del Período Cálido Medieval y que las temperaturas durante los primeros años del milenio eran proporcionadas con aquellas del siglo 20.
Nuestro análisis, así como también una investigación independiente realizada por los científicos canadienses el Sr. Steven McIntyre y el Dr. Ross McKitrick, resalta varios defectos estadísticos presentes en la reconstrucción del “palo de hockey” de Mann, lo cual se debe a que está siendo desafiado sobre bases científicas por parte de un número de científicos serios. Debemos echar una mirada más próxima a la ciencia del “palo de hockey” y, en este caso, formular el interrogante de, “¿Cuánto del calentamiento del siglo 20 fue ‘inducido por el hombre’ y cuánto más del mismo es ‘inducido por Mann’?”
Traducido por Gabriel Gasave
Una revisión científica del palo de hockey
Recientemente, se ha planteado que la década de 1990 fue la más calurosa de los dos milenios pasados—resultado directo de una influencia antropogénica sobre el clima de la tierra. Esta visión, la cual ha sido adoptada por los activistas del calentamiento global y algunos científicos, y ruidosamente publicitada por muchos en los medios, apareció por vez primera a finales de la década de 1990 cuando el Dr. Michael Mann, de la University of Virginia, y sus colegas comenzaron a desafiar la evidencia científica de larga data de que las temperaturas globales del aire habían variado mucho. Mann asevera que la temperatura anual para el hemisferio norte fue casi constante hasta 1900; y que entonces la actividad humana ocasionó un calentamiento dramático, particularmente durante finales del siglo 20, para producir una curva con una figura que se asemeja a un palo de hockey invertido.
Luego, en un capítulo del cual es co-autor del Informe del Panel Intergubernamental Sobre el Cambio Climático (IPCC son sus siglas en inglés) de la ONU, Mann insertó esta afirmación, dando de esa manera la apariencia de que la misma se encuentra ampliamente aceptada en la comunidad científica. Más recientemente, Mann y sus colegas han retrotraído a su “palo de hockey” hasta el año 200 D.C., abarcando ambos hemisferios, sugiriendo ahora que los humanos fueron la única causa de cualquier variabilidad en el clima de la tierra durante los pasados dos milenios.
¿Pero es el “palo de hockey” de Mann consistente con la información? Junto con mis colegas, los astrofísicos de Harvard Dr. Willie Soon y Dr. Sallie Baliunas, sostengo que no lo es.
Tras examinar más de 240 registros individuales asimilados que fueron analizados por casi 1000 investigadores, concluimos que tomados individualmente, las marcas sustitutas ofrecen un fuerte apoyo para la difundida existencia tanto de un Caluroso Periodo Medieval (desde aproximadamente el año 800 hasta el 1300 D.C) como de una Pequeña Era de Hielo (desde aproximadamente el 1400 hasta 1850 D.C.), socavando la conclusión de Mann de que el clima del siglo veinte fue inusual cuando se lo compara con la variabilidad durante el pasado milenio. (Los registros asimilados son secundarios o fuentes inferidas de las cuales asunciones respecto de la temperatura del aire pueden ser delineadas).
Por lo tanto, ¿por qué la representación del “palo de hockey” de Mann falla en retener la fidelidad de los registros individuales asimilados? Algunos motivos involucran cuestiones detalladas de estadística climatológica, aunque muchas son medianamente obvias y fundamentales. He aquí unas pocas:
Nuestro análisis, así como también una investigación independiente realizada por los científicos canadienses el Sr. Steven McIntyre y el Dr. Ross McKitrick, resalta varios defectos estadísticos presentes en la reconstrucción del “palo de hockey” de Mann, lo cual se debe a que está siendo desafiado sobre bases científicas por parte de un número de científicos serios. Debemos echar una mirada más próxima a la ciencia del “palo de hockey” y, en este caso, formular el interrogante de, “¿Cuánto del calentamiento del siglo 20 fue ‘inducido por el hombre’ y cuánto más del mismo es ‘inducido por Mann’?”
Traducido por Gabriel Gasave
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