El discurso sobre la Situación del Estado pronunciado por el Gobernador Arnold Schwarzenegger vino a confirmar el viejo adagio, “no hay ni diez centavos de diferencia entre los republicanos y los demócratas”. Ambos partidos parecerían siempre expandir el gobierno. Los apologistas republicanos sostendrán seguramente que las nuevas posiciones de Schwarzenegger son una necesidad política para la reelección. Pero si gastar más que los demócratas es el precio para la reelección, ¿por qué desearían ganar quienes apoyan un gobierno más pequeño?
El mandato de Schwarzenegger como gobernador ha sido una total desilusión para aquellos que no desean que el gobierno de California se agrande. Una retrospectiva al otoño de 2003—Schwarzenegger se postula contra Gray Davis en una elección: las finanzas del estado eran un desastre, Schwarzenegger hablaba desde los podios frente a grandes pancartas que mostraban la palabra “gasto” con un circulo rojo a su alrededor y una línea que lo atravesaba en diagonal. Las esperanzas de una verdadera reforma eran altas.
Desafortunadamente, esas altas esperanzas no se realizaron. Schwarzenegger no redujo el gasto para enmendar nuestros problemas de la deuda. En su lugar, se asoció con los senadores demócratas Feinstein y Boxer para promover una iniciativa sobre la emisión de bonos que empapeló los problemas financieros del estado. La crisis se hizo a una lado—y así ocurrió con las verdaderas reformas.
Tras una elección especial en 2005 que resultó políticamente desastrosa, el último discurso sobe la Situación del Estado de Schwarzenegger no fue solamente una movida hacia la izquierda; fue una movida más allá de la izquierda. Lejos de recortar el gasto, Schwarzenegger propone actualmente ¡incrementarlo en más de $220 mil millones (billones en inglés)! Tal como el líder demócrata del senado estadual, Don Perata, lo desatacara después del discurso, “el gobernador está proponiendo mucho más gastos que nosotros.” Otros puntos de las políticas tradicionalmente demócratas, tal como el aumento del salario mínimo, fueron también propuestos por Schwarzenegger.
La oposición a los aumentos impositivos es un elemento básico en la plataforma del Partido Republicano. No resulta sorprendente, que Schwarzenegger se empeñara en enfatizar que solamente estaba proponiendo nuevas “tarifas”, no subas impositivas. Incluso con nuevas tarifas, los ingresos caerán muy por debajo del incremento propuesto por él en el gasto. La moderación tributaria sin una contención en el gasto no resulta factible en el largo plazo—una lección también perdida entre el liderazgo republicano en Washington, D.C.. California posee ya la peor calificación de bonos de cualquier estado en el país. Generar más pilas de deuda no ayudará. La deuda eventualmente tendrá que ser repagada. Y si la calificación de nuestros bonos continúa deteriorándose, California estará pagando a cambio tasas de interés incluso más elevadas.
Sin embargo, Schwarzenegger señaló verdaderos problemas en su discurso. Muchas escuelas, hospitales y carreteras están funcionado pobremente en California. No obstante, el hecho de simplemente arrogar dinero a estos problemas mientras se acumula más deuda no es la manera de lidiar con ellos. Estos problemas exigen soluciones más innovadoras.
El Condado de Orange ofrece un notable ejemplo de una solución innovadora. Se le permitió a una empresa privada construir una autopista dentro del ámbito de una ya existente y percibir un peaje para pagar por ella. Escáneres electrónicos recaudan los peajes sin detener el tráfico. La empresa incluso proporciona asistencia a la vera del camino para ayudar a mantener el fluido del tráfico.
En vez de emitir más bonos para pagar por las autopistas, a las empresas privadas debería permitírseles construir caminos privados financiados con peaje para que se sumen a nuestra capacidad vial. El empleo por parte de las empresas de los precios del mercado asegurará también que el transito fluya más rápido y más eficientemente sin sumarle gastos ni deudas a nuestro gobierno.
Las autopistas del Condado de Orange ilustran que existen soluciones emprendedoras innovadoras para los problemas del gobierno de California. Las verdaderas reformas y el pensamiento fuera de la caja política resultan necesarias a efectos de hallar soluciones. En 2003, muchos pensaron que Schwarzenegger era ese reformador. Desgraciadamente para California, ha resultado ser otro republicano al que le gusta endeudarse y gastar tanto como a los demócratas.
Traducido por Gabriel Gasave
La situación de un Estado de desesperación
El discurso sobre la Situación del Estado pronunciado por el Gobernador Arnold Schwarzenegger vino a confirmar el viejo adagio, “no hay ni diez centavos de diferencia entre los republicanos y los demócratas”. Ambos partidos parecerían siempre expandir el gobierno. Los apologistas republicanos sostendrán seguramente que las nuevas posiciones de Schwarzenegger son una necesidad política para la reelección. Pero si gastar más que los demócratas es el precio para la reelección, ¿por qué desearían ganar quienes apoyan un gobierno más pequeño?
El mandato de Schwarzenegger como gobernador ha sido una total desilusión para aquellos que no desean que el gobierno de California se agrande. Una retrospectiva al otoño de 2003—Schwarzenegger se postula contra Gray Davis en una elección: las finanzas del estado eran un desastre, Schwarzenegger hablaba desde los podios frente a grandes pancartas que mostraban la palabra “gasto” con un circulo rojo a su alrededor y una línea que lo atravesaba en diagonal. Las esperanzas de una verdadera reforma eran altas.
Desafortunadamente, esas altas esperanzas no se realizaron. Schwarzenegger no redujo el gasto para enmendar nuestros problemas de la deuda. En su lugar, se asoció con los senadores demócratas Feinstein y Boxer para promover una iniciativa sobre la emisión de bonos que empapeló los problemas financieros del estado. La crisis se hizo a una lado—y así ocurrió con las verdaderas reformas.
Tras una elección especial en 2005 que resultó políticamente desastrosa, el último discurso sobe la Situación del Estado de Schwarzenegger no fue solamente una movida hacia la izquierda; fue una movida más allá de la izquierda. Lejos de recortar el gasto, Schwarzenegger propone actualmente ¡incrementarlo en más de $220 mil millones (billones en inglés)! Tal como el líder demócrata del senado estadual, Don Perata, lo desatacara después del discurso, “el gobernador está proponiendo mucho más gastos que nosotros.” Otros puntos de las políticas tradicionalmente demócratas, tal como el aumento del salario mínimo, fueron también propuestos por Schwarzenegger.
La oposición a los aumentos impositivos es un elemento básico en la plataforma del Partido Republicano. No resulta sorprendente, que Schwarzenegger se empeñara en enfatizar que solamente estaba proponiendo nuevas “tarifas”, no subas impositivas. Incluso con nuevas tarifas, los ingresos caerán muy por debajo del incremento propuesto por él en el gasto. La moderación tributaria sin una contención en el gasto no resulta factible en el largo plazo—una lección también perdida entre el liderazgo republicano en Washington, D.C.. California posee ya la peor calificación de bonos de cualquier estado en el país. Generar más pilas de deuda no ayudará. La deuda eventualmente tendrá que ser repagada. Y si la calificación de nuestros bonos continúa deteriorándose, California estará pagando a cambio tasas de interés incluso más elevadas.
Sin embargo, Schwarzenegger señaló verdaderos problemas en su discurso. Muchas escuelas, hospitales y carreteras están funcionado pobremente en California. No obstante, el hecho de simplemente arrogar dinero a estos problemas mientras se acumula más deuda no es la manera de lidiar con ellos. Estos problemas exigen soluciones más innovadoras.
El Condado de Orange ofrece un notable ejemplo de una solución innovadora. Se le permitió a una empresa privada construir una autopista dentro del ámbito de una ya existente y percibir un peaje para pagar por ella. Escáneres electrónicos recaudan los peajes sin detener el tráfico. La empresa incluso proporciona asistencia a la vera del camino para ayudar a mantener el fluido del tráfico.
En vez de emitir más bonos para pagar por las autopistas, a las empresas privadas debería permitírseles construir caminos privados financiados con peaje para que se sumen a nuestra capacidad vial. El empleo por parte de las empresas de los precios del mercado asegurará también que el transito fluya más rápido y más eficientemente sin sumarle gastos ni deudas a nuestro gobierno.
Las autopistas del Condado de Orange ilustran que existen soluciones emprendedoras innovadoras para los problemas del gobierno de California. Las verdaderas reformas y el pensamiento fuera de la caja política resultan necesarias a efectos de hallar soluciones. En 2003, muchos pensaron que Schwarzenegger era ese reformador. Desgraciadamente para California, ha resultado ser otro republicano al que le gusta endeudarse y gastar tanto como a los demócratas.
Traducido por Gabriel Gasave
EconomíaImpuestos y presupuestoPolítica fiscal federalPolítica fiscal/Endeudamiento
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