Algunos expertos han usado la aparente búsqueda por parte de Irán de un arma atómica como una excusa para recomendar, con cara seria, la tonta idea de admitir el ingreso de Israel en la OTAN. La idea no solamente resulta absurda en virtud de que la OTAN es la sigla para la Organización del Tratado del Atlántico Norte, e Israel no se encuentra ubicado en ninguna zona próxima al Atlántico Norte, sino porque la seguridad israelí nunca ha sido mejor y no precisa de la protección de la OTAN. Además, la seguridad de los Estados Unidos sería perjudicada por la admisión de Israel en la OTAN.
¿Cómo puede Israel estar lo suficientemente seguro cuando un estado radical islámico pareciera proclive a estar procurando obtener capacidad nuclear? La seguridad de Israel nunca ha sido mejor debido a que su existencia ya no está amenazada por algún poderoso enemigo limítrofe, como lo estuvo durante años por parte de las hostiles naciones-estado colindantes. Y a pesar de que Hamas obtuvo una mayoría en las elecciones parlamentarias palestinas, es un grupo terrorista relativamente débil que solamente de manera ocasional puede aterrorizar a los israelíes con ataques suicidas con bombas. No obstante lo devastador que ello resulta para las victimas y sus seres queridos, la gran mayoría de los israelíes están acostumbrados a esta realidad de vida; los ataques suicidas son una mera molestia para el gobierno israelí. Además, los israelíes podrían deshacerse de este manejable problema de seguridad bastante rápidamente si simplemente intercambiaran tierras a cambio de paz y le otorgaran a los palestinos un estado viable.
La gran mayoría de las verdaderas amenazas para la existencia de Israel hace rato que se han evaporado. Israel ha estado en paz con su más populoso y peligroso vecino inmediato—Egipto—durante casi tres décadas. Está también en paz con Jordania, un vecino adyacente árabe mucho más débil. Siria, la única nación-estado que limita con Israel que permanece hostil, hace ya rato que perdió a su benefactor soviético. De esta forma, a diferencia de los israelíes, los sirios han sido incapaces de modernizar sus fuerzas armadas. Además, Israel, con una economía mucho más grande que la Siria, es capaz de gastar más que Siria en materia de defensa en una relación de más de 10 a 1. Como Hamas, el Hezbollah, un grupo islamista militante que opera en el sur del Líbano y que es ayudado por Siria e Irán, esporádicamente lleva a cabo ataques menores contra Israel. Hezbollah ha obtenido representantes en el parlamento libanés y ha incluso exhibido signos de moderación. De manera similar, ahora que Hamas tiene el control del parlamento palestino, hay una posibilidad de que también pudiese tornarse más moderado.
Una de las pocas amenazas significativas posibles para Israel en el futuro es Irán. A pesar de que los partidarios de la admisión de Israel en la OTAN—tal como Ron Asmus, ex Secretario de Estado Asistente para Asuntos Europeos del Presidente Clinton—le han dado mucha trascendencia a esta amenaza, han exagerado de manera grosera el peligro. Irán no tiene fronteras con Israel, lo que hace que una invasión terrestre sea extremadamente dificultosa. Además, Israel tiene un presupuesto de defensa anual que es más de dos veces el de Irán. No obstante que Irán posee misiles que pueden impactar contra Israel y probablemente esté trabajando en un arma nuclear, Irán probablemente no tendrá la “bomba” hasta dentro de cinco o diez años. Aún entonces, Irán poseerá solamente un pequeño número de ojivas nucleares. Si bien Israel elude referirse a su arsenal nuclear, los expertos estiman que posee 200 o más armas atómicas. Este arsenal disuadirá por mucho tiempo a cualquier estado potencialmente hostil de desatar un ataque nuclear contra Israel.
En virtud de que las amenazas a la seguridad de Israel han disminuido con el paso del tiempo, e Israel es rica en comparación con sus vecinos inmediatos, no necesita de la protección de la OTAN. La membresía de la OTAN obligaría a los Estados Unidos—el garante de la seguridad en la OTAN—y a sus irresponsables aliados europeos a ayudar a Israel a combatir a Hamas y a otros grupos radicales en las calles de Palestina. Los Estados Unidos se encuentran ya involucrados en dos pantanos en naciones islámicas—Irak y Afganistán. No necesitan inflamar aún más a los terroristas islamistas radicales alrededor del mundo al ayudar también a Israel a ocupar Palestina. Si usted considera que el terrorismo islamista anti-estadounidense es malo en la actualidad, pruebe agitar esta bandera roja delante del toro.
En consecuencia, la admisión de Israel en la OTAN reducirá la seguridad de los Estados Unidos, no la mejorará. Esta bizarra idea debería ser abandonada de una buena vez.
Simplemente digámosle No al ingreso de Israel en la OTAN
Algunos expertos han usado la aparente búsqueda por parte de Irán de un arma atómica como una excusa para recomendar, con cara seria, la tonta idea de admitir el ingreso de Israel en la OTAN. La idea no solamente resulta absurda en virtud de que la OTAN es la sigla para la Organización del Tratado del Atlántico Norte, e Israel no se encuentra ubicado en ninguna zona próxima al Atlántico Norte, sino porque la seguridad israelí nunca ha sido mejor y no precisa de la protección de la OTAN. Además, la seguridad de los Estados Unidos sería perjudicada por la admisión de Israel en la OTAN.
¿Cómo puede Israel estar lo suficientemente seguro cuando un estado radical islámico pareciera proclive a estar procurando obtener capacidad nuclear? La seguridad de Israel nunca ha sido mejor debido a que su existencia ya no está amenazada por algún poderoso enemigo limítrofe, como lo estuvo durante años por parte de las hostiles naciones-estado colindantes. Y a pesar de que Hamas obtuvo una mayoría en las elecciones parlamentarias palestinas, es un grupo terrorista relativamente débil que solamente de manera ocasional puede aterrorizar a los israelíes con ataques suicidas con bombas. No obstante lo devastador que ello resulta para las victimas y sus seres queridos, la gran mayoría de los israelíes están acostumbrados a esta realidad de vida; los ataques suicidas son una mera molestia para el gobierno israelí. Además, los israelíes podrían deshacerse de este manejable problema de seguridad bastante rápidamente si simplemente intercambiaran tierras a cambio de paz y le otorgaran a los palestinos un estado viable.
La gran mayoría de las verdaderas amenazas para la existencia de Israel hace rato que se han evaporado. Israel ha estado en paz con su más populoso y peligroso vecino inmediato—Egipto—durante casi tres décadas. Está también en paz con Jordania, un vecino adyacente árabe mucho más débil. Siria, la única nación-estado que limita con Israel que permanece hostil, hace ya rato que perdió a su benefactor soviético. De esta forma, a diferencia de los israelíes, los sirios han sido incapaces de modernizar sus fuerzas armadas. Además, Israel, con una economía mucho más grande que la Siria, es capaz de gastar más que Siria en materia de defensa en una relación de más de 10 a 1. Como Hamas, el Hezbollah, un grupo islamista militante que opera en el sur del Líbano y que es ayudado por Siria e Irán, esporádicamente lleva a cabo ataques menores contra Israel. Hezbollah ha obtenido representantes en el parlamento libanés y ha incluso exhibido signos de moderación. De manera similar, ahora que Hamas tiene el control del parlamento palestino, hay una posibilidad de que también pudiese tornarse más moderado.
Una de las pocas amenazas significativas posibles para Israel en el futuro es Irán. A pesar de que los partidarios de la admisión de Israel en la OTAN—tal como Ron Asmus, ex Secretario de Estado Asistente para Asuntos Europeos del Presidente Clinton—le han dado mucha trascendencia a esta amenaza, han exagerado de manera grosera el peligro. Irán no tiene fronteras con Israel, lo que hace que una invasión terrestre sea extremadamente dificultosa. Además, Israel tiene un presupuesto de defensa anual que es más de dos veces el de Irán. No obstante que Irán posee misiles que pueden impactar contra Israel y probablemente esté trabajando en un arma nuclear, Irán probablemente no tendrá la “bomba” hasta dentro de cinco o diez años. Aún entonces, Irán poseerá solamente un pequeño número de ojivas nucleares. Si bien Israel elude referirse a su arsenal nuclear, los expertos estiman que posee 200 o más armas atómicas. Este arsenal disuadirá por mucho tiempo a cualquier estado potencialmente hostil de desatar un ataque nuclear contra Israel.
En virtud de que las amenazas a la seguridad de Israel han disminuido con el paso del tiempo, e Israel es rica en comparación con sus vecinos inmediatos, no necesita de la protección de la OTAN. La membresía de la OTAN obligaría a los Estados Unidos—el garante de la seguridad en la OTAN—y a sus irresponsables aliados europeos a ayudar a Israel a combatir a Hamas y a otros grupos radicales en las calles de Palestina. Los Estados Unidos se encuentran ya involucrados en dos pantanos en naciones islámicas—Irak y Afganistán. No necesitan inflamar aún más a los terroristas islamistas radicales alrededor del mundo al ayudar también a Israel a ocupar Palestina. Si usted considera que el terrorismo islamista anti-estadounidense es malo en la actualidad, pruebe agitar esta bandera roja delante del toro.
En consecuencia, la admisión de Israel en la OTAN reducirá la seguridad de los Estados Unidos, no la mejorará. Esta bizarra idea debería ser abandonada de una buena vez.
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