Un «informe» recientemente publicado por el capítulo de California de la Nacional Organization for Women (NOW es su sigla en inglés) sobre el supuesto abuso de las mujeres en los tribunales de familia es erróneo y carece de sustancia. No obstante ello, unos medios sumisos están devorándose el informe y apurándose a hacer sonar las fastidiadas campanas de alarma.
El «Family Court Report 2002» (FCR es la sigla en inglés para el Informe sobre los Tribunales de Familia 2002) cuenta con los ostentosos ornamentos de las investigaciones respetables: 134 páginas; cuatro autoras, incluida la Presidenta de CANOW; y unos auto-declarados «tres años» de investigación.
De lo que carece es de evidencia.
¿Qué es el FCR? Es el documento de apoyo detrás de un pedido para renovar el sistema de los tribunales de familia a fin de eliminar el pretendido prejuicio en contra de las mujeres.
El informe se basa fuertemente en la solicitud de la CANOW «de historias de casos individualmente preparadas por las constituyentes» y de un «cuestionario detallado» colocado en Internet. («Constituyentes» parecería ser un sinónimo para las mujeres que se acercaron a CANOW con reclamos acerca del sistema de los tribunales de familia.) La subsiguiente «investigación histórica» y la «reseña de las practicas a menudo bizarras de los jueces» de CANOW están basadas en las respuestas a los cuestionarios (pág.4).
Además, son las «constituyentes» y la información del cuestionario lo que constituye las novedades del FCR—completado con una conferencia de prensa—en lugar de un proyecto universitario. Es en base a esa información que el FCR vive o muere.
En realidad se muere. El FCR tiene gruesos errores metodológicos que lo tornan completamente inválido. Los errores incluyen:
Una descarada agenda política. El FCR se inicia con la declaración de que, «el actual sistema de tribunales de familia en California» está «lisiado, incompetente, y corrupto» y es «patológico, maltrata y discrimina en contra las mujeres».
La Fuerza de Tareas sobre el Derecho de Familia de CANOW ha sugerido varias estrategias para reformar a los tribunales a efectos de «proteger» a las mujeres (pág.3). A pesar de que la auto-descripción de CANOW como una «organización de acción política» no invalida el informe, la misma debería enarbolar banderas rojas que indiquen que «una revisión adicional resulta necesaria».
La información se encuentra auto-seleccionada. Los tan promocionados “casi 300” cuestionarios del FCR parecerían ser todos pertenecientes a mujeres que se contactaron con la NOW durante un periodo de tres años para quejarse del sistema de los tribunales de familia. Este enfoque virtualmente garantiza que todas las participantes se encuentren tanto descontentas con los tribunales como que son simpatizantes de la NOW.
Pregúntese: ¿Cuántas mujeres que pensaban que el sistema de tribunales de familia era justo o que no estaban de acuerdo con la inclinación de la de NOW completarían un cuestionario de 20 páginas, tedioso, y que consume bastante tiempo? ¿Cuántas encontrarían incluso el cuestionario que al aparecer solamente ha sido distribuido entre las «constituyentes» o entre aquellas que visitan su sitio en Internet? El FCR no es una investigación empírica: es propaganda de apoyo.
El FCR omite información crucial respecto de cómo fue procesada la información del cuestionario. Por ejemplo, ¿existía algún medio para verificar la información suministrada, tal como las verdaderas circunstancias de los casos descriptos en los tribunales de familia? Sin esa verificación, los cuestionarios se vuelven rumores o meros testimonios. Además, ¿controló CANOW que no existieron presentaciones múltiples por parte del mismo individuo? ¿Y dónde hay una explicación de los métodos de muestreo del informe, y de su margen de error…? Los datos carecen de valor sin dicho contexto.
No existe una presentación de los datos—Ej., no hay un verdadero desglose de las respuestas del cuestionario tale como las de tipo demográfico. La sección de «Hallazgos» (pág. 5 a 9) presenta un conjunto de conclusiones acerca del abuso de las mujeres por parte del sistema de los tribunales de familia pero ningún número es adjuntado.
Por ejemplo, ¿cuántas participantes respondieron «si» con relación a si sus ex esposos o novios contaron con una mejor representación legal? ¿Fueron dos de las casi 300, o todas? La significación de las respuestas por el «si» depende de tales números. No hay un análisis cuantitativo.
Ninguna información es ofrecida sobre cuántos casos antes los tribunales de familia tuvieron lugar durante el periodo de tres años que abarca el informe. ¿Los aproximadamente 300 casos constituyen el 0,02 por ciento, el 1 por ciento o el 10 por ciento del total de los tres años? Cualquier cifra menor al tres por ciento resulta estadísticamente irrelevante y tales testimonios—si son verificados—establecerían tan solo que a veces tiene lugar una injusticia.
Según el Consejo Judicial de California (pág.44), en los años recientes se incoaron más de 150.000 demandas y hubieron más de 100.000 disposiciones por año—en algunos años las cifras fueron considerablemente más altas. Trescientos casos seleccionados dispersos a lo largo de tres años es algo estadísticamente insignificante.
Las notas al pie de página a menudo están ausentes o son «débiles.» Por ejemplo, en la cápsula de la historia del derecho de familia en California, el FCR declara que, antes de que un proyecto de ley modificó la ley en el año 1998, «Aparentemente la política en vigor del estado le habría permitido a un golpeador obtener la custodia de sus hijos sosteniendo [sic] por el prejuicio del tribunal hacia [la] regla de la custodia física »»voluntaria»» conjunta/contacto frecuente y continuo. Espantosamente, la investigación ha demostrado que los abusadores son altamente exitosos en obtener la custodia de sus hijos. [nota 56]». (pág. 25)
Esta es una acusación extremadamente seria. Pero la evidencia que la respalda (la nota 56) meramente cita «AB [Assembly Bill] 200″—es decir, las «evidencias» supuestamente «halladas» por los legisladores partidarios o los miembros del personal que redactaron el proyecto de ley.
Ninguna información fue recabada de parte de los hombres. No obstante que la situación puede ser mala para las mujeres en los tribunales de familia, el trato a los hombres puede ser mucho peor. Sin un estudio comparativo, no hay manera de decirlo.
Una critica extensa a la mala presentación y/o deshonestidad del FCR fácilmente podría absorber en sí misma 134 páginas. Pero incluso un examen rápido debiera ser suficiente para desacreditar al informe. Los medios carecen de excusas por hacer circular propaganda como si se tratase de evidencia. Y el hecho es que: después de tres años de investigación, CANOW no ofrece ninguna información que apoye sus conclusiones o exigencias.
Traducido por Gabriel Gasave
El informe de la NOW sobre los tribunales de familia carece de datos
Un «informe» recientemente publicado por el capítulo de California de la Nacional Organization for Women (NOW es su sigla en inglés) sobre el supuesto abuso de las mujeres en los tribunales de familia es erróneo y carece de sustancia. No obstante ello, unos medios sumisos están devorándose el informe y apurándose a hacer sonar las fastidiadas campanas de alarma.
El «Family Court Report 2002» (FCR es la sigla en inglés para el Informe sobre los Tribunales de Familia 2002) cuenta con los ostentosos ornamentos de las investigaciones respetables: 134 páginas; cuatro autoras, incluida la Presidenta de CANOW; y unos auto-declarados «tres años» de investigación.
De lo que carece es de evidencia.
¿Qué es el FCR? Es el documento de apoyo detrás de un pedido para renovar el sistema de los tribunales de familia a fin de eliminar el pretendido prejuicio en contra de las mujeres.
El informe se basa fuertemente en la solicitud de la CANOW «de historias de casos individualmente preparadas por las constituyentes» y de un «cuestionario detallado» colocado en Internet. («Constituyentes» parecería ser un sinónimo para las mujeres que se acercaron a CANOW con reclamos acerca del sistema de los tribunales de familia.) La subsiguiente «investigación histórica» y la «reseña de las practicas a menudo bizarras de los jueces» de CANOW están basadas en las respuestas a los cuestionarios (pág.4).
Además, son las «constituyentes» y la información del cuestionario lo que constituye las novedades del FCR—completado con una conferencia de prensa—en lugar de un proyecto universitario. Es en base a esa información que el FCR vive o muere.
En realidad se muere. El FCR tiene gruesos errores metodológicos que lo tornan completamente inválido. Los errores incluyen:
Una descarada agenda política. El FCR se inicia con la declaración de que, «el actual sistema de tribunales de familia en California» está «lisiado, incompetente, y corrupto» y es «patológico, maltrata y discrimina en contra las mujeres».
La Fuerza de Tareas sobre el Derecho de Familia de CANOW ha sugerido varias estrategias para reformar a los tribunales a efectos de «proteger» a las mujeres (pág.3). A pesar de que la auto-descripción de CANOW como una «organización de acción política» no invalida el informe, la misma debería enarbolar banderas rojas que indiquen que «una revisión adicional resulta necesaria».
La información se encuentra auto-seleccionada. Los tan promocionados “casi 300” cuestionarios del FCR parecerían ser todos pertenecientes a mujeres que se contactaron con la NOW durante un periodo de tres años para quejarse del sistema de los tribunales de familia. Este enfoque virtualmente garantiza que todas las participantes se encuentren tanto descontentas con los tribunales como que son simpatizantes de la NOW.
Pregúntese: ¿Cuántas mujeres que pensaban que el sistema de tribunales de familia era justo o que no estaban de acuerdo con la inclinación de la de NOW completarían un cuestionario de 20 páginas, tedioso, y que consume bastante tiempo? ¿Cuántas encontrarían incluso el cuestionario que al aparecer solamente ha sido distribuido entre las «constituyentes» o entre aquellas que visitan su sitio en Internet? El FCR no es una investigación empírica: es propaganda de apoyo.
El FCR omite información crucial respecto de cómo fue procesada la información del cuestionario. Por ejemplo, ¿existía algún medio para verificar la información suministrada, tal como las verdaderas circunstancias de los casos descriptos en los tribunales de familia? Sin esa verificación, los cuestionarios se vuelven rumores o meros testimonios. Además, ¿controló CANOW que no existieron presentaciones múltiples por parte del mismo individuo? ¿Y dónde hay una explicación de los métodos de muestreo del informe, y de su margen de error…? Los datos carecen de valor sin dicho contexto.
No existe una presentación de los datos—Ej., no hay un verdadero desglose de las respuestas del cuestionario tale como las de tipo demográfico. La sección de «Hallazgos» (pág. 5 a 9) presenta un conjunto de conclusiones acerca del abuso de las mujeres por parte del sistema de los tribunales de familia pero ningún número es adjuntado.
Por ejemplo, ¿cuántas participantes respondieron «si» con relación a si sus ex esposos o novios contaron con una mejor representación legal? ¿Fueron dos de las casi 300, o todas? La significación de las respuestas por el «si» depende de tales números. No hay un análisis cuantitativo.
Ninguna información es ofrecida sobre cuántos casos antes los tribunales de familia tuvieron lugar durante el periodo de tres años que abarca el informe. ¿Los aproximadamente 300 casos constituyen el 0,02 por ciento, el 1 por ciento o el 10 por ciento del total de los tres años? Cualquier cifra menor al tres por ciento resulta estadísticamente irrelevante y tales testimonios—si son verificados—establecerían tan solo que a veces tiene lugar una injusticia.
Según el Consejo Judicial de California (pág.44), en los años recientes se incoaron más de 150.000 demandas y hubieron más de 100.000 disposiciones por año—en algunos años las cifras fueron considerablemente más altas. Trescientos casos seleccionados dispersos a lo largo de tres años es algo estadísticamente insignificante.
Las notas al pie de página a menudo están ausentes o son «débiles.» Por ejemplo, en la cápsula de la historia del derecho de familia en California, el FCR declara que, antes de que un proyecto de ley modificó la ley en el año 1998, «Aparentemente la política en vigor del estado le habría permitido a un golpeador obtener la custodia de sus hijos sosteniendo [sic] por el prejuicio del tribunal hacia [la] regla de la custodia física »»voluntaria»» conjunta/contacto frecuente y continuo. Espantosamente, la investigación ha demostrado que los abusadores son altamente exitosos en obtener la custodia de sus hijos. [nota 56]». (pág. 25)
Esta es una acusación extremadamente seria. Pero la evidencia que la respalda (la nota 56) meramente cita «AB [Assembly Bill] 200″—es decir, las «evidencias» supuestamente «halladas» por los legisladores partidarios o los miembros del personal que redactaron el proyecto de ley.
Ninguna información fue recabada de parte de los hombres. No obstante que la situación puede ser mala para las mujeres en los tribunales de familia, el trato a los hombres puede ser mucho peor. Sin un estudio comparativo, no hay manera de decirlo.
Una critica extensa a la mala presentación y/o deshonestidad del FCR fácilmente podría absorber en sí misma 134 páginas. Pero incluso un examen rápido debiera ser suficiente para desacreditar al informe. Los medios carecen de excusas por hacer circular propaganda como si se tratase de evidencia. Y el hecho es que: después de tres años de investigación, CANOW no ofrece ninguna información que apoye sus conclusiones o exigencias.
Traducido por Gabriel Gasave
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