¿Un ministro liberal?

Por Hana Fischer

Montevideo (AIPE)- El presidente uruguayo Tabaré Vázquez acaba de realizar una gira de 15 días por Europa. Estuvo en España, Alemania, Italia y Francia. El propósito de su viaje fue alentar inversiones y promover negocios para Uruguay en el exterior.

En París fue entrevistado por “Le Monde”, periódico de orientación izquierdista. Allí se señala que Vázquez visitó la capital francesa acompañado por su ministro de Economía, Danilo Astori, al que define como “un liberal”.

¿Astori liberal? ¿Con qué fundamentos el diario francés le atribuye tal condición ideológica? Es bueno aprovechar esta oportunidad para intentar aclarar ciertos equívocos muy extendidos. Esos mismos que hacen que se catalogue a las reformas latinoamericanas de la década de los años 90 como “neoliberales”.

Por ejemplo, Astori considera que las inversiones extranjeras son imprescindibles para generar empleos genuinos y de buena calidad. Un liberal se preguntaría: ¿qué condiciones se están proponiendo para seducirlas? ¿Leyes especiales, exoneraciones tributarias, competencia limitada? Es decir, ¿privilegios? O más bien libre competencia en igualdad de condiciones para todos los que quieran participar.

Nuestro gobierno se jacta de que dos o tres grandes compañías foráneas planean realizar inversiones millonarias en Uruguay. Sin embargo, la derogación del decreto que permitía a la Policía actuar para desalojar empresas ocupadas en el marco de conflictos laborales, el proyecto de fueros sindicales que impulsa el Ejecutivo y la futura reforma tributaria están frenando la inversión. El empresariado uruguayo no está invirtiendo. Llama la atención tal contraste, ¿no?

Una misión técnica del FMI volvió a alabar el manejo “serio” de las finanzas públicas y trasmitió a las autoridades una visión favorable sobre la marcha de la economía.

Por el contrario, varios analistas nacionales tienen una visión crítica respecto a esos temas. En ese marco, el ministro de Hacienda del gobierno anterior señaló que la política fiscal que aplica la izquierda es “laxa”. Y opinó que, como consecuencia de las condiciones tan favorables por las que está atravesando la economía, el resultado de las cuentas públicas debería ser de equilibrio, pero no lo es.

Además, dirigentes empresariales plantean que se está perdiendo competitividad comercial debido a la política monetaria que aplica el gobierno.

Un senador oficialista declaró: “Este presupuesto es histórico y estoy orgulloso de él. Hace una enorme inversión en el recurso humano, para volvernos a poner en pie y generar un Estado que empiece a dignificarse a sí mismo”.

¿Acaso poner al Estado como “centro” de la actividad ciudadana es un planteamiento liberal? Utilizar enormes sumas de dinero succionadas a los contribuyentes para mantener burocracias colosales, ¿es liberal?

El mismo senador agregó que “el gasto público total es apenas un 16 % más, contra un país que va a tener 20% de crecimiento en el quinquenio… las inversiones anunciadas son más que auspiciosas… ¿Qué hace un gobierno progresista? Planifica qué parte de esos beneficios adicionales se invierten en educación, salud, seguridad y obra pública”.

Más claro imposible. Nuestro ministro de Economía es progresista y actúa como tal. Estimula la inversión, no para que haya mayor libertad individual sino para que el Estado se apropie de las potenciales ganancias. Y como ha sucedido tantas otras veces en el pasado, los supuestos mayores “ingresos” están por verse, mientras que el gobierno ya gastó por adelantado ese dinero. Por lo tanto, los uruguayos estamos irremediablemente condenados a una futura carga impositiva mayor o al aumento de la deuda pública. Probablemente sufriremos ambos males.

Según el estudio “Haciendo negocios 2006” del Banco Mundial, en el Uruguay las empresas tributan más de 80 % de las ganancias netas. El gobierno impulsa una reforma tributaria. El ministro Astori puso énfasis al aclarar que la reforma propuesta no supone un aumento de la “presión impositiva” global, sino que la misma se mantendrá constante. Por su parte, el presidente de la Cámara de Industrias expresó que no importa “cómo se llamen los impuestos sino que cuando pasemos raya, la carga sea menor”.

¿Ministro liberal? Definitivamente, no.

© www.aipenet.com