Un año difícil para la relación
La Nación (Buenos Aires)
MIAMI.- Cuando los historiadores del futuro examinen el año 2005 en América latina, quizá lo describan como el año en que Estados Unidos perdió una buena parte de su otrora enorme influencia en la región, y otros países -como China-empezaron a tener un papel modesto pero cada vez más importante.
Algunos estudiosos probablemente dirán que la pérdida de la influencia estadounidense se debió al surgimiento de subpotencias regionales hostiles que nadaban en petrodólares, como Venezuela. Otros dirán que fue un repliegue voluntario, porque Estados Unidos perdió interés en una región estancada en ideologías anticapitalistas del siglo XIX, mientras que China, la India y la ex Europa del Este estaban abrazando el capitalismo y la globalización con un entusiasmo casi religioso.
Cualquiera que sea el caso, el hecho es que la economía latinoamericana creció un 4,3% en 2005, una cifra saludable pero por debajo del 5,7% de crecimiento conjunto de todos los países en desarrollo del mundo y muy por debajo del 9% de crecimiento de China o del 7% de la India, según datos de las Naciones Unidas.
Políticamente, no fue un año feliz para las relaciones de Washington con América latina. El gobierno de Bush fracasó en su intento de lograr una mayoría de votos para sus candidatos para dirigir la Organización de Estados Americanos e irritó a México al apoyar una iniciativa del Congreso estadounidense para construir un muro a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos.
Y aunque Washington logró firmar un tratado de libre comercio con América Central y la República Dominicana, y obtener el apoyo de 29 países en la región para continuar con las negociaciones de libre comercio hemisféricas durante la cumbre de Mar del Plata, Bush fue públicamente vapuleado en esa reunión por los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez.
Chávez fue el líder regional más visible -aunque no necesariamente el más respetado- de 2005. Por un lado, el fenomenal aumento de los precios del petróleo le permitieron llevar adelante una «diplomacia de chequera», prometiendo ayuda económica a diestra y siniestra. Por el otro lado, Chávez se benefició de los problemas internos del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que debilitaron el liderazgo de este país en la región y permitieron que Venezuela asumiera un mayor protagonismo.
Aunque Chávez fracasó en su intento de reducir la pobreza, tal como informó el propio Instituto Nacional de Estadísticas venezolano a comienzos de 2005, Chávez dominó los titulares con su oferta de comprar más de US$ 1000 millones en bonos de la Argentina y US$ 500 millones en bonos ecuatorianos. Asimismo, Chávez lanzó los proyectos petroleros de Petrocaribe y Petrosur, y creó la cadena de noticias regional Telesur.
Hacia el final de año, el líder cocalero izquierdista boliviano Evo Morales, un admirador de Chávez y del dictador cubano Fidel Castro, ganó por mayoría arrolladora las elecciones en Bolivia, generando temores en Washington de posibles triunfos de la izquierda radical en Perú y Ecuador.
Mientras tanto, China se afianzó como uno de los principales socios comerciales de países sudamericanos como Brasil, la Argentina, Chile y Perú. Aunque los informes de prensa de que China invertiría unos US$ 100.000 millones en América latina resultaron ser cuentos chinos, las importaciones chinas de materias primas latinoamericanas probablemente alcancen los US$ 100.000 millones al final de esta década.
Peter Hakim, director del Diálogo Interamericano, un centro de estudios en Washington, vaticinaba en el número de enero de 2006 de la influyente revista Foreign Affairs que «la región seguirá en la periferia de las preocupaciones centrales de la política exterior de Estados Unidos… En el mejor de los casos, la región podría mantener su modesto crecimiento económico reciente, pero no ofrecerá las oportunidades de comercio e inversión que las empresas de Estados Unidos están encontrando en Asia o la ex Europa del Este´´.
¿Conclusión? Estados Unidos siguió perdiendo terreno en América latina en 2005, y la región siguió quedándose cada vez más atrás de China, la India y los países de la ex Europa del Este.
Pero aunque Chávez ganaba la guerra mediática, otros países, como Chile y hasta cierto punto Brasil, estaban volviéndose más globalizados, logrando mejores resultados que Venezuela en la reducción de la pobreza, y quizás influyendo a otros en la región para que siguieran su ejemplo.
Quizás ésa sea la historia verdadera de 2005, y la pérdida de influencia de Estados Unidos y las bravuconadas de Chávez no sean más que anécdotas. Pero eso sólo nos lo podrán decir los historiadores del futuro. Mientras tanto, felices Fiestas.
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