Los dos caminos de Bolivia: Zimbabwe o Sudáfrica
MIAMI.- Bolivia, que tiene una mayoría indígena estimada en más del 55%, está por entrar en una nueva era de gobierno mayoritario después de la victoria arrolladora del líder cocalero Evo Morales.
La gran pregunta es si la nueva Bolivia de gobierno mayoritario indígena seguirá los pasos de Sudáfrica o de Zimbabwe.
Antes de llegar a estos dos posibles escenarios, veamos los hechos. Morales ganó las elecciones del 18 de diciembre con un 54% del voto, el porcentaje más alto obtenido por un candidato presidencial boliviano. Ahora, Morales está por convertirse en el primer presidente indígena del país.
Admirador entusiasta del presidente vitalicio cubano Fidel Castro y del presidente venezolano Hugo Chávez, Morales prometió durante la campaña la legalización del cultivo de la hoja de coca, la nacionalización de las reservas de hidrocarburos extranjeras, y amenazó con convertirse en una «pesadilla´´ para los Estados Unidos.
Frecuentemente ha usado la consigna «¡Viva la coca, mueran los yanquis!» en sus actos de campaña, y la semana pasada dijo a la estación de televisión árabe Al-Jazeera que el presidente George W. Bush es «un terrorista´´. Un vocero de Morales dijo más tarde a la agencia Reuters que el presidente electo había sido traducido incorrectamente.
A pesar de su holgado triunfo, Morales enfrenta retos formidables. Si lleva a cabo sus promesas y quiebra contratos internacionales, se enfrenta a un posible corte de la ayuda extranjera de Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales.
Estados Unidos le da a Bolivia cerca de US$ 150 millones al año en fondos antidrogas, y están contemplando un paquete de hasta US$ 590 millones del Fondo del Reto del Milenio destinados a países necesitados que sean democráticos y sigan políticas de libre mercado. Asimismo, cerca del 10% de las exportaciones de Bolivia dependen de un acuerdo comercial preferencial con Washington que expira el año próximo, y hay unos US$ 800 millones pendientes del BID.
La chequera de Chávez
«Un buen porcentaje de la sobrevivencia económica de Bolivia está basada en la ayuda internacional», dice Cayetano Llobet, un analista político en La Paz. «A pesar de la esperanza de los partidarios de Morales de que Chávez va a sacar la chequera y pagar por todo, dudo que eso ocurra.´´
Si Morales no cumple con sus promesas populistas, tendrá que hacer frente a la furia de sus seguidores más radicales, que podrían tomar las calles y paralizar al país, como lo han venido haciendo en los últimos dos años.
¿Hacia dónde va Bolivia? Una posibilidad es que siga el camino de Zimbabwe. Tras la independencia del país, en 1980, el presidente democráticamente electo Robert Mugabe se embarcó en una campaña de confiscación de tierras que llevó a una fuga masiva de capitales y a un éxodo de granjeros blancos, escasez de alimentos y desempleo masivo.
A medida que la economía colapsaba, Mugabe culpaba cada vez más a los de afuera, y gradualmente fue tomando el control de todas las instituciones, convirtiendo a Zimbabwe en un régimen totalitario en que millones de personas apenas pueden sobrevivir gracias a un programa de alimentos de emergencia de la ONU.
Otra posibilidad es que Bolivia siga los pasos de Sudáfrica, donde después de la transición a un gobierno de mayoría negra, en los noventa, el presidente Nelson Mandela llevó a cabo una política de reconciliación con la minoría blanca, y buscó atraer inversiones y liberalizar el comercio. Hoy, el mercado de valores de Sudáfrica está entre los 10 más grandes del mundo, y su ingreso per cápita es mayor que el de México o el de Brasil.
La gran pregunta, dice Peter De Shazo, director del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, es si el gobierno de Morales será de un autoritarismo ascendente, o por el contrario un gobierno de mayor participación popular con un fortalecimiento de las instituciones.
Mi conclusión: mucho del futuro va a depender de si Brasil -vecino poderoso con grandes inversiones en Bolivia- será capaz de influir en Morales para que se convierta en un líder responsable, y de si el gobierno de Bush será lo suficientemente inteligente para permanecer callado y no darle a Morales excusas para tomar decisiones descabelladas. Pero al final del día, lo que sucederá en Bolivia y, por extensión, en los países cercanos con grandes poblaciones indígenas como Perú y Ecuador, va a depender de si Morales escoge ser un Mandela o un Mugabe. El gobierno mayoritario, que debería ser la aspiración de todo país, puede resultar en una estabilidad como la de Sudáfrica, o en un desastre como el de Zimbabwe.
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