Kirchner y el poder institucional

LA TERCERA

El objetivo político de Kirchner en lo institucional, con la reforma del Consejo de la Magistratura, es la «acumulación de poder». El proyecto de la senadora Kirchner, con el argumento de reducir de 20 a 13 los miembros del Consejo de la Magistratura, que propone la designación de los jueces y actúa en su remoción, si bien pretende buscar mayor eficacia y reducir gastos, permite al Ejecutivo avanzar sobre el control de la justicia, porque no mantiene la proporcionalidad entre los políticos, académicos, abogados y jueces que lo integraban. Es que los políticos no se reducen y, en consecuencia, pasan a tener una proporción, con la cual pueden impedir cualquier decisión adversa al Ejecutivo. La experiencia de Kirchner durante los 12 años de gobernador de Santa Cruz lo mostró avanzando sobre la justicia independiente y no consolidándola. Este proyecto se inserta claramente en la misma tendencia del Kirchner gobernador. En cuanto a la Corte, cambió una composición adversa, como hicieron todos los gobiernos en la Argentina en los últimos 60 años, con la sola excepción de Illia y De la Rúa. Hoy Kirchner es el Presidente constitucional con mayor concentración de poder institucional desde Perón en los 50.

En lo político, la amplia mayoría que aprobó el proyecto mostró que el Ejecutivo ha logrado el dominio de la Cámara de Diputados, donde no tenía la mayoría absoluta. Logró 20 diputados más de los 129 necesarios. El análisis político de los legisladores que acompañaron al oficialismo, muestra que el 90% de ellos proviene del justicialismo. No sólo votaron a favor del proyecto la mayoría de los ex duhaldistas, sino también los que responden a Rodríguez Saá. La votación mostró que Kirchner tiene hoy como sustento al peronismo, que no muestra reparos ideológicos o políticos en cambiar de posición, como el mismo Presidente lo ha hecho a lo largo de su trayectoria. Kirchner prefirió no conmemorar el 24 de febrero los 60 años del primer triunfo electoral de Perón para no identificarse con el peronismo tradicional. Pero la realidad es que dos años atrás se fotografiaba en los medios con los intendentes de Capital (Ibarra), Córdoba (Juez) y Rosario (Binner), todos no-peronistas y de centro-izquierda, y atacaba al peronismo. Hoy el primero ha sido anulado por el drama de Cromañón y los diputados que responden a los otros dos votaron contra el proyecto de la Magistratura.

La aprobación puso en evidencia la crisis de la oposición. No sólo porque no pudieron presentar una alternativa en conjunto, sino porque se dividieron cada una de las fuerzas. El peronismo antikirchnerista -ex duhaldistas y menemistas- del Bloque Peronismo Federal, quedó al borde de la ruptura, al acompañar al oficialismo el 60% de sus integrantes. En la UCR -que tiene el segundo bloque en diputados después del FV-PJ- cinco diputados votaron con el oficialismo, dividiéndose ahora el partido entre quienes quieren expulsarlos y los que prefieren una actitud menos drástica. En el interbloque de centro-derecha fueron cuatro los diputados que acompañaron al oficialismo. Dos de ellos (Borocotó y Spátola) ya habían abandonado el bloque, pero los dos del Partido Renovador de Salta, fueron una sorpresa. Sólo los bloques de centro-izquierda (PS y ARI) lograron evitar las deserciones, aunque tienen menor cantidad de legisladores que los anteriores. Pero esta victoria política sobre la oposición desnuda que el método para obtener adhesiones es el dinero del Ejecutivo, que condiciona a gobernadores e intendentes, como el caso de los legisladores salteños, que cambiaron de posición al recibir el de Salta un importante subsidio. La administración Kirchner termina así alejada de la «nueva política» que pretendía.

En conclusión, con la aprobación de la reforma del Consejo de la Magistratura, Kirchner logra una acumulación de poder institucional sin precedentes desde Perón en los años 50; en lo político, mostró que el peronismo reconstituye su unidad detrás del Presidente, quien en los hechos se aleja así del proyecto transversal; pero también puso en evidencia la crisis de la oposición para articularse, profundizándose las divisiones entre las fuerzas y dentro de ellas.