El rezago en ciencia y tecnología
Contrariamente a lo que se cree en Washington y las grandes capitales europeas, la mayor amenaza a América Latina no es la proliferación de líderes populistas que despilfarran el dinero de sus países, sino el creciente rezago de la región en educación, investigación y desarrollo
A juzgar por un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la región se está quedando atrás del resto del mundo en casi todas las categorías de educación, ciencia y tecnología. En otras palabras, mientras que el resto del mundo se mueve hacia la economía del conocimiento –en que una patente de software suele ser más rentable que millones de toneladas de materias primas– y exportaciones de alto valor agregado, la mayoría de los países latinoamericanos siguen dependiendo de la exportación de petróleo, soya, y otros productos primarios.
El reporte del BID, titulado »Educación, Ciencia y Tecnología en América Latina y el Caribe», incluye algunos datos alarmantes, que han pasado prácticamente desapercibidos. Entre ellos:
• Los 32 países de América Latina y el Caribe juntos gastan $11,000 millones al año en investigación y desarrollo de nuevos productos. Esto es menos de lo que se invierte en un solo país asiático, Corea del Sur, donde se destinan $12,000 millones anuales a este rubro.
• Brasil, el líder latinoamericano en investigación y desarrollo, invierte cerca del 1 por ciento de su producto bruto en investigación y desarrollo. Comparativamente, China, que tiene tasas de pobreza comparables o mayores a las de muchos países de América Latina, dedica el 1.4 por ciento de su producto bruto a la investigación y desarrollo.
• Mientras que la participación del sector privado en investigación y de-
sarrollo está creciendo dramáticamente en China y otros países asiáticos, está cayendo en América Latina, donde la mayoría de la investigación es pagada por el estado. Mientras en la China comunista el sector empresarial paga el 61 por ciento de la investigación y desarrollo del país, en América Latina el porcentaje en manos del sector privado es de sólo el 32 por ciento, uno de los más bajos del mundo.
• Muchos países latinoamericanos ni siquiera realizan actividades de investigación y el desarrollo. El 70 por ciento de la investigación y desarrollo de la región es realizada por apenas tres países: Brasil (42 por ciento), Argentina (20 por ciento) y México (11 por ciento).
• Aunque los países latinoamericanos están aumentando sus promedios de años de escolaridad, la región se está quedando atrás en la calidad de la educación que imparte, que es la principal prioridad de la educación en los países industrializados, Asia y Europa. En los recientes exámenes internacionales de PISA, los estudiantes de México obtuvieron un resultado promedio de 385 puntos, mientras que los japoneses obtuvieron 534 puntos, y los de Estados Unidos 483 puntos.
• Mientras que Japón registra casi 36,000 patentes en los Estados Unidos al año, Corea del Sur alrededor de 3,000 y China 300, Brasil registra sólo 130, México 84 y Argentina 62.
¿Por qué estos datos deberían ser motivo de alarma? Por qué, a pesar de los altos precios del petróleo y otras materias primas, los países que producen bienes de la economía del conocimiento o productos de alto valor agregado producen más y mejores empleos que los que se dedican a vender materias primas.
Como ejemplo, basta mencionar que según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los productores de maíz ganan apenas el 4 por ciento del precio de venta de una caja de cereal de maíz que se vende en Estados Unidos. El 96 por ciento lo ganan quienes hacen la ingeniería genética del maíz, o se encargan del procesamiento, empacado, distribución, mercadotecnia y publicidad, entre otras cosas.
»El propósito de este informe (del BID) fue concientizar a la gente», dice Jan E. Boyer, un representante de los Estados Unidos en el directorio del BID. «No se le está dando suficiente atención a esto ni a nivel nacional, ni regional, ni local».
Es cierto que, si uno se fija en los principales temas de la agenda política latinoamericana, la ciencia y tecnología brillan por su ausencia. Cuando los candidatos presidenciales de México realizaron su primer debate televisado para la elección del 2 de julio la semana pasada, hablaron de cinco temas, incluyendo la política energética y el medio ambiente, pero no debatieron sobre la educación, ciencia y tecnología.
Mi conclusión: Estados Unidos y Europa hacen bien en preocuparse por el avance del populismo radical en América Latina. Pero los líderes populistas generalmente suben y se desmoronan en cuestion de años, como ha ocurrido –salvo pocas excepciones– tantas veces en el pasado. En cambio, lo que no se invierta hoy en educación, investigación y desarrollo va a afectar a los países de la región por muchas décadas.
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
The Wall Street Journal Entusiastas del petróleo, no se desanimen. El último...
14 de febrero, 2016- 16 de marzo, 2007
Instituto Juan de Mariana Hace unas semanas se estrenó en streaming la serie...
15 de abril, 2024Venezolanos en Línea ¿Puede sostenerse una brecha cambiaria del 100% sin devaluar? ¿Cómo...
1 de septiembre, 2008