El puerco del Congreso se come nuestro dinero
Por Gerardo Reyes
El Nuevo Herald
Cada año, los cazadores de gazapos presupuestales en el Congreso de Estados Unidos, encuentran un ejemplar de concurso.
A finales del año pasado, se llevó el título una asignación de $2 millones entregada a una empresa ambientalista que fabrica orinales libres de agua. Fue aprobada por la Cámara de Representantes como parte del presupuesto de la Armada de Estados Unidos para el año fiscal 2006.
Pero el ejemplar fuera de serie, que pasará a la historia como el símbolo de está práctica congresional de »embuchar» adiciones presupuestales a leyes de toda índole, fue una partida de $223 millones para la construcción del Puente a Ninguna Parte en Alaska que une las remotas ciudades de Ketchikan, de 8,900 habitantes, con la isla de Gravia donde viven 50 almas.
Estas perdices del despilfarro del Congreso serían sólo un bocado de cardenal para Jay Leno y David Letterman en su preámbulo de chistes, si nadie se atreviera a sumarlas todas.
Pero para espanto de los contribuyentes, el Servicio de Investigaciones del Congreso (Congressional Research Service), una oficina independiente y no partidista, lo hace cada año y sólo en el 2006 estas partidas sumaron $64,000 millones.
En el argot del Congreso, las partidas son conocidas como marcaorejas (earmarks) y, aunque no hay un acuerdo en su definición, se identifican en general como asignaciones presupuestales que se le cuelgan sin ningún control ni debate a un proyecto de ley en el Congreso para financiar obras, casi siempre no prioritarias, que favorecen al congresista promotor y que poco tienen que ver con la naturaleza del proyecto.
Este año, por ejemplo, el proyecto de ley del gasto para la guerra de Irak fue fletado con $700 millones para la adquisición de una línea de ferrocarril de Mississippi, semidestruida por el huracán Katrina, que ya había sido reparada con una ayuda de $300 millones del Congreso. Ahora será desmantelada para instalar la nueva.
Lo que más preocupa a los activistas en favor del bolsillo de los ciudadanos es que estas adiciones no son sometidas al proceso de escrutinio por el cual pasan los proyectos de ley presupuestales. Su aprobación se negocia entre los congresistas de la comisión de presupuesto y los demás parlamentarios bajo la regla de conveniencia del «yo voto por tu ley si tú votas por la mía».
»Son la moneda corriente de la corrupción», afirmó el representante republicano de Arizona, Jeff Flake.
Algunos de los beneficiados con el »puerco» como también se conoce en la jerga congresional este tráfico adiposo de favores, son amigos, cabilderos o incluso fundaciones de familiares de los congresistas que devengan sueldos astronómicos en los cargos directivos de esas instituciones, todo por cuenta del contribuyente.
David Williams, vicepresidente de política de la fundación conservadora Ciudadanos contra el Despilfarro del Gobierno (Citizen Against Goverment Waste, CAGW), explicó a El Nuevo Herald que la única manera de controlar el escandaloso desangre del presupuesto mediante estas asignaciones es que las agencias del gobierno — y no los congresistas — sean las encargadas de definir su conveniencia y viabilidad.
»La diferencia es que el congresista quiere ser reelegido, está siempre haciendo política, y el funcionario no», explicó Williams.
Los congresistas alegan que ellos conocen más las prioridades de sus estados que el gobierno federal, pero ese es un concepto que no es unánime y continúa produciendo indignación cuando se aplica sin control.
Considérese, por ejemplo, $13,500,000 entregados al Fondo Internacional de Irlanda que financia la Cumbre Mundial del Sanitario en el presupuesto del 2006. La cumbre es una reunión que se realiza cada año en diferentes capitales del mundo para analizar los avances en implementos para baños, ventilación y limpieza.
También causó sorpresa una partida de $500,000 para el Museo Sparta de la Jarra del Te (Sparta Teapot Museum) en Sparta, Carolina del Norte, y $6,435,000 para investigaciones sobre la utilización de la madera.
Todo esto en medio de una crisis fiscal ocasionada por un desenfrenado gasto federal que ha aumentado de $1.5 trillones en 1995 a casi $2.5 trillones en el 2005. El número de marcaorejas se ha incrementado en el mismo período de 1,439 a 13,997, un aumento de 873 por ciento. Para el 2006 el déficit fiscal proyectado es de $423,000 millones, lo que representa un incremento del 33 por ciento en relación con el año anterior.
La expresión del »puerco» congresional es un americanismo político que se derivó de la figura del barril en el que se distribuía el cerdo a los esclavos antes de la guerra civil en Estados Unidos.
Al respecto cita el etimólogo de The New York Times, William Safire, un comentario escrito en 1919 en el que el autor comparó la ansiedad de los congresistas por introducir sus prebendas presupuestales en los proyectos de ley con la avidez con que los esclavos se lanzaban al barril del puerco.
Cada treinta días, CAGW elige »el porquerizo del mes», un congresista o funcionario público que ha sobresalido en la práctica del embutido presupuestal.
En abril, el deshonroso título le correspondió al representante demócrata de West Virginia, Alan Mollohan, por canalizar desde 1995 gran parte de $480,000,000 en auxilio hacia cinco organizaciones sin fines de lucro donde fueron contratados amigos y ex asistentes suyos que aportaban dinero a la campaña en su circunscripción electoral.
A raíz del hallazgo por parte de los medios de comunicación de estas maniobras, Mollohan renunció a su posición como miembro de la comisión de Etica de la Cámara de Representantes.
Según CAGW el título de Rey del Puerco lo ostenta el también senador demócrata de West Virginia, Robert C. Byrd. A través del uso de su posición privilegiada como presidente de la Comisión de Apropiaciones, afirma CAGW, el senador rompió el récord del jamón al obtener más de $1,000 millones en auxilios regionales para su estado.
Muchos de estos auxilios fueron invertidos en 20 obras que llevan su nombre, desde una represa hasta una cárcel federal, incluyendo una estatua suya en el Congreso estatal.
»Me dicen el Rey del Puerco, no saben cuánto lo disfruto», respondió el senador al conocer su título.
De acuerdo con Williams, por lo menos un 70 por ciento de los congresistas favorecen la práctica de estas asignaciones, lo cual hace mucho más difícil la aprobación de las dos reformas que se discuten en ambas cámaras del Congreso.
Los congresistas del sur de la Florida no salen mal librados en la evaluación general de la fundación, que califica a los legisladores, según su inclinación a aprobar proyectos que favorecen el mal uso de fondos, con calificaciones que van desde »hostil» hasta »superhéroe» de los contribuyentes.
• Ileana Ros-Lehtinen: 53 por ciento, «tibia»
• Lincoln Díaz-Balart: 51 por ciento, «tibio»
• Mario Díaz-Balart: 85 por ciento, «superhéroe».
A los presidentes también les gusta el puerco. Según un estudio de The Wall Street Journal, el presidente George W. Bush respaldó en la más reciente ley de presupuesto una serie de »proyectos mascotas» para los cuales ha pedido aumento. Entre ellos una partida de $204 millones en el presupuesto del Departamento de Educación para enseñar abstinencia sexual en la secundaria.
A raíz del escándalo del cabildero Jack Abramoff, otros movimientos de ciudadanos han reforzado sus protestas contra los gastos sin control del Congreso. El mes pasado, American for Prosperity organizó una gira por varios estados para visitar aquellos sitios que han recibido partidas millonarias sin una clara justificación.
El punto de partida de la gira fue Washington. Allí los manifestantes reclamaron por la construcción de un nuevo gimnasio para personal de la Cámara a un costo de $3 millones.
»Con otros tres gimnasios alrededor no entendemos por qué los contribuyentes tenían que pagar $3 millones por un gimnasio oficial que sólo puede usar el personal del Congreso», dijo el presidente de la organizacion, Tim Phillips. «Nosotros apreciamos el buen estado físico tanto como cualquiera, pero también nos preocupa el estado físico del presupuesto».
La gira hizo una parada en Cleveland para protestar por la transferencia, a través del polémico sistema, de más de $1,100 millones para el Salón de la Fama del Rock and Roll en los últimos cinco años, equivalente al presupuesto anual de Nicaragua.
Más adelante el grupo se detuvo en la Universidad de Columbia que recibió $1.7 millones para el estudio del champiñón shiitake.
¿Son todas estas asignaciones inconvenientes o derrochadoras?
Williams explicó a El Nuevo Herald que el criterio de selección de su fundación de este tipo de gastos no sólo se concentra en aquellos que a primera vista son superfluos o escandalosos.
»Para nosotros son inconvenientes todos porque no han pasado por un proceso transparente y no tienen ningún control», dijo.
Las iniciativas que están en trámite buscan que cada uno de estos embuchados tenga un responsable visible, lo que implica que frente a cada uno deberá aparecer el nombre del congresista que lo patrocina.
Hasta ahora, agregó Williams, la única constancia de la autoría de esos gastos son los comunicados de prensa con la foto del congresista sonriente anunciando a sus electores el monto de una partida que nadie examinó, o cortando la cinta inaugural de la obra terminada.
Los activistas contra el puerco pensaron que habían ganado la batalla cuando los congresistas de la Comisión de Apropiaciones, bajo el peso de opinión pública, retiraron los aportes al Puente A Ninguna Parte y a otro puente en Alaska.
Sin embargo, el Congreso, dominado por los republicanos, se las ingenió para conceder $452 millones para la construcción de ambas obras a través de otro proyecto, lo que significó una victoria respectivamente para los republicanos por Alaska, Don Young, presidente de la Comisión de Transporte de la Cámara, y Ted Stevens, presidente de la Comisión de Presupuesto del Senado.
Es más, ahora está en discusión una propuesta para que el Congreso financie una campaña publicitaria destinada a reparar la imagen de Alaska causada por el bochornoso caso del puente.
- 21 de septiembre, 2015
- 26 de enero, 2025
Artículo de blog relacionados
Por José María García-Hoz ABC En la soterrada batalla que libran Barcelona y...
9 de enero, 2007Por Manuel Llamas Libertad Digital, Madrid Nacionalizar significa «hacer que pasen a depender...
20 de agosto, 2008La violencia relacionada con el narcotráfico en México ha llegado a tal punto...
5 de marzo, 2009¿Tiene el pueblo venezolano alguna posibilidad de librarse de la dictadura colectivista, socialista,...
23 de septiembre, 2008