Popper y la libertad
Si se leyera más a Karl Popper, a Hayek, a Isaiah Berlin, observaba Mario Vargas Llosa, América Latina seria más liberal.
Y, concretamente, hablando de Popper, afirmaba el escritor y ensayista peruano: lo que ha ocurrido, sobre todo en los últimos años, es decir, el desplome no solo de los regímenes totalitarios, sino el desplome de la utopía socialista, de la mitología revolucionaria y el extraordinario renacimiento de los valores democráticos y la cultura de la libertad en el mundo, y no sólo en la Europa del Este y en la Union Soviética, también en la región del mundo de la que yo vengo, en nuestra América Latina, ha dado a las tesis, las teorías políticas y sociales de Karl Popper sobre la libertad -también de otros pensadores, por supuesto- una extraordinaria legitimación; y, asimismo, ha desmentido y negado a quienes en los años cincuenta, en los años sesenta, incluso en los años setenta, ejercían la función de los en el campo ideológico y en el campo político.
Estas palabras han sido tomadas del libro encuentro con <>, una obra que por cierto ayuda a entender la cultura de la libertad, a propósito de quien fue, de quien es y sigue siendo un nombre clave de la filosofía del siglo XX.
Karl Popper nació en Viena en 1902, en el seno de una familia de origen judío, aunque sus padres fueran en ese momento de pertenencia cristiana. Siendo estudiante de física, se interesó por la cuestión de si la ciencia empírica contenía conocimientos ciertos; así las cuestiones epistemológicas concitaron su interés. Viena, para entonces, bullía con las doctrinas de los positivistas, pero Karl Popper se insurgió contra ellas.
Cuando Se gestaba el nazismo, Popper decidió marcharse. Tras una breve estancia en Londres, se instaló en la Universidad de Canterbury, de Nueva Zelanda, entre 1937 y 1945. Fue allí, precisamente, donde escribió , una de sus obras fundamentales. Un libro donde la razón reemplaza la irracionalidad y el individuo pasa a ser protagonista de la historia en tanto la libertad comienza a sustituir la esclavitud. Sencillamente, es una de las obras de filosofía política más importantes de nuestro tiempo.
Hacia 1946, Karl Popper aceptó la cátedra de , en la , donde permaneció enseñando hasta su jubilación, en 1969. Cuatro años antes, la Reina le había armado caballero
Sir Karl Popper continuó, en consecuencia, escribiendo, custodio de la libertad, y, entre otras obras esenciales para los valores, para este valor esencial, destacan: , , . Hallamos en sus páginas la necesidad de a libre discusión, el choque de las culturas, la negación de presuntas fuerzas ocultas en el desarrollo de la historia, la democracia como marco que permite a organización de los ciudadanos y la apuesta permanente a una sociedad abierta.
La obra de Karl Popper soportó las criticas de los enemigos de la sociedad abierta. Pero con la caída del Muro y la diversificación de los intereses filosóficos, acabó por convertirse en un clásico contemporáneo. Murió en Londres hace doce años. Murió para el registro civil, porque mientras haya ciudadanos libres en el mundo, seguirá siendo el maestro imprescindible.
* Artículo originalmente publicado por Diario Meridiano.
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