El Medio Oriente en el contexto de la Unión Europea
El Medio Oriente se ha convertido, en los últimos años, en un campo de batalla estratégico entre los Estados Unidos y Rusia. Luchas por el acceso al gas y petróleo en Georgia, Irak, Irán y Kazajstán han sido relevantes. En medio de esta contienda entre los dos ejes, los europeos se han mostrado inciertos. A pesar de la dependencia energética europea del mundo árabe y la cercanía geográfica entre ambos, su participación ha dejado mucho que desear, ya que los 25 miembros de la Unión han sido incapaces de formular una política exterior común y congruente con respecto a esta zona de conflicto.
El descarrilamiento de la ratificación del Tratado Constitucional fue un duro golpe para el proceso de integración de la Unión Europea. De esta forma, la incapacidad de proyectar una política internacional común es principalmente resultado de los fenómenos experimentados al interior de la Unión, la cual ha dado prioridad a los temas de integración. Asimismo, las agendas de recuperación económica y avance técnico, ante una evidente desigualdad de desarrollo entre los estados miembros, esta tomando un mayor peso.
En medio de esta realidad adversa, la Unión Europea ha sido incapaz de definir su rol en el mundo y particularmente en el Medio Oriente. La adhesión de nuevos miembros en la Unión Europea ha traído como resultado procesos y procedimientos internos mas laboriosos para promulgar políticas comunes, lo cual ha retrasado, en aspectos cruciales, la presencia y actuación de una Europa unida y vigorosa en el escenario mundial, trayendo nuevos dilemas para la Unión.
El conflicto árabe israelí puede ser el punto catalizador para una nueva definición de la participación de la Unión Europea en el Medio Oriente. Hasta este momento los esfuerzos han sido limitados por la creciente enemistad entre los Estados Unidos y Europa. Mientras George Bush ha tenido logros evidentes para influenciar al Primer Ministro Israelí, Ehud Olmert, la Unión Europea ha conseguido ejercer, únicamente, cierta influencia sobre la Autoridad Palestina. Sin embargo, ninguno ha sido capaz de dictar o controlar el conflicto entre israelíes y palestinos por la limitada influencia que pueden ejercer, en ambas partes, simultáneamente.
La Unión Europea tiene el potencial de convertirse en un significativo mediador en el Medio Oriente. Como punto de partida, tendrán que resolver sus asuntos internos de integración y en un segundo plano, formular una política exterior congruente y de carácter “mediador”, empezando por demostrar al Estado de Israel que su seguridad, bienestar y futuro también son importantes. Así Europa podrá convertirse en un jugador genuino en un campo de batalla, ya disputado, por Estados Unidos y Rusia.
El autor es Director de YADI International
- 28 de marzo, 2016
- 23 de julio, 2015
- 5 de noviembre, 2015
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