Obama, su voto fue negativo en el Cafta
Por Deborah Solomon
WSJ
WASHINGTON —Los primeros indicios del pensamiento del precandidato demócrata a la presidencia indican que no es muy proclive a los acuerdos de libre comercio.
Barack Obama es conocido por su carisma y su oposición a la guerra en Irak. Ahora, el aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos, empieza a revelar su pensamiento económico, donde aparece el cuadro de un político dispuesto a dejar que el gobierno intervenga en los mercados, aunque es cuidadoso de no
caer en una retórica muy anti libre mercado.
Aunque la plataforma económica del senador de Illinois aún es incipiente, entrevistas con sus asesores y un repaso de su historial como legislador y sus discursos lo colocan un poco más a la izquierda de Hillary Rodham Clinton, pero a la derecha del ex candidato a la vicepresidencia John Edwards, dos de sus rivales por la nominación del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del año entrante.
Hillary Clinton parece tratar de recobrar el legado centrista de su marido, Bill Clinton, mientras que Edwards busca el apoyo de los sindicatos y las bases del partido.
Las posturas de Obama parecen haber sido atenuadas por la ofensiva de Bill Clinton en los años 90 para alejar a los demócratas de su tradicional respaldo al proteccionismo y su retórica de lucha de clases y llevarlo hacia el centro.
Obama, no obstante, votó en contra de un acuerdo de libre comercio y es partidario de políticas de redistribución del ingreso que quitan dinero a los más ricos para financiar programas que benefician a los hogares de clase media y baja. Al igual que la mayoría de los demócratas, es partidario de eliminar parte de los recortes de impuestos del presidente Bush que benefician a las familias de mayores ingresos. “Su postura no es que a los ricos les va demasiado bien”, dice uno de los asesores económicos, sino que “quiere financiar algunos programas que ayuden a que los pobres mejoren su situación, y los recursos tienen que venir de los más pudientes”.
Uno de sus principales asesores económicos es Jeffrey Liebman, un economista de la Universidad de Harvard y ex asesor de Bill Clinton, cuyo trabajo se ha centrado principalmente en los impuestos a los ingresos y su importancia para que los desempleados dejen de recibir los beneficios del estado de bienestar y entren a la fuerza laboral.
El candidato también cuenta con la asesoría de Austan Goolsbee, un experto de la Universidad de Chicago en temas tributarios.
Otro de los asesores importantes de Obama es David Cutler, un economista de la Universidad de Harvard especializado en temas de salud pública, quien también colaboró con el gobierno de Bill Clinton.
Uno de los temas económicos que dominará la campaña es el acceso universal a la atención de salud. Todos los candidatos importantes han apoyado ese objetivo, aunque difieren en como
lograrlo.
Obama aún no ha afinado los detalles de su programa de salud, pero sus asesores dicen que no le interesa eliminar el actual modelo, en el cual los empleadores costean la cobertura de salud.
Edwards, el único de los aspirantes demócratas que ha presentado un plan de salud, exigiría que cualquier persona puede comprar cobertura “una vez que los planes de salud sean costeables” y exigiría a todas las empresas que financien o ayuden a financiar los seguros de salud de sus empleados.
De todos modos, Obama va más lejos de lo que propone Hillary Clinton, y promete que todas las personas tendrán cobertura para fines de su primer período en la Casa Blanca. Clinton dice que alcanzar esa meta demorará ocho años.
Obama está buscando formas de reducir los costos, como ofrecer a los médicos y los hospitales incentivos financieros para que empiecen a digitalizar sus registros.
En su libro The Audacity of Hope, Obama propone la formación de un grupo bipartadista que diseñe una cobertura de salud de primera calidad y barata, que las personas puedan contratar y cuyos planes serían ofrecidos por empresas privadas.
Obama también contempla hablar sobre el libre comercio y diseñar políticas que ayuden a quienes pierdan su empleo debido al libre comercio. En su libro, Obama hizo un llamado para reformar y encontrar una mejor manera de financiar programas como el seguro de desempleo.
Obama votó en contra del Tratado de Libre Comercio entre EE.UU. y América Central en 2005, junto a una serie de otros legisladores demócratas. Sus asesores, sin embargo, aseguran que Obama piensa utilizar retórica anti libre comercio en su campaña, como lo hicieron algunos demócratas en las elecciones legislativas del año pasado.
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