Profundización del mal de la economía venezolana
Por René Centeno
Correo del Caroní
La Economía venezolana tiene un mal que se detectó a principios del siglo XX y ese mal tuvo su epicentro, en un principio, en la proporción de la actividad petrolera en la conformación del Producto Interno Bruto (pasó de 1,2% en 1920 a 52,7% en 1960) y ahora más fuertemente se nota el mal en la participación del petróleo en las exportaciones (89,6% en el 2006).
Para precisar mejor en lo que hace que el petróleo sea un mal tendremos que ubicarnos más bien en la propiedad del petróleo, que si bien ha pasado por concesiones a principios del siglo XX, nacionalización en los años 70, apertura petrolera en los 80 con la idea de reducir el mal, hoy de nuevo está la nacionalización arreciando el mal. Es también importante destacar entre 1920 y 1979 la participación fiscal en las exportaciones pasó de 8% a 74% y no pasó nada en cuanto a un nuevo nivel de desarrollo.
En todo caso hoy en día como se ha anunciado fuertemente, el petróleo es 100% nacional, lo cual quiere decir que la actividad de la Economía venezolana más productiva, la que más exporta, es 100% propiedad del Estado. Lo que en cierta manera hace al Estado propietario total y absoluto de las divisas que vienen al país por concepto de exportación petrolera.
Al ser el Estado dueño absoluto ahora de todas las divisas que ingresan al país por concepto de exportaciones petroleras, hace que las pueda usar más indiscriminadamente y discrecionalmente para dejar el tipo de cambio fijo por períodos muy largos y que éste se sobrevalúe, sobre todo en épocas de boom petrolero de precios (como el de ahorita), de esa manera intenta contener la inflación (rezaga, genera inflación subyacente), aumenta la liquidez monetaria, por el racionamiento de dólares, que genera inflación e impide que los sectores de la economía, distintos al petróleo, puedan exportar y tengan que cerrar a mediano plazo. No permite, la sobre-valuación, que se instalen nuevas capacidades para exportar bienes distintos al petróleo, cuando éste entre en el ciclo de precios bajos.
O también cuando los precios petroleros caen en el ciclo bajo, el Estado devalúa para producir dinero inorgánico y financiar por esta vía parte del gasto público, con lo cual produce inflación, aumenta la propensión a exportar pero no se instaló capacidad para exportar en el período del boom por la sobre-valuación, no hay nada que exportar distinto a petróleo, se ha reducido.
En resumen la nueva nacionalización del petróleo profundizará el mal -o lo aumentará- de la economía venezolana y no permitirá que ésta se desarrolle. El desarrollo vendrá cuando cambie el régimen de propiedad del petróleo, es decir que los particulares venezolanos que sean dueños de la tierra lo sean también de lo que esté en el subsuelo, es decir sean dueños del petróleo.
Tal reforma no sólo curará el mal que padece la economía venezolana en cuanto la generación de divisas por un solo sector, sino que se generaría tanta inversión, nacional y foránea, que el problema del desempleo y de la pobreza en Venezuela será una historia, un cuento urbano.
El autor es investigador Ciepv UCAB Guayana
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