EE.UU.: Tribulaciones de la TV en español

Por Yolanda Arenales
La Opinión, Los Angeles

¿Qué pasa con la televisión en español? Esa es la pregunta que se hacen algunos espectadores y anunciantes que siguen la evolución de las dos principales cadenas en este idioma.

La polémica levantada por la relación del alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, con la reportera de Telemundo Mirthala Salinas, no sólo ha afectado la reputación de la cadena sino que ha producido importantes cambios gerenciales que abren algunos interrogantes con respecto a su futuro.

Mientras que Al Corral, director de noticias de KVEA se encuentra bajo suspensión de empleo y sueldo por dos meses —al igual que Salinas—, Manuel Abud, director general del canal, permanece en una situación indefinida tras haber sido oficialmente «reasignado», pero a ningún puesto en concreto, sin que tampoco se haya designado una nueva persona para su cargo.

La venta de Univisión el pasado año al consorcio dirigido por el multimillonario Haim Saban de TPG Capital, LP —que dejó a la compañía con un nivel de deuda 12 veces mayor que su flujo anual de efectivo—, el traslado de su cuartel general a Nueva York, tras años de presencia en Los Ángeles, y algunos bruscos cambios gerenciales (co-mo la salida de Jorge Delgado, quien fue presidente y director general de Univisión 34 y Telefutura 46) también arrojan incertidumbre sobre la cadena más grande en español de Estados Unidos.

«Analizar la televisión en español es como abrir la caja de Pandora», dice Joshua Estrin, presidente y director ejecutivo de Concepts in Success, una agencia de Plantation, Florida, que a menudo trabaja tanto con Univisión como con Telemundo.

Estrin señala que los egos personales a menudo se cruzan en las relaciones de trabajo en las cadenas hispanas, que además de luchar con los problemas habituales de cualquier gran organización de medios de comunicación tienen otros propios: «Hay demasiados ejecutivos tomando decisiones que no son bilingües. A veces entienden un poquito de español, pero no necesariamente la cultura», comenta Estrin.

Don Browne, presidente de Telemundo, ha sido criticado por oscurantismo a la hora de informar públicamente sobre las acciones internas relativas al escándalo en torno a Salinas. Pero la cadena se defiende señalando que lo que está en juego son aspectos de la vida personal de sus empleados, protegidos por las normas de confidencialidad de la empresa.

«El contenido y exactitud de las noticias dadas por KVEA no se ha visto comprometido, aunque nuestro estándar interno sobre conflicto de intereses sí se han violado claramente», ha declarado Browne.

Alfredo Richard, vicepresidente de Comunicaciones de Telemundo, informa que por el momento el asunto no parece haber tenido influencia ni respecto a los anunciantes ni a las tasas de audiencia.

«Tenemos aproximadamente los mismos espectadores en nuestra programación y no hemos detectado ninguna reacción de cara a la publicidad en nuestros medios», dice Richard.

Sin embargo, Estrin sí considera que los anunciantes toman nota.

«Los cambios gerenciales y los problemas disciplinarios asustan a las compañías que no quieren verse salpicadas con estos problemas y que sobre todo temen la falta de previsibilidad que estas situaciones generan», dice este profesional de las relaciones públicas, añadiendo que la televisión en español tiene retos especiales.

«Desde la creación de contenido propio, que siempre supone riesgos, hasta escapar de programación estereotipada del pasado y conseguir nuevos contenidos que ‘peguen’ entre los telespectadores, su evolución es mucho más difícil que la de los ya consolidadas cadenas anglo».

Pero Manuel Machado, director ejecutivo de la agencia Machado/ García Serra, y uno de los miembros de la Junta Directiva de la Asociación de Agencias Hispanas de Publicidad (AHAA) se muestra optimista respecto al futuro de las dos grandes cadenas en español de EU. Aun considerando que los escándalos y vaivenes gerenciales no son positivos, Machado enfatiza que no se puede olvidar el camino andado hasta ahora. «Creo que hay que ser justos con Univisión y Telemundo y reconocer su enorme papel en el desarrollo del mercado hispano», dice Machado.