La peligrosa infiltración chavista
Es muy interesante la campaña de ABC Color de instalar nuevos cucos. El cuco de moda es el presidente venezolano Hugo Chávez. En segunda línea le sigue Evo Morales. Y el histórico, claro, es Fidel Castro. Una campaña anterior contra el gobierno venezolano, advirtiendo la alianza militar con Bolivia, y “el peligro” que esto puede ocasionar a nuestro país, terminó con un aumento del 30 por ciento para el presupuesto de las Fuerzas Armadas paraguayas.
Ahora se está denunciando un plan de penetración e “infiltración” en nuestro país de la “aventura” venezolana. Se hurga en posibles apoyos económicos a organizaciones políticas, sociales, universitarias. De repente se presenta la demanda estudiantil supuestamente motivada solo por el interés de extender el chavismo, como si los estudiantes y sus representantes no tuvieran cuerda propia, sean fantoches de la “política subversiva que busca la división de la familia paraguaya”, como durante la dictadura stronista nos vituperaban desde la voz del coloradismo a los líderes estudiantiles.
Está el periódico o el dueño del periódico, el señor Aldo Zuccolillo, muy interesado en esta “peligrosa infiltración”, como si se tratara de un germen que destruiría el tejido social con algún elemento contaminante, radiactivo, peor que las balas que mataron ya a 600 mil iraquíes.
Recrea cucos de antaño, como el de los comunistas, exterminados orgánicamente por la dictadura stronista a la sombra de esa campaña bárbara de anularlos como actores sociales y de presentarlos como “peligrosos desestabilizadores del orden y del progreso”.
Unas cien organizaciones no gubernamentales en este país reciben dinero de los EE.UU. para sus actividades. Casi todas las misiones especiales en el extranjero de las Fuerzas Armadas paraguayas están solventadas con dinero norteamericano. La preparación de sus tropas especiales, de sus oficiales y suboficiales para los cascos azules. La definición de sus misiones se establece en cumbres estratégicas de defensa regional organizadas y auspiciadas por los EE.UU. La Senad, el organismo antidrogas, está equipada íntegramente por los EE.UU. Desde los ’50, EE.UU. instruían a los militares en la Escuela de las Américas, donde los militares latinoamericanos se especializaron en vuelos, mecánica y sistemas de tortura. Los EE.UU., a través de USAID especialmente, y de muchos otros organismos financieros, auspician foros para periodistas, programas de intercambios para la prensa y varios otros programas para este sector. A través del FMI y el Banco Mundial demolieron países enteros con sus ajustes fiscales para presionar el remate de las empresas públicas a los capitales trasnacionales.
Ni hablemos de la plata que en este país se le saca a Taiwán, un pequeño país oriental en lucha por su independencia.
En estos sesenta años, Paraguay se llenó de contrabandistas, de ladrones de guante blanco, se extendió la mafia en todas las fronteras y al interior de varios departamentos, hasta establecerse en vasto territorio. Al Estado se lo saquea de pies a cabeza.
Debemos suponer, entonces, que la “infiltración” norteamericana solo se tradujo en desgracia para este país y que el peligro de contaminación del “tejido social” ya no es tal, puesto que todo está contaminado, y gran parte de ese tejido ya destruido.
Los cucos, cuando inciden, son muy buena forma de mantener en el inmovilismo el sistema político y económico, puesto que todo aquello que atente fundamentalmente contra los intereses del capital financiero internacional, el cacareado libre mercado y la gran propiedad será atacado de bárbaro. En libretos periodísticos y las universidades donde el éxito se oferta como pan caliente nos venden estos cuentos del libre mercado, de la gran propiedad y del capital financiero internacional como la naturaleza de las cosas, indiscutibles, y nos intentan advertir que toda otra forma de ver el mundo, de gestionar política, administrar un país es un atentado contra los “principios fundamentales de la doctrina occidental y cristiana”, a punto de declarársela una aborrecible dictadura.
Estas pildoritas del sistema no podrán, sin embargo, negar la existencia de un enorme sector que, por desgracia propia y ajena, ya no cree tan fácilmente los estigmas inventados por la estructura de control y propaganda de la derecha, que a toda costa quiere hacer creer a la gente que sus intereses son los intereses de toda la gente.
Por más cucos que se inventen.
Ah, casi me olvido, ¿alguien sabe por qué fueron a huelga esos izquierdosos estudiantes de Filosofía de la Nacional?
- 23 de julio, 2015
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