Pequeña aclaración a mis compatriotas
La Habana – Algunos compatriotas me han escrito reprochando que, según expresan, culpo al Embargo de los males que padece nuestra Nación en el último trabajo publicado –¨Ahora es el momento de reconstruir la Nación cubana¨-, además de explicar sus razones de divergencias.
Quizás dispongan de poco tiempo para sus lecturas o estén prejuiciados con el asunto, pues resulta evidente la tergiversación de mis planteamientos.
Comienzo por aclarar que en su argumento coinciden con el mío, pues estamos de acuerdo en que es absurdo e inmoral responsabilizar al Embargo del triste destino de los cubanos.
Contrario a lo que afirman creo haber planteado: ¨las autoridades de la Habana usan como justificación ideal y recurrente el Embargo para culpar al gobierno americano del fracaso del modelo totalitario impuesto en Cuba¨.
Está claro que la tragedia cubana tiene nombre: Fidel Castro Ruz y sus secuaces. Quien enfermo de poder ha ultrajado por casi 50 años a nuestra Patria de modo cruel y despiadado, y es el principal responsable de la amenaza que se cierne de una salida sangrienta a la crisis que se sufre.
Por lógica elemental nunca equivocaría al victimario.
También expongo muy claramente que, según mi humilde criterio, analizar el Embargo separado del Acuerdo Migratorio y sin valorar como es debido los fines y objetivos que dieron origen a ambos como política COMUN, es un total error que puede conducir a concepciones equivocadas.
Me esfuerzo sobre medida por escribir de modo sencillo y directo, método con el que busco sean simples de entender las ideas expuestas. También confieso que lamentablemente me obliga a ello mi poca cultura y escaso dominio del lenguaje.
No acostumbro a salir con explicaciones respecto a mis razonamientos. No por autosuficiencia ni engreimiento sino que siempre me baso en describir argumentos y evito ofrecer opiniones o especulaciones, para dar total libertad a quienes lean los artículos de reflexionar y pensar al respecto lo que les dicte su sano juicio.
Las opiniones contrarias no me ofenden ni molestan, las agradezco. Me ayudan a interiorizar más en los temas de que se trate y a profundizar con mayor seriedad su análisis.
No realizo esta aclaración a mis compatriotas con el ánimo de rivalizar ni de controversia. Es fácil comprobar que en mi labor como disidente no hay una sola acción o declaración dirigida a descalificar proyectos, organizaciones o personas de la oposición.
Llego al extremo de no haber respondido nunca las campañas difamatorias sobre mi persona. Algunas salidas de prestigiosos líderes de la disidencia interna y otras de líderes del exilio, que emplean planteamientos tan ¨irrefutables¨ como que soy agente encubierto de la Seguridad del Estado porque no he sido condenado a prisión.
Tal vez esté totalmente equivocado, pero soy de los convencidos de la importancia que tiene para los cubanos comprometidos con la libertad y la suerte de este pueblo, que logremos desechar las diferencias y nos concentremos en los puntos comunes y de coincidencias en nuestras nobles aspiraciones respecto a la Nación.
Por último y retornando a la cuestión principal que me ocupa, quizás hasta llegara a considerar algún grado de responsabilidad del Embargo en nuestra desdicha sino fuera porque:
– La tiranía de los Castro es uno de los principales importadores de alimentos y medicinas con que cuenta el mercado americano (con compras multimillonarias).
– En la esfera militar tengo entendido, desconozco si será cierto, mantienen una comunicación fluida a través de la base naval de Guantánamo los militares de los ejércitos de EEUU y de Cuba.
– El gobierno americano le concede a la tiranía de los Castro el beneplácito de reservarle un mínimo de 20 mil visas de entrada a territorio de EEUU cada año.
– Ambos gobiernos se reconocen mutuamente y mantienen canales diplomáticos abiertos en sus territorios a través de sedes consulares (Oficina de Intereses de los EEUU en Cuba y Oficina de Intereses de Cuba en los EEU).
– Aún se espera por un mandatario en la Casa Blanca que decida la aprobación del Título ІІІ de la Ley Helms-Burton, luego de una larga espera tras ser validada hace años esa legislación.
– La opinión de no pocos entendidos en la materia señala que a través de terceros países comercian no pocas empresas de EEUU y el Régimen de la Isla. Las tiendas en Cuba, de manera pública, están abarrotadas de productos americanos, entre ellos, de la marca Adidas, Nike, Coca Cola, etc. (hasta el propio Fidel Castro se encarga de vestir y publicitar la marca Adidas).
Para ser totalmente honesto, además de no culpar al supuesto Embargo de nuestros males, ni siquiera comparto la denominación de unos y otros -¨Embargo¨ o ¨Bloqueo¨-, para hacer referencia a una política que no transciende más allá del congelamiento en los bancos americanos de millones de dólares del Régimen cubano en los 60′ y de algunas limitaciones generales y medidas restrictivas de carácter económico.
Pienso que es saludable y productivo que evolucionemos a la par con el tiempo. A esta altura del siglo XXІ para ser creíbles a la hora de un debate no basta con el uso de falsas interpretaciones y retóricas, se impone la seriedad para emitir valoraciones.
- 23 de enero, 2009
- 23 de junio, 2013
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