El verdadero plan de Correa

Todo lo que está pasando en el país no es fortuito, ni accidental.

Los ataques contra la ciudad de Guayaquil y la tan cacareada “defensa” por parte del presidente a los intereses nacionales, solo obedecen a un nefasto plan preconcebido y fríamente calculado para llegar a un estado totalitario, donde Correa gobernaría con todos los poderes para justificar legalmente una dictadura con ropaje democrático.

Para romper la fuerza de la provincia del Guayas, que es donde estaba la más grande oposición a su partido, Correa ha ejecutado una estrategia maquiavélicamente planificada.

Lo primero que hizo fue pelearse contra el líder máximo de la provincia, que era su mayor obstáculo. Dicho caudillo era el Ing. León Febres Cordero. Antes que buscar un enfrentamiento con políticos medianos o mediocres, eligió la confrontación con el que fungía como dueño del país, ya que si lo acorralaba o le ganaba, se convertiría en el nuevo señor de la república.

Lo segundo era dividir el electorado de la provincia que tradicionalmente había apoyado a Febres Cordero y Nebot.

Para lograr eso utilizó y manipuló el resentimiento social del pueblo marginado. Generó y fomentó una lucha entre los que denominó pelucones contra los chiros que decía defender. Correa ideó, patrocinó y condujo esta lucha de clases, a sabiendas que sus más cercanos colaboradores también eran pelucones y formaban parte de lo que decía combatir. Lo hizo con el silencio cómplice del servilismo propio de quienes por adularlo, le agacharon su cabeza, aún que lo que Correa proclamaba, los lesionaba y los identificaba con el bando al que decía combatir.

Lo tercero fue dividir territorialmente a la provincia. Para eso apoyó y firmó un decreto de provincialisación de la península. Esto lo hizo a pesar de que cínicamente dijo que no estaba de acuerdo con lo que firmaba. Con esta nueva provincia legalizada por el latrocinio cómplice de 57 aves de rapiña, logró que una turba enardecida ultraje a nuestra bandera y nos odie. El principal enemigo del Guayas, en forma dadivosa y regalando una tierra que no era suya, fragmentó a la provincia, en un insólito caso de traición al terruño de donde descaradamente dice pertenecer, ya que de palabra y solo mediante su verborrea vocifera ser Guayaquileño.

Lo cuarto es que una vez perpetuado este robo, ahora pretenda apabullar al único político que lo podría confrontar en una franca oposición nacional. Para lograr eso, tiene que quitarle poder a Jaime Nebot. Para conseguirlo, aplica la misma receta que utilizó para dividir la provincia: desmembrar a las instituciones Guayaquileñas para luego manejarlas.

Para eso mandó al Tribunal Constitucional un amparo contra la conformación del directorio de la Comisión de Tránsito del Guayas y logró que un tribunal controlado por él, saque del directorio de la CTG al miembro de la Junta Cívica y de las Cámaras de la Producción. Con esto, Correa crea el precedente legal para que toda institución de la provincia que tenga a estos representantes en su directorio, puedan ser sustituidos por hombres puestos por su majestad y de esa manera controlar a la institución.

Lo quinto es que con este precedente jurídico, el dictador reclamará la ilegalidad de todos los directorios donde estén representantes de la Junta Cívica y las Cámaras.

Esto en buenos términos, será el comienzo de la intervención estatal en todas las fundaciones de la provincia del Guayas, tales como Malecón 2000 o también la intervención en La Junta de Beneficencia por no ser controlada por el Estado, El Cuerpo de Bomberos o SOLCA, El Archivo Histórico, El Centro de Arte, la Biblioteca Municipal o lo que sea etc.

Lo sexto es: ¿Cual es el objetivo inmediato de lo conseguido hasta ahora?.. Controlando la Comisión de Tránsito, permitirá el paso de los transportistas por la avenida Benjamín Rosales y con eso le quitará autoridad y poder al Alcalde para tratar de convertirse en el nuevo dueño de la ciudad.

Lo octavo es que también reclamará para el gobierno el control del Aeropuerto de Guayaquil y con eso le quitará al Municipio parte de sus rentas y poder administrativo, para que de paso nuevamente deje sin autoridad al Alcalde, fortaleciendo su propia dictadura.

Lo noveno es que con el control del aeropuerto, del puerto, de las fundaciones, de la Comisión de Tránsito, De la Junta de Beneficencia, SOLCA, de los Bomberos y todas las fundaciones que le interesen, vendrán después el Registro Civil y todo lo que le convenga, para posteriormente conseguir la Alcaldía de Guayaquil, cuya labor previa de proselitismo político se hace desde el Ministerio del Litoral. Esto lo dirige el propio Ministro, de puerta a puerta en los barrios marginales, con lo que conseguirá la elección de Patiño o Panchana como Alcalde.

Lo décimo es el objetivo nacional, que será captar en las nuevas elecciones todas las alcaldías y gobernaciones, para cerrar el círculo de poder en forma totalitaria, revestida bajo un ropaje falso de cambio democrático, pero conseguido en forma anti democrática, violando la constitución y arrasando con todas las instituciones del Estado.

Manejando la asamblea constituyente, junto con todos los poderes de la patria, controlando la salud, la educación, la economía, la prensa y la conducta de la gente mediante medios represivos, con la prepotencia e intolerancia que lo caracteriza, estamos ante la planificación Mefistofélica hecha por un monarca criollo, que nos llevará a insospechadas consecuencias al costo del sufrimiento, la sangre o lo que sea, con tal de satisfacer los voraces apetitos del nuevo Mesías del socialismo del siglo XXl.