EE.UU. 2008 en suspenso
Por Lourdes Heredia
BBC Mundo
California – El denominado supermartes no arrojó resultados definitivos, a pesar de que nunca antes tantos estados habían votado al mismo tiempo para expresar sus preferencias respecto a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos.
Los resultados señalan que, aunque tanto la senadora demócrata de Nueva York, Hillary Clinton, y el republicano John McCain, senador de Arizona, triunfaron en estados clave, ninguno logró una victoria definitiva.
Según los observadores, lo que dejó en claro la jornada fue que el electorado está fuertemente dividido y los resultados, añaden, reflejan lo que sucede a nivel nacional.
Las tres caras de los republicanos
Tal como predijeron las encuestas, McCain fue el ganador del lado republicano pero, pese a contar ahora con más del doble de los delegados que sus dos rivales, los resultados indican que el senador de Arizona no logra convencer a los evangelistas y a los más conservadores, quienes le dieron su voto al pastor bautista Mike Huckabee.
Huckabee fue la gran sorpresa en la cancha republicana, pues conquistó estados sureños como Alabama y Arkansas, donde fue gobernador.
«Mitt Romney (el otro candidato republicano) decía que Huckabee le robaba votos, pero parece que es al contrario», le dijo a la BBC el estratega republicano Carlos Curbelo.
Romney, por su parte, había apostado a ganarse los votos más conservadores, diciendo que «McCain es demasiado liberal». Pero la estrategia no le funcionó. Pese a ganar en algunos estados, fue el gran perdedor.
En su discurso dijo que seguiría en la carrera, pero el mensaje del supermartes parece ser que para los republicanos una fórmula muy atractiva sería «McCain-Huckabee».
McCain, entre tanto, mostró mucha cautela. Sabe que debe ganar más delegados para poder vencer a los demás aspirantes. Se necesitan 1.191 delegados para lograr la candidatura en la convención republicana y hasta ahora McCain cuenta con 613.
Demócratas entre dos
Por el lado demócrata, los resultados están aún más reñidos. Hillary Clinton se quedó con los estados importantes: California, Nueva York, Nueva Jersey y Massachusetts. Pero el senador de Illinois, Barack Obama, resultó victorioso en 13 estados, entre ellos, Connecticut, Georgia, Minnesota y como era lógico, Illinois.
En esta competencia, sin embargo, la clave no está en el número de estados, sino de la cantidad de delegados que logran obtener.
En el sistema del Partido Demócrata, se otorgan votos de manera proporcional. Por eso, aunque Clinton haya ganado Nueva York, por ejemplo, muchos de los delegados de ese estado van a apoyar Obama.
De la misma forma que Obama, quien logró la victoria en casi todos los estados del sur, también compartirá sus delegados de manera proporcional, con lo que ninguno de los dos consiguió esta noche el número necesario para llevarse la nominación de su partido.
Además, para complicar la situación, se tienen que tomar en cuenta a los «superdelegados», quienes pueden decidir hasta el último momento, es decir, en la Convención Nacional que se celebra en Denver, Colorado, a finales de agosto.
Todo en juego
¿Habrá que esperar entonces hasta la convención para saber quién es el candidato demócrata? Esta es la gran pregunta. Desde 1952 que no ha sucedido algo similar.
Si en las demás primarias la tendencia se mantiene, podría suceder que los republicanos elijan a su candidato, mientras la lucha Clinton-Obama continúa.
Y eso es posible pues, como indican los analistas, una de las lecciones importantes del supermartes es que el electorado demócrata está muy dividido.
La comunidad afroamericana apoyó fuertemente a Obama, mientras que los latinos se decantaron claramente hacia Clinton.
Por su parte, los jóvenes prefieren el mensaje de cambio, mientras que los mayores confían en la experiencia de Clinton.
A pesar de que Clinton tiene una leve ventaja en el conteo de los delegados, no tiene un número suficiente como para ganarle a Obama.
Por ahora, la diferencia entre los aspirantes a la candidatura demócrata es de algo menos de 100 delegados. Hillary Clinton suma 845, mientras Obama llega a los 765. Ambos necesitan un total de 2.025 delegados para ser coronados en la convención nacional.
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