La increíble historia de Karina
Por Augusto Rojas
Clarín
BOGOTA – Agobiada por la incertidumbre sobre el futuro de su hija y la falta de alimentos y mortificada por la sensación de que sus hombres la traicionarían en cualquier momento para cobrar la recompensa de un millón de dólares que ofrecía el gobierno por ella, la guerrillera Nelly Avila, alias Karina, emprendió una tarea tan peligrosa y osada como los muchos ataques a patrullas del Ejército en que fue experta: fugarse de las FARC.
Karina, descrita por las autoridades colombianas como la guerrillera más sanguinaria y cruel de las FARC y acusada por la Justicia de ese país por delitos de extorsión, secuestro y rebelión, también es señalada de haber asesinado al padre del actual presidente colombiano, Alvaro Uribe, razón por la cual su «captura viva o muerta» era una orden perentoria impartida desde la cúpula gubernamental.
«Como había tanto dinero por mí, eso me ponía a pensar mucho», afirmó ayer la guerrillera al ser presentada por las autoridades. Agobiada por las cámaras, la jefe rebelde -una mujer morena, robusta y de 40 años, que ingresó a la guerrilla siendo niña- negó haber participado en el crimen del padre de Uribe, en 1983, y aseguró que gracias a la política de éste y a los recursos de EE.UU. para la lucha contra los marxistas, las FARC «están resquebrajadas».
«De los miembros del Secretariado (mando central de las FARC) no sé nada», dijo Karina en una rueda de prensa que se realizó en la ciudad de Medellín. En su breve intervención, la mujer confesó que ante el temor de correr la misma suerte de Iván Ríos -un jefe del Secretariado que fue asesinado en marzo pasado junto a su compañera por su escolta- decidió pactar su entrega con otra mujer: la directora del DAS, la policía secreta dedicada al cuidado del presidente.
«Ella nos contactó y aseguró que si le garantizábamos la integridad para su pequeña hija, para ella y su compañero, se entregaría. Estudiamos mucho el caso y le dimos carta blanca. Así, iniciamos una osada operación militar donde participaron dos helicópteros que fueron por ella», aseguró a Clarín María del Pilar Hurtado, directora del DAS.
Según la funcionaria, la jefa rebelde tuvo bastante miedo de ser descubierta por los hombres a su mando y ser «ajusticiada». También, las autoridades temieron que la supuesta entrega resultara una trampa y los militares terminaran en una emboscada. Aun así, dos helicópteros salieron el domingo hacia un punto no determinado de la cordillera de Antioquia, en el municipio de Argelia, y sin tener las coordenadas, esperaron que la mujer cumpliera su promesa de prender una fogata para permitir su localización.
Así lo hizo y la encontraron a ella, a su hija y a un guerrillero que era su compañero. Para la entrega, Karina contó con la ayuda de seis de sus hombres de confianza, que se entregarán en los próximos días.
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