¿Capitalismo XXI vs. socialismo XXI?
En términos técnicos, la pelea parece desigual. El socialismo tiene más que ofrecer, los ricos son una minoría, y encima son blancos. Los pobres abundan, y son de color.
Para mantenerse en el gobierno, en los países en desarrollo, hacen falta los militares, preferiblemente pueblo y ejército unidos – jamás serán vencidos. La propaganda política socialista ofrece tomar las tierras, haciendas y casas de los ricos, por la apropìación o el asalto, la “invasión protegida”. A nivel de empresas privadas, la conquista se ofrece por la adopción de la teoría marxista, que aunque siendo de mediados del siglo XIX promete favorecer los trabajadores contra los propietarios de la inversión. Las ganancias así corresponderían a los trabajadores, a pesar que el egoísmo va contra la naturaleza socialista.
Esta teoría no aplica para las empresas públicas, porque el dueño es el Estado, que “ahora es de todos”.
Hay una incongruencia, hasta ahora insalvable, en el socialismo: haría falta un “hombre nuevo”, una especie contra-natura, que pelee contra el capital empresarial pero la ganancia la reparta con sus camaradas. Que quiera ser rico, pero no tanto. No obstante, los trabajadores todavía se aferran a su terruño particular, su hogar, sus siembras, su bienestar, sin querer compartirlos con nadie. Es el incentivo que lo induce al mayor esfuerzo individual para hacer progresar a su familia, sus hijos, por encima de los demás congéneres. Está en la sangre de cada especie.
Con este muro se ha estrellado y se seguirá esñoñando[1] el socialismo. Esta parte es una pugna fácil de ganar por el capitalismo, no hay problema. De modo que el combate queda solo entre la oferta social de tomar las propiedades de los ricos, por el asalto militar o la reforma constitucional, contra la oferta de un capitalismo social o como se lo quiera llamar, de un programa de redistribución del ingreso y el empleo en cada nación…
Como en el fondo todo es la lucha por la vida de cada clase social, por apropiarse del valor agregado disponible en la comarca o empresa, que es limitado, algunos tendrán que conceder para aumentar la tajada de los demás, o bien incrementar el conjunto. Todo dependerá de la propaganda política – o las armas de cada bando, digamos su poder de negociación. Casos han habido en la historia donde se ha logrado la transición hacia niveles de repartición y prosperidad más convenientes para todas las partes…
Sin que se enriquezcan solo los líderes revolucionarios… Mucho dependerá de la habilidad de la oferta capitalista, que no tenga pinta de banqueros calvos y gorditos de chaleco y pumpá, sino realmente comprometedores
[1] Nuevo venezolanismo…- 28 de diciembre, 2009
- 28 de marzo, 2016
- 29 de mayo, 2015
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