Los gays y sus críticos
Se sentía que venía y sucedió como se esperaba. Era simplemente cuestión de tiempo para que dos personas del mismo sexo finalmente puedan contraer nupcias en California.
Sin embargo, el regocijo de la comunidad gay y lesbiana puede ser a corto plazo y puede irse como vino: con mucho ruido y con lágrimas.
La continuidad de la nueva ley depende mucho de como cada uno de los miembros de esta comunidad, especialmente de aquellos que se casan, se comporte ante los ojos de la población californiana.
En noviembre de este año, el electorado de este estado estará votando si aprueba o no una enmienda a la constitución estatal, la cual prohibiría el enlace matrimonial entre personas del mismo sexo.
Por eso no es nada sorprendente encontrar en los eventos matrimoniales a los familiares y amigos de los que se casan, sino que también hay un cúmulo de gente y curiosos que dicen ser enemigos de una ley que rompe las bases de la familia tradicional y religiosa.
La tarea de esta gente es deslegitimar esos matrimonios. Es decir, tratarán de documentar escenas consideradas indecentes para que la población californiana los juzgue y los castigue en el momento de la votación en noviembre.
Así, lo que se avecina en los próximos días es una batalla campal entre los grupos conservadores y la comunidad gay y lesbiana.
Los líderes gays quieren evitar el fiasco que azotó la ciudad de San Francisco años atrás, cuando se legalizó el matrimonio de dos personas del mismo sexo, pero debió ser abrogado debido a la tremenda oposición que se propicio.
En esa ocasión algunas parejas de de gays y lesbianas echaron la casa por la ventana antes e hicieron relucir sus hábitos extravagantes.
Todas esas escenas no quedaron en el olvido. Algunos grupos conservadores y religiosos echaron la mano de sus cámaras fotográficas, grabadoras y artefactos electrónicos para documentar su “excesos”.
La algarabía gay duró unos cuantos meses. Dichas tomas de videos no fueron utilizados en las cortes del estado, ni mucho menos en las escuelas o las universidades, sino que fueron a parar en diversas páginas de Internet y otros medios de comunicación, en donde los incriminaron por su comportamiento “indepurado”.
La estrategia dio frutos. Convencieron a la mayoría de la gente que dichos matrimonios no eran “naturales” y que no deberían ser parte de una sociedad organizada. En otras palabras, se abrogó el permiso de matrimonio de las parejas gays.
En los próximos meses, la misma gente que puso en tela de juicio el enlace matrimonial de dos parejas del mismo sexo estará utilizando los mismos artificios políticos, sociales y tecnológicos para otra vez menguar apoyo a dichos matrimonios.
Empero, las encuestas y el ánimo de los californianos parecen estar a favor de los gay y lesbianas. Una mitad del electorado estatal está de acuerdo con la nueva propuesta y no piensan que la nueva ley afecte negativamente a las familias tradicionales.
Mientras las fotos y las grabaciones no contengan escenas frívolas y no demuestren excesos, parece que seguiremos disfrutando de la algarabía de los gays y lesbianas.
Al fin y al cabo fue el hombre quién creo las leyes del matrimonio y no los extraterrestres. Yo creo que todo se puede cambiar en esta vida. ¿No crees?
Humberto Caspa es profesor adjunto en la Universidad de California, Irvine. Autor del libro: “Terror en el barrio latino: La llegada de la nueva derecha al gobierno municipal.”
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