Petro-jaque para Guatemala
Por Estuardo Zapeta
Siglo XXI
La sabiduría económica nos aconseja que meternos a deuda es lo peor que podemos hacer, dadas las condiciones económicas reinantes. Sin embargo, con el anuncio de la adhesión de los tributarios guatemaltecos a la denominada estafa “petro-caribe” no sólo vamos contra la sabiduría económica, sino, también, contra la situación económica de la Nación.
“Pan de hoy, hambre de mañana”, y, para más señas, “pan caro hoy más endeudamiento, y súper, mega, hyper hambre mañana”.
La causa: supeditar decisiones económicas de largo plazo a necesidades políticas de los gobernantes a corto plazo.
Lo mismo pasa con los subsidios, con la intervención monetaria, o con todas las leyes casuísticas que se promulgan en el Congreso. El mal es generalizado.
Pero es el Congreso el que tendrá en sus manos la decisión de entrarle o no a la propuesta del presidente Colom para adherirnos a un chantaje político, disfrazado de “plan de ayuda.”
El primer gran impacto será el aumento de la deuda externa. Eso no sólo tiene repercusiones en la deuda pura, sino también en el aumento, digamos, del riesgo del país para invertir y para pensar a largo plazo.
La deuda baja el crecimiento económico, y eso es como andar desempleado y con deuda. El crecimiento baja, porque todo lo que se produce es sólo para pagar, no para invertir.
Y ese largo plazo es el que los políticos desdeñan con pasión, porque en sus mentes está “el gobierno” (corto plazo, pasajero, efímero) y no “el Estado” (largo plazo, permanente).
El segundo impacto, y que lo digan los nicaragüenses, el precio del combustible se mantiene. Eso lo anoto en caso quieran decir que “va a bajar”. No, no baja, sino que el autor del caribeño “petroengaño” se cuidó las espaldas y prevé que su producto, su comoditi, está, como cualquier otro, sujeto a las fuerzas del mercado global.
O sea, estaremos con combustible en constante aumento de precio —porque eso es determinado por el precio internacional— y, junto con el combustible caro, estaremos también con una creciente deuda.
Como político, Colom está pensando en sus cuatro años, no en los subsiguientes gobiernos. Si la “oposición” es visionaria, aunque sea por puras razones políticas, no dejaría que de llegar ésta al poder, sólo llegue a encontrar la deuda de las decisiones del ex presidente Colom, y se pasen cuatro años viendo cómo “le van a hacer” para atenuar la presión del endeudamiento.
El tercer impacto tiene que ver con la transparencia. Yo dudo, de veras, de la transparencia de Caracas. No vaya a ser que aquellos monstruos de corrupción, de los que estamos empezando a conocer, se queden como miniaturas comparados con el “petrorobo” en nombre de mantener el suministro de combustibles.
El suministro de combustible se mantiene pagando hoy los precios actuales de mercado, y esos precios van al alza, eso ya lo sabemos. Endeudarnos no soluciona el reto de los precios ni de suministro.
Eso sí, endeudarnos con Caracas nos condiciona políticamente, y ese sea posiblemente el precio más alto; de hecho, tan alto que ni podamos cuantificarlo en el largo plazo. Guatemala, satélite del Gobierno de Venezuela, ¡uy! Dios nos libre.
- 31 de octubre, 2006
- 14 de enero, 2013
- 21 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
Artículo de blog relacionados
- 21 de agosto, 2018
26 Noticias La devaluación agrava la situación. Ante la inflación, la caída...
31 de octubre, 2014Por Estuardo Zapeta Siglo XXI La sabiduría económica nos aconseja que meternos a...
8 de julio, 2008Instituto Juan de Mariana El ataque sistemático que muchos políticos y pensadores europeos...
3 de julio, 2012