Venezuela: Silencio de la oposición y Rafael Poleo

Se podría decir que en el frente de la opinión pública, en el mundo de las noticias y los acontecimientos, existen igualmente movimientos “coyunturales” (del momento) y “estructurales” (de largo aliento). En otras palabras, cosas banales, pasajeras, y serias, que mueven las bases en el largo plazo.

Hoy casi todo el mundo, en Venezuela, de ocupa del movimiento electoral de noviembre. Por más series consecuencias que tenga, es relativamente pasajero. En cambio mi comandante comprándole el alma al diablo, o gastando los reales en armamentos por las Rusias mientras los hospitales nacionales se caen de ruina, es una materia de la mayor prioridad para corregir..

Por eso tiene mucha razón Poleo (El nuevo país, “Armamentismo y el silencio de la oposición”) cuando se queja de los formadores de opinión, los analistas políticos que escriben, cuando no guían la opinión en los asuntos más serios y se quedan por las ramas. Pocas quejas sobre la dilapidación armamentista, que debería constituir una queja nacional gigante. Hay que hacer una oposición estructural, educando la gente en las cosas más sencillas y más fundamentales.

Como –por ejemplo– abandonar la locura de gastar en armamentos, de regalar los ingresos petroleros para comprar simpatías, en lugar de promover la agricultura nacional, reducir las importaciones favoreciendo el empleo local, en fin, gastar los ingresos petroleros en el bienestar nacional, dejando para otros libertadores, para otros héroes, la salvación del mundo.