La “Revolución energética”, un comentario
Cuando toda la humanidad se ha venido lanzando por la borda, sin pensarlo mucho, del barco hundido del socialismo, en proceso de extinción, quedan unos cuantos energúmenos empeñados en “salvar al mundo” – mientras de paso se rellenan los bolsillos – vendiendo el modelo cubano en tierras petroleras tropicales con el apoyo de los militares.
Extraño extravío, auspiciando la igualdad racial y económica, “mueran los blancos aunque sepan leer y escribir” (decían los llaneros con Boves y con Zamora), que los mal pensados atribuyen a razones menos patrióticas y mas egoístas (con excepción de los poetas) en los dirigentes beneficiados y enriquecidos.
Otros igualmente viven de la difusión de argumentos-artimañas de apariencia pseudo-científica, como el que ahora nos ocupa, aparecido en PetroleumWorld bajo la firma de Gustavo Fernández Colón, con el título de nuestro encabezado.
Encontramos en este texto algunas aseveraciones que reflejan aparente ignorancia o mala intención de introducir eslogan que son desvaríos entre los especialistas.
Por ejemplo, cuando dice:
• “…tres décadas de políticas neoliberales orientadas a la privatización y desregulación de los servicios públicos, han dejado como resultado un deterioro creciente en la operatividad y la calidad del suministro eléctrico y un incremento especulativo de las tarifas que deben pagar los usuarios…”
Este señor no tiene idea de qué está hablando. Es suficiente la última década sin inversiones para fallas graves de calidad (interrupciones) en producción (previsión cuatro años), transmisión (tres años) y distribución (dos años).
Tampoco está al tanto de las tarifas, que se han mantenido congeladas por varios años en las principales empresas, aunque el daño de la falla es diez veces más costoso que el pago de la tarifa, lo que es generalmente desconocido para los nuevos.
Y cuando dice
• “Esta contradicción entre facturas por consumo cada vez más elevadas e inversiones en infraestructura y mantenimiento cada vez más bajas, no tiene otra explicación que el afán de lucro que lleva al capital a operar, en todo momento, de acuerdo con la lógica del mínimo costo y la máxima ganancia…”:
Realmente este tipo está más perdido que el hijo de Linbergh. Estos eslogans no aplican en los monopolios naturales de servicios públicos, sometidos a regulación de las ganancias, muchas veces usando como referencia a empresas modelo para evitar desviaciones de costos inaceptables para los consumidores.
Después acude al calentamiento global como apoyo para la “revolución energética del socialismo XXI”. Aquí las opiniones de los voceros “revolucionarios” están escindidas. Unos argumentas que el socialismo es protección ambiental, y capitalismo aniquilamiento. Nada más falaz – la historia muestra que la destrucción ambiental acometida por los sistemas socialistas no tuvo parangón.
La otra argumentación es que capitalismo causa pobreza. Pero también riqueza, y las posiciones relativas de las naciones apunta en otro sentido. Lo que hay es lucha entre grupos de intereses y la regulación debería promover el buen camino.
Pero el texto se sale del carril y adopta el camino de los cambios en los patrones de producción de energía, que es solo una de las recetas recomendadas en los planes del Desarrollo Sustentable. Desde ese punto de vista su propuesta es totalmente incompleta, debería repasar el libro de Arnoldo J Gabaldón, por ejemplo.
De otra parte, no vemos qué tiene que ver “el control estatal y social de la producción, el suministro y consumo responsable de la energía eléctrica”. Aparentemente se refiere a la idea de transformar a la Corporación Eléctrica Nacional en empresa socialista, sobre lo cual hemos advertido numerosas dificultades prácticas (1), especialmente si se mantiene el marxismo sin actualizarlo ni modernizarlo, notoriamente la cuestión de la plusvalía y aquello que el petróleo y la electricidad pertenecen a los trabajadores, ¡válgame Dios!!
Otras propuestas, como la sustitución de los derivados de hidrocarburos en el transporte, modificación de los sistemas centralizados de generación eléctrica, la red de unidades pequeñas de distribución de electricidad, requerirían de un cursillo de Economía Eléctrica”— eso no lo aguanta nadie.
Sustentabilidad ecológica, y participación comunitaria son muy loables ganchos (perdón, conceptos) en el ámbito poético y humano, que forman parte de muchos también loables proyectos de políticas públicas – que no tienen nada que ver directamente con la explotación del hombre por hombre ni con la propaganda política de un proyecto que a fin de cuentas solo garantiza para unos auto proclamados gendarmes necesarios y otros militares (y unos cuantos civiles) pasar a la historia con las alforjas llenas, a cuenta de liberar a los pobres, otra vez.
Se siente uno inclinado a pensar en algunos escribidores de pendejadas, de tiempo en tiempo.
(1). Véase de AMA, Socialismo XXI y Sector Eléctrico Venezolano. Enero 2008.
- 23 de julio, 2015
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- 26 de enero, 2016
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